Los cr¨ªticos de Iceta guardan silencio ante su consagraci¨®n

Faltan apenas dos d¨ªas para que Mario Iceta sustituya de forma oficial a Ricardo Bl¨¢zquez como obispo de Bilbao. La ceremonia de su consagraci¨®n como prelado bilba¨ªno, prevista para el mediod¨ªa del lunes, no llega con la comuni¨®n deseada, dadas las suspicacias que su nombramiento por Roma ha generado entre un importante sector de los diocesanos vizca¨ªnos, aunque sin llegar a despertar el malestar que motiv¨® la consagraci¨®n de Jos¨¦ Ignacio Munilla como obispo de San Sebasti¨¢n en enero. Entonces, tres cuartas partes de los p¨¢rrocos guipuzcoanos llegaron a sopesar un plante. La catedral de Santiago, en Bilbao, reunir¨¢ a partidarios y cr¨ªticos del prelado por igual, si bien estos segundos prefieren ahora guardar silencio ante la consagraci¨®n.

Los casos de Munilla e Iceta guardan un cierto paralelismo. Aunque sin llegar a la beligerancia guipuzcoana, al sustituto de Ricardo Bl¨¢zquez tampoco le han brindado un c¨®modo recibimiento. Las acusaciones hacia uno y otro son similares. Cerca de 700 diocesanos vizca¨ªnos hicieron p¨²blica en junio una carta en la que reclamaban que se les tuviera en cuenta para el nombramiento del obispo. Fue el inicio de un cuestionamiento de Iceta que no se ha cerrado hasta el momento.

La imagen del hasta ahora prelado provisional, euskaldun, pero de un perfil lejano al nacionalismo, ha sido interpretado por algunos religiosos como la forma de completar el giro en la Iglesia vasca que el cardenal Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, inici¨® con la elecci¨®n de Munilla. Le achacan, sobre todo, su escasa predisposici¨®n a la participaci¨®n de la comunidad en la toma de decisiones, con el riesgo de atomizaci¨®n de la di¨®cesis que, a su juicio, tal actitud conlleva.

Lejos de reducir sus cr¨ªticas a una misiva, cerca de 200 feligreses se concentraron en julio ante la catedral de Bilbao para reclamar "la palabra" frente a la censura eclesial. Fue el ¨²ltimo acto de reivindicaci¨®n antes de una designaci¨®n que ya por entonces se antojaba inminente. El 24 de agosto, aprovechando el par¨®n estival y con Bilbao en plenas fiestas, el Vaticano hizo p¨²blico el nombramiento de Iceta como obispo bilba¨ªno.

Pasado ma?ana se le recibir¨¢ con honores, pero los descontentos han advertido ya de que no le respaldar¨¢n si obvia el papel de los diocesanos. Iceta tiene dos meses, hasta iniciar la renovaci¨®n de los distintos consejos.