Los hom¨ªnidos remotos ya ten¨ªan cr¨ªas grandes
El aumento de la masa corporal de los hijos se asocia al cuidado parental intenso y se consideraba propio de los humanos.
Una cr¨ªa de chimpanc¨¦ tiene, al nacer, una masa corporal del 3% de la de su madre, como media, y al a?o s¨®lo alcanzan el 8,6 del peso de su madre. Sin embargo, en la especie humana, el peso de los reci¨¦n nacidos (unos 3 kilos de media) ronda el 6% del materno y un a?o despu¨¦s el ni?o llega al 14% de la masa de la madre. ?En qu¨¦ punto de la historia evolutiva se produjo este cambio? ?Qu¨¦ patr¨®n de masa infantil tendr¨ªan los hom¨ªnidos anteriores al g¨¦nero Homo, como los australopitecos de hace entre dos y cuatro millones de a?os? Los cient¨ªficos consideraban que la mayor masa corporal de las cr¨ªas es un rasgo propio de las primeras especies humanas y que los australopitecos se parecer¨ªan en esto mucho a los chimpanc¨¦s. Pero ahora, un cient¨ªfico de la Universidad de Boston, tras un extenso estudio de f¨®siles, estad¨ªsticas y datos de simios y humanos, afirma que aquellos remotos hom¨ªnidos de hace m¨¢s de dos millones de a?os ya ten¨ªan cr¨ªas de masa considerable (algo superior al 5% del peso de la madre).
El hallazgo tiene implicaciones notables en la sociobiolog¨ªa de aquellos antepasados. Seg¨²n los expertos, el mayor peso de la cr¨ªa, al suponer m¨¢s esfuerzo para la madre que lo cuida y transporta, ir¨ªa acompa?ado de un superior nivel tecnol¨®gico para la explotaci¨®n de los recursos por parte del grupo y una organizaci¨®n social que prestase ayuda familiar a la hembra en ese per¨ªodo. Estos cambios ser¨ªan propios del Homo erectus, de hace unos dos millones de a?os. Pero Jeremy M. De Silva muestra en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU), que hay que retrasar esa transici¨®n porque los australopitecos ya se parec¨ªan a los humanos en este aspecto.
Los ardipitecos, unos hom¨ªnidos de hace 4.4 millones de a?os cuyos f¨®siles se descubrieron en Etiop¨ªa, estar¨ªan cerca de los chimpanc¨¦s en cuanto a la masa de sus cr¨ªas, con 1,3 kilos de media, seg¨²n los modelos y c¨¢lculos aplicados por De Silva.
Pero las hembras de los australopitecos posteriores, con neonatos grandes, tendr¨ªan una maternidad dif¨ªcil, no s¨®lo antes del parto, por las exigencias alimenticias asociadas, sino tambi¨¦n despu¨¦s de ¨¦ste. Mantener a una cr¨ªa de masa notable, cuidarla y transportarla, supondr¨ªa un esfuerzo tal que cabe pensar en una ayuda familiar, del macho o de otros individuos del grupo, mientras que las chimpanc¨¦s, que raramente permiten que otro se acerque al hijo, sugiere De Silva. Estas exigencias maternales tambi¨¦n dan pistas sobre los h¨¢bitos de vida de los australopitecos. Una hembra con un neonato grande, dif¨ªcilmente se subir¨ªa a los ¨¢rboles, aunque pudiera hacerlo en situaciones extremas, prefiriendo la locomoci¨®n por el suelo, apunta el experto de la Universidad de Boston.
Su conclusi¨®n es que "los crecientes niveles de cooperaci¨®n en los cuidados de las cr¨ªas, cr¨ªticos para su supervivencia en los humanos modernos, pueden tener sus ra¨ªces en los australopitecos m¨¢s que en nuestro propio g¨¦nero Homo".

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