"El taxi era mi as debajo de la manga"
Antonio Berbel Garc¨ªa lleg¨® a tener una empresa que facturaba 700.000 euros al a?o y 30 trabajadores pero la debacle del ladrillo y los impagos se la llevaron por delante. Ahora se ha refugiado en el taxi y se siente "afortunado"
A sus 53 a?os que parecen 40, Antonio Berbel Garc¨ªa afronta su cuarta vida como taxista y eso que nunca le ha gustado. Cuando era joven, en los a?os ochenta, estuvo un a?o conduciendo el taxi de su padre, pero en cuanto pudo prob¨® suerte en otros trabajos, siempre dentro del sector del transporte: camiones, autobuses municipales, autocares tur¨ªsticos... Lo dej¨® para dedicarse a la fontaner¨ªa, descubri¨® que se le daban bien las matem¨¢ticas en los cursos para sacarse el carn¨¦ profesional y empez¨® a prosperar. Lleg¨® a refugiarse en el taxi dos veces m¨¢s a lo largo de los a?os, siempre "a ratos" hasta saltar a algo mejor. Y algo mejor, mucho mejor, lleg¨® en 1995, cuando mont¨® su propia empresa. "La que tengo", dice haciendo una dura pausa para tragar saliva, hacer de tripas coraz¨®n y matizar: "La que ten¨ªa".
En los a?os de la bonanza del ladrillo, lleg¨® a dar empleo a 30 trabajadores, nueve fijos y el resto, dependiendo del volumen de trabajo. Se dedicaba al gas, fontaner¨ªa, calefacci¨®n y aire acondicionado tanto en reparaciones como en montaje y obra nueva en Madrid "y fuera". Una de las obras de mayor volumen que recuerda fue "el gas y la calefacci¨®n de m¨¢s de cien viviendas". Le iba bien, muy bien -lleg¨® a facturar de 600.000 a 800.000 euros al a?o- hasta que comenz¨® a notar los primeros s¨ªntomas de un par¨®n que acab¨® por convertirse en la peor crisis desde el crack del 29. "En 2008 baj¨® en picado el nivel de obra y cayeron muchos, pero yo logr¨¦ mantenerme con la mitad de la plantilla hasta que en 2009 la cosa empez¨® a ponerse cada vez peor y barri¨® con todos los profesionales, con los buenos, los malos y los regulares", explica sentado en una butaca del bajo -entrada directamente al sal¨®n con cocina americana, una habitaci¨®n, despacho y ba?o- en el que vive solo y que en tiempos fue su oficina.
"Dar un tal¨®n sin fondos es gratis en Espa?a"
Aquel a?o pudo sortear la debacle del ladrillo al hacerse centro colaborador de Gas Natural y cambiar las obras por "mantenimiento, reparaciones y cambios de caldera" pero sus trabajadores no le respondieron, no logr¨® cumplir los objetivos y perdi¨® el contrato. "Hay mucha competencia, mucha de ella desleal, que ha hundido a los empresarios, hay mucho oportunista haciendo chapuzas y cobrando el paro cuando t¨² tienes que pagar al asesor, la seguridad social de tus trabajadores, a ti mismo, a Hacienda...", se lamenta. Con todo, ¨¦sa no fue su mayor pesadilla, sino los retrasos en los pagos y los impagos de particulares y de la Administraci¨®n. "El problema es que t¨² tienes que pagar al trabajador a mes vencido y al que le vende los materiales a 90 d¨ªas cuando a ti te pagan 200 d¨ªas despu¨¦s". A su juicio, "al Gobierno los impagados le traen sin cuidado. Dar un tal¨®n sin fondos es gratis en Espa?a cuando en el resto de Europa vas a la c¨¢rcel". Por eso pide "a pol¨ªticos y legisladores" que "protejan al aut¨®nomo y al peque?o empresario", que son "uno de los pilares de la econom¨ªa", y que pongan coto a la "terrible indefensi¨®n" que sufren con una "ley contra los impagados". Apela constantemente a unos pol¨ªticos con los que est¨¢ "defraudad¨ªsimo" y que deber¨ªan hacer m¨¢s "por los trabajadores, por los pensionistas, por los inmigrantes, por una sanidad y una educaci¨®n p¨²blicas y de calidad". Sobra decir que es "de izquierdas y muy de izquierdas".
