El almac¨¦n de los recuerdos
?Por qu¨¦ olvidamos el nombre de alguien que nos acaban de presentar y no qu¨¦ est¨¢bamos haciendo cuando cayeron las Torres Gemelas? La informaci¨®n que recibimos se mantiene 'flotando' hasta que el cerebro decide almacenarla, y si no lo hace en media hora, se pierde. Pero el funcionamiento de la memoria es un misterio
Qu¨¦ memorizamos mejor? ?Por qu¨¦ olvidamos los ¨²ltimos momentos antes de un accidente? ?Todo lo que evocamos es real? La respuesta a todas estas preguntas est¨¢ en el hipocampo, justo en la parte del cerebro donde las vivencias permanecen a la espera de ser recuperadas.
Como un filme dise?ado por la mente donde las cosas importantes sobreviven al tiempo y las superfluas se distorsionan para desaparecer en el rodaje. As¨ª trabaja la memoria, influenciada siempre por la emoci¨®n que nos despierta un hecho y bajo la atenta mirada del olvido, que en ocasiones aparece para molestar, y en otras, para aliviar al que sufre. Ambos encajan como piezas de un puzle para configurar la identidad y la historia de una vida que cada cual recupera como quiere y puede.
El hipocampo es la parte del cerebro que recoge las vivencias
El despiste sirve para descargar una mente sobreexplotada
Tras un accidente, la espa?ola Rosa de las Heras solo hablaba italiano
Los expertos calculan que se conoce solo el 10% del cerebro, el resto pr¨¢cticamente se mantiene oculto. Pablo Mart¨ªnez-Lage, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencia de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa, asegura que los m¨¦dicos conocieron por sorpresa las partes del cerebro que participaban en la memoria cuando hace 40 a?os operaron a un chico que sufr¨ªa crisis graves de epilepsia: "Hab¨ªan probado toda clase de f¨¢rmacos y cuando vieron que no daban resultado decidieron eliminar el foco epil¨¦ptico que se encontraba en los l¨®bulos temporales. H. M. [el paciente] se cur¨® de su enfermedad, pero a partir de ese momento no pudo almacenar nuevos recuerdos ni recuperar las vivencias de los ¨²ltimos dos a?os, aunque s¨ª recordaba a la perfecci¨®n lo anterior".
Esto permiti¨® saber que la informaci¨®n que se env¨ªa al hipocampo se mantiene flotando en el circuito de la memoria hasta que el cerebro decide almacenarla. En algunos casos, como demostr¨® la historia de H. M., esto puede durar hasta dos a?os, raz¨®n que explica que no pudiera evocar cosas que hab¨ªan pasado en este tiempo.
El cerebro, seg¨²n Mart¨ªnez-Lage, madura durante los primeros 20 e incluso 30 a?os de nuestra vida; todo lo que se asimila antes de esa edad se hace sin esfuerzo, en palabras del neur¨®logo, pero a partir de los 40 a este ¨®rgano le cuesta m¨¢s fijar en la memoria. La ni?ez es el periodo de la vida en el que se retiene m¨¢s f¨¢cilmente, las enfermedades neuronales que afectan a la memoria por un accidente o un problema f¨ªsico trasladan en numerosas ocasiones a los enfermos a su infancia porque los recuerdos son m¨¢s s¨®lidos. Esta vez la pel¨ªcula se queda atascada en una escena que el aquejado revive una y otra vez.
Charo Figueres comparti¨® con su madre el mismo cap¨ªtulo cada d¨ªa que dur¨® su alzh¨¦imer. Cre¨ªa ser peque?a y preguntaba sin cesar por su hermano. La madre de Charo se miraba en el espejo y hablaba con "una se?ora mayor muy simp¨¢tica" que aparec¨ªa reflejada. Recordaba y ped¨ªa salir al monte con la ca?a y confund¨ªa a su hija mayor con su madre, "la madre m¨¢s guapa del mundo", repet¨ªa. Sus hijas piensan que su madre fue feliz aunque viviera todos los d¨ªas la misma historia, un cuento que para ella era completamente nuevo y que Charo relata a la perfecci¨®n nueve a?os despu¨¦s de la muerte de su progenitora.
