Los matem¨¢ticos espa?oles temen el envejecimiento de su comunidad
La Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola ha celebrado en ?vila el congreso de su centenario
La comunidad matem¨¢tica espa?ola est¨¢ preocupada por su propio envejecimiento: no hay suficientes plazas para los j¨®venes en un momento en que la edad media en los departamentos universitarios es muy alta. Y todos los cient¨ªficos reconocen que sin ideas frescas de mentes 'nuevas' no hay avances. Expertos de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola (RSME), que celebra este a?o su centenario, reunidos hasta ayer en ?vila, alertan del riesgo de que Espa?a retroceda de nuevo muchos puestos en el panorama matem¨¢tico internacional, y de que j¨®venes muy brillantes opten por dejar la ciencia o ser 'cerebros fugados'.
Los trabajos publicados por matem¨¢ticos espa?oles logran ahora un ¨ªndice de impacto un 4% superior a la media internacional, lo que supone un gran avance respecto a hace dos d¨¦cadas. Pero Mar¨ªa Jes¨²s Carro advierte de que "hoy por hoy no tenemos suficiente cantera para mantener estos logros. Uno de nuestros principales problemas es el del relevo generacional".
?lvaro Pelayo y Francisco Gancedo obtienen los premios a j¨®venes matem¨¢ticos
Carro, que preside la Comisi¨®n del Centenario de la RSME, llama la atenci¨®n sobre el hecho de que "la edad media de los profesores en los departamentos de matem¨¢ticas de las universidades espa?olas supera los 50 y no hay apenas v¨ªas para que entre gente joven". En esta situaci¨®n, "las matem¨¢ticas espa?olas corren el gran riesgo de perder a j¨®venes muy brillantes".
La pasada semana, en el congreso del centenario de la RSME en ?vila, dos de los m¨¢s prometedores matem¨¢ticos espa?oles recibieron el premio que concede anualmente esta sociedad a investigadores de menos de 32 a?os. Son ?lvaro Pelayo (Madrid, 1978), premio Jos¨¦ Luis Rubio de Francia 2009; y Francisco Gancedo (Madrid, 1980), premio 2008. Pelayo est¨¢ ahora en la Universidad de Washington en Saint Louis (Missouri, EE UU). Gancedo es Dickson Instructor en la Universidad de Chicago, un puesto que solo ocupan los mejores doctores recientes. Las preguntas son: ?hay muchos como ellos? Y si quisieran volver a investigar a Espa?a, ?podr¨ªan hacerlo?
Plazas para investigar en la universidad
El pr¨®ximo curso, Gancedo se incorporar¨¢ a la Universidad de Sevilla con un contrato del Programa Ram¨®n y Cajal, una de las pocas opciones que se ofrecen en este momento a los j¨®venes investigadores espa?oles para retornar a su pa¨ªs. "Ahora, en los departamentos de matem¨¢ticas de las universidades espa?olas pr¨¢cticamente no salen plazas", dice Carro. Y los puestos temporales que podr¨ªan ser vistos como la puerta de entrada al sistema, como los contratos Ram¨®n y Cajal y Juan de la Cierva, tambi¨¦n son escas¨ªsimos -una veintena anual entre las dos modalidades-.
El problema parte, en opini¨®n de Carro, del hecho de que las plazas en las universidades se asignan ¨²nicamente en funci¨®n de la carga lectiva, esto es, del n¨²mero de estudiantes matriculados. Y sucede que en la ¨²ltima d¨¦cada se produjo un descenso del n¨²mero de estudiantes de ciencias, y en concreto de matem¨¢ticas -en los ¨²ltimos dos a?os ha habido un repunte importante, pero el baj¨®n no se ha remontado-. "El resultado es que, cuando se jubila un profesor de matem¨¢ticas, no se le sustituye porque no hace falta cubrir sus horas", explica Carro.
Ahora bien, el insistente mensaje de todos los matem¨¢ticos es que "la universidad no es solo docencia", apunta Luis Vega, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y vicepresidente de la RSME. Tambi¨¦n hace falta investigaci¨®n. Por tanto el n¨²mero de plazas, reclaman los matem¨¢ticos, no deber¨ªa depender solo del n¨²mero de alumnos.
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