Recuerda el a?o pasado como una ¨¦poca dram¨¢tica en la que redujo su personal fijo a dos mientras "echaba y echaba y volv¨ªa a echar" unas cuentas que no le sal¨ªan. "Estaba moralmente destrozado, cuando tienes actividad ves una salida, aunque te mates a trabajar y no cubras, y no llegues, y no te d¨¦, ves una salida. Lo terrible es sentarte cada ma?ana ante una mesa vac¨ªa y un tel¨¦fono que no suena y preguntarte ?ahora qu¨¦ hago? Al negocio le ten¨ªa que poner dinero mes tras mes y as¨ª no se puede seguir". Asegura que no ha acabado con la soga al cuello del embargo gracias a que no se esper¨® a que llegara lo peor y a que no acept¨® cualquier trabajo con mucho riesgo, como s¨ª hicieron otros compa?eros que se han visto abocados a convertirse en morosos porque alguien "les dej¨® 200.000 euros sin pagar y les ha hundido". En primavera de 2009 empez¨® a buscar una salida en "todo tipo de trabajos, hasta de mozo de almac¨¦n", se registr¨® sin suerte en los servicios p¨²blicos de empleo, rastre¨® por Internet... hasta que acab¨® por desempolvar "la cartilla municipal de taxista" y ponerse al volante una vez m¨¢s, la cuarta, convencido todav¨ªa hoy de que es "algo transitorio".
Al principio, lo hizo como asalariado del propietario de una licencia y sin cerrar su empresa. Durante tres meses, de octubre a diciembre de 2009, trat¨® de compaginar los dos trabajos "haciendo turno de noche al volante, durmiendo dos o tres horas y dedicando el resto del d¨ªa" a la fontaner¨ªa. Ganaba "unos 1.200 euros al mes d¨¢ndose bien, con las propinas y los suplementos de nocturnidad... de d¨ªa no llegas a los 900". Pero en diciembre no pudo m¨¢s, decidi¨® cerrar la empresa, liarse la manta a cabeza, "?qu¨¦ locura!", y comprarse su propia licencia. En los tiempos que corren, uno se pregunta c¨®mo consigui¨® convencer al director del banco, pero ¨¦ste le contest¨® un "a lo mejor" cuando se lo plante¨® y al mes le puso sobre la mesa la licencia, para la que necesitaba 150.000 euros. Un a?o antes, costaban "entre 220.00 y 250.000". Ahora tiene una nave industrial de 150 metros en la localidad madrile?a de Arganda del Rey (hipotecada y en venta), una casa en otro municipio cercano a la capital, Rivas Vaciamadrid (hipotecada y en la que vive su mujer), una peque?a oficina en un bajo del distrito madrile?o de Puente de Vallecas (tambi¨¦n hipotecada y reconvertida en su vivienda), mucho material criando malvas que no tiene salida y una gran cantidad de herramientas que no renuncia a volver a empu?ar. Y tambi¨¦n tiene un coche blanco reluciente y reci¨¦n estrenado en el que colg¨® el letrero de taxi. Para comprarlo, hipotec¨® los inmuebles.
Sobrevive y va pagando sus hipotecas con lo que le dan las carreras y con la l¨ªnea de financiaci¨®n que ha logrado que el banco le renueve el pasado julio. Pero el plazo "para vender la casa o la nave" antes de quedarse sin cr¨¦dito se agota en un a?o. Trabaja 12, 14, 16 horas al d¨ªa durante seis d¨ªas a la semana y el que le queda libre es un poema entre "ir al banco, papeles, gestiones y el mantenimiento del veh¨ªculo". ?Se averg¨¹enza de alguna manera de su regreso a la fuerza al taxi despu¨¦s de haber llegado a dirigir a 30 trabajadores, qu¨¦ siente, tristeza, frustraci¨®n, angustia? Para nada. Es m¨¢s, aunque no le apoya "nada ni nadie", se considera "afortunado" porque tiene "un as debajo de la manga", el taxi, cuando muchos de sus compa?eros "no dispon¨ªan de otro medio de vida y han acabado en la calle y comiendo en albergues". "Eso s¨ª es una verg¨¹enza pero no para ellos sino para este pa¨ªs".
"Hoy cualquiera es taxista con un TomTom"
El taxi que se ha encontrado en 2010 "es menos profesional, el taxista de antes era taxista de verdad, conoc¨ªa la ciudad al dedillo, se orientaba bien", mientras que ahora ejerce "cualquiera con un carn¨¦ B, un curso de capacitaci¨®n y un TomTom". Antonio, en cuyo coche se escucha la SER y Cadena Dial, es "respetuoso y callado" si no se dirigen a ¨¦l y es tan honesto que considera que su trabajo consiste en "llevar a la gente lo m¨¢s r¨¢pido posible por el camino m¨¢s corto y con la carrera m¨¢s barata". El volante le resulta "mon¨®tono, estresante" y, sobre todo, "desagradecido" porque "igual una jornada triunfas pero el 90% de los d¨ªas te los pasas dando vueltas". Cuando lo compara con la fontaner¨ªa, destaca "el miedo". "Como fontanero he sentido v¨¦rtigo, pero no miedo. Miedo es lo que sent¨ª en un atraco en mi primera ¨¦poca, cuando pens¨¦ que esa ma?ana era la ¨²ltima que iba a ver a mis hijas -tiene dos, de 29 y 25 a?os- mientras una mano temblorosa sosten¨ªa una navaja en mi cuello". De la fontaner¨ªa le gustaba "la libertad, la independencia, la creatividad".