La neuropsic¨®loga de la Asociaci¨®n Nacional de Alzheimer, Virginia Silva, asemeja esta enfermedad con un virus que entra en el sistema de un ordenador y arrasa lo que encuentra dejando el disco duro vac¨ªo. "Lo peor de todo es que el enfermo pierde lo que es y lo que ha sido; la memoria es identidad, y si se esfuma, desaparecemos con ella", asegura Silva.
Otras de las reglas b¨¢sicas de la neurolog¨ªa es que existe una estrecha relaci¨®n entre los recuerdos m¨¢s permanentes y sus significados emocionales. Al igual que un cineasta recurre a la m¨²sica y a los planos cortos para destacar las escenas dram¨¢ticas, el cerebro estimula a la memoria para que almacene aquello que hemos sentido con m¨¢s fuerza. Mart¨ªnez-Lage afirma que esta conexi¨®n entre el circuito de la memoria y el emocional se explica tambi¨¦n desde el punto de vista f¨ªsico, ya que est¨¢n ligados anat¨®mica y funcionalmente. "?Qui¨¦n no se acuerda de lo que estaba haciendo cuando se produjo el accidente a las Torres Gemelas?", pregunta el neur¨®logo. Silva lucha contra el devastador olvido que acaba poco a poco con la identidad de sus pacientes, pero no duda en agradecer la existencia del conocido despiste por su labor de descarga en un cerebro "sobreexplotado".
"El olvido en su forma habitual es benigno y ayuda a superar algunos traumas", asevera. Seg¨²n esta neuropsic¨®loga, el cerebro puede borrar momentos terribles como son las violaciones o agresiones, inasumibles para los que las sufren, de tal forma que la persona no los recuerde nunca. Se trata de un recurso f¨ªsico a un dolor emocional que no se puede aceptar.
En el lado opuesto de los recuerdos ligados a las emociones se encuentran los m¨¢s recientes, caracterizados por ser los m¨¢s ef¨ªmeros. Estos se pierden si en media hora el cerebro no es capaz de almacenarlos como memoria a largo plazo. Los instantes anteriores a un accidente de tr¨¢fico no se fijan y en su mayor¨ªa son irrecuperables. Rosa de las Heras, de 70 a?os, no logra continuar uno de los cap¨ªtulos m¨¢s tr¨¢gicos de su pel¨ªcula. Se despert¨®, se visti¨® y apareci¨® en un hospital, entre medias no recuerda nada. Ella y su marido viajaban en coche cuando este se sali¨® de la carretera y se estrell¨® contra un muro. Estuvo dos semanas en coma. Los neur¨®logos determinaron en su diagn¨®stico que padec¨ªa un s¨ªndrome confusional. Rosa se ha recuperado casi por completo, pero todav¨ªa no entiende c¨®mo pudo hablar durante horas en un perfecto italiano. Fue gu¨ªa tur¨ªstico durante un tiempo en Italia, cuarenta a?os antes del accidente, pero reconoce que no era consciente de que lo recordaba hasta que apareci¨® de forma espont¨¢nea. "Dicen que hablaba como un loro en italiano e ingl¨¦s, pero en los ¨²ltimos a?os solo hab¨ªa practicado el ingl¨¦s", asegura. Mart¨ªnez-Lage afirma que los idiomas se almacenan en la parte izquierda del cerebro y no forman parte del circuito de la memoria: "Este caso se debe a que durante una lesi¨®n cerebral el ¨®rgano pone en marcha todos los mecanismos para recuperar su funcionamiento lo antes posible, de forma que se potenci¨® esta parte sacando a relucir los idiomas aprendidos".
Otra capacidad es la de memorizar elementos que no est¨¢n relacionados a trav¨¦s de los hilos emocionales. Se ha comprobado que el primer elemento y el ¨²ltimo de toda una serie son f¨¢cilmente retenidos, al igual que lo extra?o o novedoso o lo que se repite de una forma l¨®gica. Los neur¨®logos afirman que la memoria es una de las capacidades intelectuales m¨¢s apreciadas, pero pocos dedican el tiempo a ejecutarla. "Ponemos nuestro cuerpo en forma, vamos al gimnasio y queremos llegar a la vejez en buen estado de salud, pero nunca pensamos que la memoria necesita el mismo tiempo y dedicaci¨®n", asegura Silva.
