El celador de Olot no muestra arrepentimiento
Los psic¨®logos aseguran que no sufre trastornos mentales ni de personalidad.- Joan Vila confes¨® que mat¨® a 11 ancianos a los que cuidaba en la residencia
El celador de Olot, Joan Vila, que ha confesado que mat¨® a 11 ancianos a los que cuidaba en la residencia de La Caritat, en Olot, a tres de ellos de una forma especialmente cruel, abras¨¢ndoles por dentro con l¨ªquidos corrosivos, "no manifiesta sentimientos de arrepentimiento". As¨ª lo recogen los informes psicol¨®gicos remitidos al juzgado de Instrucci¨®n 1 Olot.
En varias entrevistas y distintas pruebas psicol¨®gicas, Vila, de 46 a?os, ha explicado a los psic¨®logos que "en parte no est¨¢ mal lo que ha hecho", a pesar de que es consciente de que "ante la ley s¨ª es un hecho delictivo y que socialmente est¨¢ mal".
Para los psic¨®logos, eso es contradictorio: "Por un lado dice que su motivaci¨®n era hacer el bien, pero por otro, lo esconde y piensa que jam¨¢s ser¨¢ descubierto porque era consciente de la acci¨®n ilegal que comet¨ªa". Aunque su abogado, Carles Monguilod, no est¨¢ de acuerdo: "Que lo escondiese no es incompatible con que pensase que lo estaba haciendo bien".
Joan Vila tampoco tiene un trastorno de personalidad o una alteraci¨®n de la voluntad o la raz¨®n, aunque se "observa un estilo dependiente, evitativo, depresivo y esquizoide". Todav¨ªa falta por conocer los informes psiqui¨¢tricos de los peritos de la c¨¢rcel de Brians, donde est¨¢ interno, y de los designados por el juzgado.
El celador ha insistido ante los psic¨®logos que la mezcla de bebidas, alcohol y medicaci¨®n le causaban "euforia, energ¨ªa y alegr¨ªa" y eso le ayudaba "a atreverse a iniciar sus acciones letales", "como si fuese Dios". "No sent¨ªa placer" cuando mataba a sus v¨ªctimas, "ni actuaba por revanchismo", incluso en ocasiones "le parec¨ªa como si no fuese ¨¦l qui¨¦n lo hac¨ªa", recoge el informe. Aunque "en todo momento era consciente de sus actos".
De las entrevistas, los pisc¨®logos tambi¨¦n concluyen que el celador tuvo una vida "dentro de los patrones de la normalidad social" y goz¨® de "un ambiente familiar estable", a pesar de que durante la adolescencia se sinti¨® "marginado debido a su condici¨®n de homosexual".
Le diagnostican como una persona "reservada, discreta, inhibida, aprensiva, ansiosa, deprimida, impulsiva, creativa, poco sincera y conformista". A los 20 a?os, el celador inici¨® tratamiento psicol¨®gico y psiqui¨¢trico. Entre los especialistas, le visit¨® el doctor Joan Sala, quien, "le facilit¨®, posteriormente, su incorporaci¨®n en La Caritat, en ser este profesional el director del referido establecimiento geri¨¢trico".
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