Antonio ve el futuro "con preocupaci¨®n pero con optimismo" porque, aunque tiene una f¨¦rrea confianza en s¨ª mismo y en que el pa¨ªs se recupere, no sabe hasta cu¨¢ndo le durar¨¢n las fuerzas. Vi¨¦ndole, da la sensaci¨®n de tener mecha para rato. Se mantiene en buena forma f¨ªsica, quiz¨¢ porque ni cuando era un empresario se consider¨® otra cosa que "un obrero que se pon¨ªa el mono el primero". En este punto, traza un certero an¨¢lisis de la situaci¨®n: "Yo nunca me cre¨ª lo de la clase media, ?clase media!, ?pero si con 13 a?os llevaba una tabla en la cabeza llena de bollos que repart¨ªa por los bares de Madrid! ?Qu¨¦ tipo de clase media necesita uno de los dos sueldos de la pareja para pagar la hipoteca y cuando lo pierde todo se acab¨®, hasta la casa? Somos proletariado y un pa¨ªs de emigrantes que se hab¨ªa olvidado que lo era, que se aburgues¨® y que dej¨® que le robaran derechos y que ahora se ha despertado del sue?o siendo otra vez proletariado". Cree que saldr¨¢ adelante "con constancia, esfuerzo y suerte" e incluso se asegura a s¨ª mismo que "podr¨¢ volver" a lo suyo "alg¨²n d¨ªa, aunque no al mismo ritmo". Mientras llega ese d¨ªa, prefiere "no pensar, salir a trabajar todos los d¨ªas y pedir a los dirigentes que hagan algo para crear empleo estable y digno". ?Y las vacaciones? "Puf, sin palabras", dice con una sonrisa, para a?adir: "No me acuerdo de lo que son y va a pasar mucho tiempo hasta que lo sepa".
En la Red
- Blog Ni libre ni ocupado: un taxista cuenta su "anecdotaxi" y lo que anota en su taxi-libre-ta
- Blog Psicotaxi: Desde el taxi, un punto de vista diferente
- Taxi profesional: revista del sector con una completa lista de enlaces
- Uni¨®n Nacional de Asociaciones Libres de Autopatronos y Empresarios del Taxi, la principal organizaci¨®n, que representa a m¨¢s del 48% del sector
- Confederaci¨®n del Taxi de Espa?a, la segunda en importancia con el 47,5%
- Uni¨®n de Aut¨®nomos del Transporte de UGT, la tercera y minoritaria
Un sector "refugio"
El caso de Antonio no es ni mucho menos ¨²nico. Jos¨¦ Artemio Ardura, presidente de la CTE, considera el taxi "el sector m¨¢s refugio de todos" para otros profesionales a pesar de que la crisis le impact¨® muy pronto y de lleno al no ser un art¨ªculo de primera necesidad. El taxi detect¨® que hab¨ªa problemas desde el principio y antes que otros actividades econ¨®micas. "Somos, junto con los cines, los primeros que morimos, como el pajarito que llevaban en la mina para detectar si hab¨ªa gas", subraya la CTE.
Seg¨²n datos de distintas emisoras de radiotaxi de Espa?a asociadas a la CTE, la crisis se tradujo en un recorte general del 30% en 2009 respecto a 2008 que "se mantiene" desde entonces, sin mayores descensos pero tampoco visos de mejor¨ªa. Como en todo, hay diferencias por comunidades. "La ca¨ªda ha sido menor en el norte, Navarra, La Rioja y cornisa cant¨¢brica, mientras que ha llegado al 40% en la costa del Mediterr¨¢neo, Baleares y Canarias por su dependencia del turismo".
Al mismo tiempo, desde que comenz¨® la crisis se ha registrado "un aumento muy notable en el n¨²mero de asalariados", que la CTE calcula "en uno por cada tres o cuatro licencias", es decir, unos 24.000. Berbel apunta que "en Madrid sin crisis hab¨ªa 1.500 asalariados del taxi y ahora son 9.000". ?Por qu¨¦ alba?iles, carpinteros, camareros, visitadores m¨¦dicos y hasta arquitectos y abogados recurren al volante si, en palabras del taxista madrile?o, el baj¨®n es "catastr¨®fico"?
"La explicaci¨®n -responde Artemio Ardura- es la subida del paro entre los familiares de los titulares. Tienen carn¨¦ de conducir, no hace falta titulaci¨®n superior y los ex¨¢menes te¨®ricos no son complejos, as¨ª que los titulares deciden repartir el trabajo y ganar menos para ayudarles". El asalariado ronda los 800 euros mensuales y puede llegar a los 1.400. El titular se lleva algo m¨¢s, "unos 1.500, habr¨¢ quien llegue a 2.000 y quien tenga que compatibilizar dos trabajos para sobrevivir -los taxistas tienen exclusividad como polic¨ªas y jueces salvo en pueblos de menos de 5.000 habitantes-". Los refugiados son, sobre todo, "transportistas que se han visto obligados a vender su cami¨®n" y "due?os de peque?os negocios como florister¨ªas" que tambi¨¦n han echado el cierre.
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