Par¨ªs proh¨ªbe las estufas de gas, Madrid las aplaude
La capital francesa pone coto a la proliferaci¨®n de calefactores en las terrazas de sus bares el mismo d¨ªa que la espa?ola multiplica las facilidades para su instalaci¨®n
El d¨ªa y la noche, Par¨ªs y Madrid. Lo que en la capital francesa est¨¢ prohibido, en la espa?ola est¨¢ permitido, jaleado y casi subvencionado por las autoridades locales. El mismo d¨ªa que el consistorio parisiense daba dos a?os de plazo a los due?os de bares y restaurantes para que eliminen de sus terrazas las estufas de gas, el madrile?o aprobaba una ordenanza que permit¨ªa la instalaci¨®n de mesas y sillas en las calles para solaz del consumidor durante los 12 meses del a?o, en sus cuatro estaciones, invierno incluido. Y sin veto alguno a los calefactores, funcionen estos gracias al gas o a la electricidad. En Madrid, como en el resto de Espa?a, la ¨²nica limitaci¨®n la establece el Ministerio de Industria, encargado de verificar el buen funcionamiento de los artilugios de marras, conocidos tambi¨¦n como setas.
Dos a?os de plazo ha dado Par¨ªs a los due?os de bares y restaurantes de la capital francesa para que sustituyan las estufas de gas habilitadas para calentar a los clientes fumadores -y amigos de fumadores- que consumen sentados en una mesa en la acera. Desde que en 2008 se aprob¨® la terminante ley antitabaco francesa que impide fumar en cualquier lugar p¨²blico, en Par¨ªs han proliferado estos ingenios y no es nada raro, tanto en invierno como en verano, encontrar el interior de los bares y las cafeter¨ªas vac¨ªos, y las terrazas llenas de gente. Ahora, invocando un principio medioambiental, el municipio parisino aprob¨® el lunes una ordenanza para eliminar todas aquellas estufas que se alimentan "de energ¨ªas no renovables". Es decir, los establecimientos que calienten a sus clientes a base de estufas el¨¦ctricas -los menos, a decir verdad- podr¨¢n seguir sin hacer ninguna modificaci¨®n.
As¨ªmismo, el Ayuntamiento de Par¨ªs ha creado un grupo de trabajo integrado por todos los afectados del sector para hallar soluciones al asunto. ?stas deber¨¢n estar sobre la mesa del alcalde a finales de a?o. La nueva normativa ha salido despu¨¦s de ocho meses de discusiones y, adem¨¢s del destierro de las estufas de gas, exigir¨¢ que los locales en cuesti¨®n suministren ceniceros suficientes a los fumadores a fin de que el suelo no quede sembrado de colillas, como ocurre ahora. Los propietarios tambi¨¦n deber¨¢n retirar lo que en Par¨ªs se denomina "cortina de ducha", esto es, los pl¨¢sticos protectores que sirven de aislantes y que protegen a los clientes del fr¨ªo. La Uni¨®n Patronal de la Industria Hotelera (UPIH), que piensa exigir una moratoria de cuatro a?os en vez de dos, seg¨²n informa Efe, calcula que la normativa "ahuyentar¨¢" a un 20% de la clientela.
Mientras, Madrid se situaba en las ant¨ªpodas legislativas respecto a Par¨ªs, al aprobar hoy una ordenanza que permite a las estufas y calefactores crecer como hongos por las calles de la capital. La norma ¨®mnibus, que as¨ª se llama porque abarca una tem¨¢tica variada, ampl¨ªa a todo el a?o el periodo permitido para instalar terrazas en el exterior de los locales. Como consecuencia, Madrid tendr¨¢ terrazas tambi¨¦n en invierno, y el paisaje urbano se poblar¨¢ de setas calefactoras. La norma fue la respuesta del alcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n a la entrada en vigor de la ley antitabaco el pasado mes de enero, que prohib¨ªa fumar en cualquier establecimiento p¨²blico.
