Problema o soluci¨®n
La descentralizaci¨®n sanitaria no ha aumentado la desigualdad
Es ¨¦poca de crisis. Una crisis profunda como apenas somos capaces de recordar, que provoca sufrimiento en muchas familias y que est¨¢ removiendo y poniendo en cuesti¨®n muchos de nuestros principios y valores, algunos de los que han sostenido nuestra convivencia en los ¨²ltimos 35 a?os. Me refiero al modelo de Estado acordado en nuestra Constituci¨®n, integrado por un conjunto de territorios (comunidades aut¨®nomas) con un elevado grado de autonom¨ªa pol¨ªtica e institucional.
Para m¨ª es evidente que, aprovechando esta situaci¨®n de crisis y otras circunstancias, como la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Catalu?a, algunos est¨¢n tratando de deslegitimar a las instituciones democr¨¢ticas y a los representantes de los ciudadanos. Nos han convertido en el "centro del problema" y achacan al "modelo de Estado" espa?ol la proliferaci¨®n de pol¨ªticos y burocracia que -dicen- suponen un lastre para una s¨®lida recuperaci¨®n econ¨®mica. Y no tienen problema en ponerse este pa¨ªs por montera y cuestionar el delicado modelo de convivencia tejido entre todos: el Estado de las autonom¨ªas.
La cuesti¨®n, sin entrar en las responsabilidades de los que han generado esta situaci¨®n, es: ?Son las autonom¨ªas el problema o son parte de la soluci¨®n? Les invito a que se fijen en la sanidad y en su evoluci¨®n, desde la reflexi¨®n, con las mejores evidencias posibles, huyendo de dogmas y compar¨¢ndonos con los pa¨ªses de nuestro entorno.
El elemento esencial es la descentralizaci¨®n, basada en la "devoluci¨®n"1 de determinadas parcelas del poder -amplias en nuestro caso- a entes territoriales con capacidad pol¨ªtica y legislativa. Esto, en sanidad, se traduce en dos vertientes. Por un lado, hay que aprender a convivir con la diversidad, asumiendo que los recursos que se asignan ya no son el resultado de la voluntad de un gobierno central que reparte, sino, tambi¨¦n, de la voluntad de los Parlamentos regionales y de la sensibilidad social de los diferentes gobiernos. Y por otra, la descentralizaci¨®n permite transparentar m¨¢s y mejor las relaciones financieras, favoreciendo una mayor equidad en la distribuci¨®n interterritorial de los recursos econ¨®micos2. La evidencia emp¨ªrica demuestra que Espa?a, siendo el pa¨ªs de mayor grado de descentralizaci¨®n en relaci¨®n a los pa¨ªses de su entorno, es el que tiene el coeficiente de variaci¨®n de la financiaci¨®n sanitaria capitativa entre sus regiones m¨¢s bajos (alrededor del 3%). Luego, un primer resultado es que genera una mayor igualdad entre los ciudadanos a la hora de asignar recursos.
Por otro lado, las desigualdades en salud entre los diferentes territorios han disminuido dr¨¢sticamente; si nos fijamos en las diferencias en la mortalidad evitable, por ejemplo, o en la expectativa de vida -se ha mantenido con variaciones inferiores al 1% desde los ochenta-. Si a esto, le unimos el hecho de que el sistema nacional de salud espa?ol se ha convertido en los ¨²ltimos 30 a?os (seg¨²n informes contrastados de las OCDE y de la OMS) en uno de los sistemas p¨²blicos de Salud m¨¢s avanzados del mundo, por su nivel tecnol¨®gico, por el alcance de sus prestaciones y por su nivel universal de aseguramiento, y con un coste por debajo de la media de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados (6,1% de Gasto Sanitario p¨²blico respecto del PIB en 2009)3, podemos concluir que contamos con uno de los sistemas de salud m¨¢s eficientes del mundo.
Podemos bajar a nivel regional y centrarnos en Andaluc¨ªa, y creo que nadie cuestiona que el ejercicio del autogobierno ha posibilitado un proceso de transformaci¨®n econ¨®mica y social sin precedentes. El Sistema Sanitario P¨²blico de Andaluc¨ªa, que se ha forjado tras 25 a?os de transferencias, ha permitido que los andaluces disfruten hoy de unas prestaciones y de una calidad perfectamente homologable (en algunos casos superiores) a la media del pa¨ªs, cuando part¨ªamos -no lo olvidemos- de unos niveles muy por debajo de la media y de un patr¨®n de subdesarrollo hoy plenamente superado. Actualmente, con datos todav¨ªa de 2005, el 98% de los municipios andaluces presentan tasas estandarizadas de mortalidad en varones por debajo de la media de Espa?a, lo que era impensable hace 20 a?os.
De otro lado, la posibilidad de emprender innovaciones o priorizar atendiendo al territorio y a las condiciones de cada entorno ha resultado un estimulo para ciertas iniciativas que no hubieran sido posibles en un escenario central; bien por riesgo pol¨ªtico, bien por volumen inalcanzable. Si a esto unimos que el esfuerzo colectivo de la sociedad andaluza ha permitido forjar un escenario completamente nuevo, en el que la I+D+i se han convertido en uno de los motores m¨¢s prometedores de nuestra econom¨ªa, dif¨ªcilmente nadie puede afirmar con un m¨ªnimo de rigor que la descentralizaci¨®n sanitaria haya sido negativa, haya supuesto desigualdades o p¨¦rdidas de eficiencia.
Esta visi¨®n positiva del Estado de las autonom¨ªas, en el caso de nuestra sanidad, no impide que existan retos que debemos abordar. Y ¨¦ste es un excelente momento para acelerar los pasos en este camino. Hablamos de federalismo fiscal en la distribuci¨®n de los recursos, mejoras en la gobernanza global con un nuevo papel de los poderes centrales basados en la cooperaci¨®n y la coordinaci¨®n en vez de en la jerarqu¨ªa, refuerzo del papel y la capacidad del Consejo Interterritorial del SNS, mejora en la coordinaci¨®n en pol¨ªticas de recursos humanos, pol¨ªtica farmac¨¦utica y protecci¨®n de la salud: l¨ªneas estrat¨¦gicas que estamos enfrentando ahora con resultados, a mi juicio, esperanzadores.
En Andaluc¨ªa nos sentimos orgullosos de los logros alcanzados y que son un acicate para mejorar. Pero sobre todo nos sentimos orgullosos de que, por primera vez en muchos a?os, los andaluces tenemos las mismas oportunidades que el resto de los espa?oles para acceder a unos servicios de salud de alta calidad y para disponer de un sistema de protecci¨®n de la salud a un nivel que ya desean para s¨ª muchos de nuestros conciudadanos de la Uni¨®n Europea.
Mar¨ªa Jes¨²s Montero Cuadrado es consejera de Salud de Andaluc¨ªa.
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