La exposici¨®n a sustancias qu¨ªmicas causa 4.000 muertes al a?o entre trabajadores

El riesgo qu¨ªmico (problemas para la salud por sustancias que se usan en la industria) "pasa desapercibido por la poblaci¨®n y por los pol¨ªticos". As¨ª enmarca Javier Benaya, presidente de Cient¨ªficos por el Medio Ambiente (Cima), el problema de estos t¨®xicos, que act¨²an poco a poco y que como son invisibles, Los sentidos no los pueden detectar ni "tenemos capacidad para evitarlos".

Este peligro es tan oculto que cuesta que las ONG tengan datos concretos. Lloren? Serrano, de CC OO, afirma que la exposici¨®n en el trabajo causa 4.000 muertes al a?o, que 33.000 trabajadores enferman cada a?o y que hay 18.000 accidentes laborales relacionados. Otro trabajo, de Manolis Kogevinas, epidemi¨®logo del Instituto M¨¦dico de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM) de Barcelona calcula que al menos se producen al a?o unos 3.000 c¨¢nceres de origen laboral (la horquilla llega hasta los 13.000), con un 50% de fallecimientos.

Que exista un peligro no quiere decir que no haya, sobre el terreno, medidas de compensaci¨®n. La m¨¢s ambiciosa, como record¨® Mario Rodr¨ªguez, presidente de Greenpeace, fue la iniciativa Reach, un programa de la UE de 2006 que prev¨¦ la revisi¨®n de m¨¢s de 100.000 sustancias para estudiar su efecto y por qu¨¦ pueden ser sustituidas si son nocivas. Como ejemplo de la desidia de la Administraci¨®n espa?ola, Rodr¨ªguez se?al¨® que el l¨ªmite para definir las sanciones por incumplimiento de estas medidas era diciembre de 2008, y que Espa?a no las concluy¨® hasta abril de 2010. Y hay otro ejemplo. Dentro de esas 100.000 sustancias, hay 12, las denominadas 12 sucias, que se deb¨ªan simplemente erradicar, dice Rodr¨ªguez. Pero la ¨²ltima reuni¨®n del Plan Nacional de Aplicaci¨®n de Estocolmo que defini¨® estas sustancias se celebr¨® el 22 de abril de 2009. Desde entonces no se ha hecho nada, dijo el presidente de Greenpeace.

Con motivo del ¨²ltimo cambio de Gobierno, 39 organizaciones civiles han mandado una carta al presidente Zapatero para que se acabe con esta inercia. Entre otras cosas piden que la lucha contra esta contaminaci¨®n la asuma una agencia estatal para que las competencias se unifiquen. Actualmente est¨¢n repartidas entre ocho ministerios, y centenares de organismos si se baja a niveles auton¨®micos o municipales. La idea es que haya una instituci¨®n que pueda coordinar estas pol¨ªticas, si se afrontan.