El proyecto inicial de la ordenanza se aprob¨® el 20 de enero y contemplaba una reducci¨®n de los tr¨¢mites administrativos para conseguir la autorizaci¨®n. La semana pasada se aprob¨® en Junta de Gobierno e inclu¨ªa a los hoteles entre los establecimientos que desde hoy pueden instalar terrazas durante todo el a?o. Se sustituye el r¨¦gimen anterior de autorizaci¨®n previo, que requer¨ªa pedir permiso por escrito al ayuntamiento antes de instalar mesas, por el de declaraci¨®n responsable o comunicaci¨®n previa. Con enviar una carta al Consistorio informando de la colocaci¨®n es ahora suficiente, a no ser que se reciba una contestaci¨®n prohibi¨¦ndolo.
Tambi¨¦n con la intenci¨®n de hacer frente a la ley antitabaco, la Comunidad de Madrid lanz¨® a principios de a?o una l¨ªnea de subvenci¨®n para bares, restaurantes y cafeter¨ªas. Una partida de 600.000 euros a repartir entre los 25.000 establecimientos de la regi¨®n para que renueven o instalen mobiliarios en sus terrazas. Eso incluye mesas, sillas, toldos, sombrillas, iluminaci¨®n y las cuestionadas setas calefactores. La ayuda exige una inversi¨®n m¨ªnima de 2.000 euros por parte de los propietarios y puede alcanzar hasta el 40% de lo gastado.
En el resto de Espa?a, el previsto aumento de estufas en la v¨ªa p¨²blica suscitaba desde un principio dudas e inquietud en torno a un presunto riesgo medioambiental. El Ministerio de Industria, quien se encarga de inspeccionar estos aparatos para que cumplan con la normativa de seguridad industrial (seg¨²n los par¨¢metros de la reglamentaci¨®n Rite en Europa), asegur¨® en enero que "no hay ning¨²n tipo de problema medioambiental registrado hasta el momento", aunque aumente el n¨²mero de estufas por toda la ciudad.
Con la aplicaci¨®n de la nueva ley antitabaco, varios Ayuntamientos de la geograf¨ªa espa?ola flexibilizaron las ordenanzas que regulan la instalaci¨®n de mesas, sillas y dem¨¢s mobiliario en la calle, para contentar a los hosteleros de los m¨¢s de 350.000 establecimientos (bares, restaurantes y cafeter¨ªas) asociados a la federaci¨®n de hosteleros de Espa?a. Nueve de los 10 Ayuntamientos consultados por este peri¨®dico contemplaban alternativas para sortear la ley cuando tan solo hab¨ªan transcurrido 10 d¨ªas de vigencia. Pero ninguno contemplaba ninguna regulaci¨®n adicional en relaci¨®n a la seguridad medioambiental para sacar las famosas setas a la calle.
El municipio de Gand¨ªa, en Valencia, fue el pionero en adaptar la ordenanza a la nueva situaci¨®n social. Entre las medidas, contemplaba ampliar la distancia m¨ªnima exigida para no entorpecer el tr¨¢nsito, ensanchar aceras o permitir la instalaci¨®n de mesas, sillas y estufas ocupando zonas de aparcamiento que antes era impensable. En ciudades como Soria o Bilbao, donde las terrazas no forman parte del paisaje urbano, los hosteleros demandaron que las ordenanzas incluyeran las estufas para su posible instalaci¨®n. En otros municipios, como Sevilla, no ha habido cambios significativos de modificaciones de la ordenanza porque, seg¨²n un portavoz del Ayuntamiento, "han aumentado las terrazas y estufas por la peatonalizaci¨®n" de algunas zonas de la ciudad, y no por la ley antitabaco. En Barcelona, la Administraci¨®n regul¨® para que los diez distritos se acogieran a un mismo plan en el que se universalizara la normativa de estufa homologada.
La mayor¨ªa de establecimientos utiliza las estufas de gas que "el mercado asi¨¢tico vende a precios m¨¢s econ¨®micos, por unos 130 euros", explica Mar¨ªa Moya, jefa de producci¨®n de Termigo, empresa que distribuye a grandes superficies. Pero tambi¨¦n las hay el¨¦ctricas: "Las de hal¨®geno infrarrojos funcionan por radiaci¨®n, como los rayos del sol, calentando directamente el objeto; no el ambiente, como ocurre con las de gas o las el¨¦ctricas por convecci¨®n que en los d¨ªas de viento no sirven para mucho", dice Moya. Cuestan entre 130 y 500 euros en las grandes superficies.
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