Han surgido muchos cient¨ªficos especializados en el estudio de la memoria desde que en 1870 el psic¨®logo alem¨¢n Hermann Ebbinghaus decidiese abrir el camino de la investigaci¨®n de la memoria. Sus herederos reconocen que existen tantas lagunas en las ciencias neurol¨®gicas como las que se producen en la operaci¨®n neurocognitiva, objeto de estudio.
Mart¨ªnez-Lage define dos l¨ªneas de actuaci¨®n en este momento: la ciencia b¨¢sica intenta conocer los cambios que se producen dentro de una neurona y entre neuronas cuando se fija un recuerdo. La neurociencia avanza hacia nuevas t¨¦cnicas, como la resonancia magn¨¦tica funcional, que mide la cantidad de sangre que se desplaza a la zona del cerebro en un proceso memor¨ªstico. As¨ª los expertos pueden saber qu¨¦ ¨¢reas se activan y en qu¨¦ momento. Mart¨ªnez-Lage forma parte de la Fundaci¨®n Cita Alzheimer, que investiga las ventajas de estas t¨¦cnicas para conocer c¨®mo comienzan a alterarse las ¨¢reas cerebrales cuando aparecen los primeros s¨ªntomas de esta enfermedad: "Si estudiamos a las personas 10 a?os antes de que aparezca el problema, podremos ver los esfuerzos de este ¨®rgano por compensar las p¨¦rdidas de memoria y as¨ª podremos estimular este proceso de compensaci¨®n".
Las pel¨ªculas que crea el cerebro humano tienen elipsis voluntarias y forzadas, se atascan en un punto y a veces vuelven a su inicio. Son fotogramas que unidos en cadena dan forma a una historia inacabada que suma cada minuto vivencias a cambio de renunciar a otras. La memoria es un caj¨®n de sastre que espera un sentido que solo el due?o puede ofrecer. En sus emociones est¨¢ el poder de decidir qu¨¦ recuerdos quiere conservar a la espera de que ning¨²n virus inform¨¢tico entre en su sistema y arrase con lo que es y lo que fue.
Esto ya lo he vivido
M¨¢s del 80% de los humanos sienten a lo largo de su vida un d¨¦j¨¤ vu (ya visto), especialmente en las edades comprendidas entre los 15 y 25 a?os, seg¨²n las investigaciones sobre este fen¨®meno. Se trata de un desorden que consiste en la ilusi¨®n de vivir algo por segunda vez y recordar una situaci¨®n que en realidad es nueva. Las causas de estas paramnesias no est¨¢n claras todav¨ªa, pero los expertos intentan explicarlo desde diferentes puntos de vista. Para los psicoanalistas, es una filtraci¨®n del inconsciente.
El d¨¦j¨¤ vu se relacionar¨ªa con los recuerdos encubridores, instalados en la memoria de forma inconsciente y que esconden sensaciones negativas. Teresa Mu?oz pertenece a la Asociaci¨®n Nacional del Psicoan¨¢lisis y explica este desorden como una operaci¨®n que se ha escapado del inconsciente y se encuentra entre este y el preconsciente, de forma que se hace presente. Una hip¨®tesis de este campo de estudio asegura que cuando una persona siente un d¨¦j¨¤ vu a menudo suplanta con rostros y situaciones deseadas una realidad que le provoca angustia. Otra teor¨ªa m¨¢s tradicional predica que este fen¨®meno se debe a que las im¨¢genes que manda el ojo hasta el cerebro se superponen dando lugar a una sensaci¨®n de repetici¨®n, pero este an¨¢lisis ha sido descartado al comprobarse que los invidentes experimentan paramnesias a trav¨¦s del olfato y el o¨ªdo. Para los neur¨®logos es un fallo en el cerebro al almacenar algo como repetido.
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