Argentina ordena la detenci¨®n de Videla por la muerte de un obispo
La justicia reabre el caso del prelado asesinado por la dictadura en 1976
Argentina tiene su ?scar Romero, aunque el caso no haya tenido tanto impacto internacional como el del obispo salvadore?o asesinado en 1981. Se llamaba Enrique Angelelli, era el prelado de La Rioja, una de las provincias con menor poblaci¨®n y m¨¢s pobres de Argentina. Comprometido con las reclamaciones populares por una mayor justicia social, Angelelli muri¨® el 4 de agosto de 1976, en plena dictadura militar, en lo que en ese momento el r¨¦gimen, la prensa y hasta la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica describieron como un choque de coches. Pero lo que parec¨ªa un accidente ahora es catalogado por la justicia argentina como un asesinato y por eso el pasado jueves se orden¨® la detenci¨®n por este delito del entonces dictador, Jorge Videla (1976-1981), que ya estaba preso por otras condenas por violaciones a los derechos humanos.
Angelelli era un hijo de inmigrantes italianos que naci¨® en C¨®rdoba en 1923. A los 15 a?os ingres¨® al seminario, a los 22 continu¨® en Roma sus estudios y se orden¨® sacerdote a los 26. Despu¨¦s regres¨® a C¨®rdoba y comenz¨® a visitar barrios chabolistas y a asesorar a j¨®venes obreros y universitarios. En 1960 fue consagrado obispo auxiliar de C¨®rdoba. Como todos los prelados del mundo de aquel tiempo, particip¨® del Concilio Vaticano II. "Todo intento de aut¨¦ntica renovaci¨®n lleva como precio el sufrimiento, la incomprensi¨®n y a veces hasta la calumnia", dec¨ªa Angelelli. "Esto no nos debe hacer trepidar, sino comprometernos vitalmente con quienes padecen hambre, miseria o injusticia en su vida."
Su pr¨¦dica no ca¨ªa bien en los sectores conservadores de la Iglesia cordobesa y el papa Pablo VI lo destin¨® en 1968 al frente de la di¨®cesis de la vecina La Rioja. Cuando lleg¨® all¨ª, dijo que quer¨ªa convertirse en el "amigo de todos, de los cat¨®licos y de los no cat¨®licos, de los que creen y de los que no creen". Muchos lo quisieron: durante el r¨¦gimen militar que imper¨® de 1966 a 1973, alent¨® la organizaci¨®n sindical de los trabajadores rurales, los mineros y las asistentas y la creaci¨®n de cooperativas para producir tejidos, ladrillos, pan y agricultura. Muchos lo odiaron: militares, terratenientes y otros cat¨®licos lo rechazaron por "infiltrado comunista". Incluso, en 1972, lo apedre¨® una turba liderada por un hermano latifundista de Carlos Menem, quien en 1989 llegar¨ªa a la presidencia de Argentina y en 1990 indultar¨ªa a los cabecillas de la ¨²ltima dictadura de este pa¨ªs y a los jefes guerrilleros de aquella d¨¦cada de los setenta.
En febrero de 1976, Angelelli escribi¨® una carta para advertir a sus pares argentinos: "No dejemos que generales del Ej¨¦rcito usurpen la misi¨®n de velar por la fe cat¨®lica". Un mes despu¨¦s ocurri¨® el golpe militar y ya en abril el prelado viaj¨® a Buenos Aires para denunciar ante el ministro del Interior, Albano Harguindeguy, la represi¨®n ilegal. En agosto muri¨® en una carretera riojana. S¨®lo el peri¨®dico L'Osservatore Romano habl¨® de un "extra?o accidente". El cura que lo acompa?aba en el choque sobrevivi¨® y pudo reconstruir la historia ante la justicia tras el regreso de la democracia, en 1983. Fue as¨ª que un juez riojano determin¨® que se hab¨ªa tratado de un "asesinato premeditado", pero sus responsables no fueron hallados por las leyes de amnist¨ªa del Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989) y los indultos de Menem.
En 2005, ante la anulaci¨®n de esas medidas, se reabri¨® la investigaci¨®n. Al a?o siguiente, por primera vez la Iglesia argentina insinu¨® un reconocimiento a su "m¨¢rtir", cuando el cardenal primado de este pa¨ªs, Jorge Bergoglio, reconoci¨® en La Rioja que el obispo "se empap¨® de su propia sangre".
La ¨²ltima dictadura argentina mat¨® en total a 19 sacerdotes (incluido otro prelado, Carlos Ponce de Le¨®n), religiosos y laicos militantes cat¨®licos, e hizo desaparecer a otros 65, seg¨²n el Movimiento Ecum¨¦nico por los Derechos Humanos. Otro juez riojano es el que ahora no s¨®lo ha imputado por el crimen a Videla sino tambi¨¦n a otros cinco ex militares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.