El hombre que humill¨® a Chevron
El abogado ecuatoriano Pablo Fajardo logr¨® contra el gigante petrolero la mayor indemnizaci¨®n de la historia por un atentado medioambiental
Cuando se licenci¨® en Derecho, a los 32 a?os, el ecuatoriano Pablo Fajardo llevaba m¨¢s de una d¨¦cada en los juzgados pleiteando contra una de las empresas m¨¢s grandes del mundo. En 2005, se sent¨® en una sala de los juzgados de Nueva York, con una carpeta en la que llevaba la defensa de los pueblos ind¨ªgenas que habitan la provincia amaz¨®nica de Sucumb¨ªos. Frente a ¨¦l, se sentaron ocho abogados en representaci¨®n de la petrolera Chevron, demandada por verter lodos t¨®xicos sin control durante casi tres d¨¦cadas. En total, se enfrentaba a 39 abogados pagados por la tercera empresa m¨¢s grande de Estados Unidos. "El que menos, ten¨ªa 25 a?os de experiencia letrada", asegura Fajardo. ?l, solo uno. "Pero yo ten¨ªa una ventaja", dice Fajardo. "No hab¨ªa que inventarse nada. Yo s¨®lo ten¨ªa que contar una historia".
En la provincia de Sucumb¨ªos, el petr¨®leo lo impregna todo
Texaco-Chevron dej¨® cientos de pozos t¨®xicos al aire libre, sin control
En febrero, un juez local conden¨® a Chevron a pagar 8.000 millones
La petrolera ha logrado paralizar la ejecuci¨®n de la multa en EE UU
La primera demanda se present¨® en Nueva York en 1993
Es la historia de una cat¨¢strofe ecol¨®gica 30 veces mayor que la del vertido del petrolero Exxon Valdez, seg¨²n los demandantes. Tambi¨¦n es la de una sentencia, dictada por un juez del pueblo de Lago Agrio, Ecuador, que fij¨® la indemnizaci¨®n m¨¢s cuantiosa de la historia en una acci¨®n judicial por delito medioambiental: 8.560 millones de d¨®lares. Entre medias, d¨¦cadas de sufrimiento y muerte, en un lugar donde ya era suficiente sobrevivir a la miseria.
Jos¨¦ Fajardo y Mar¨ªa Mendoza dejaron la provincia de Manab¨ª, en la costa de Ecuador, buscando un futuro en el noreste, donde una masiva actividad de extracci¨®n de petr¨®leo atra¨ªa trabajadores. Se instalaron con sus 10 hijos a finales de los a?os ochenta en un pueblo llamado Shushufindi (remo, en idioma secoya), en la provincia de Sucumb¨ªos, en plena Amazonia. Pablo Fajardo Mendoza era el quinto de los hermanos. Ten¨ªa 14 a?os.
Es dif¨ªcil convencer a quien no haya estado all¨ª nunca de que "hab¨ªa petr¨®leo por todas partes". En el campo, mezclado con la tierra. En las casas, en el aire. Desde luego, en los caminos, porque seg¨²n cuenta Fajardo los camiones de Texaco rociaban los caminos de tierra con petr¨®leo, en una especie de asfaltado improvisado para que no se levantara polvo. Fajardo recuerda una juventud con los pies llenos de petr¨®leo, los pantalones manchados, las paredes... todo. Es habitual perder el calzado por los caminos. Imag¨ªnese que sale a la calle despu¨¦s de haber ca¨ªdo un chaparr¨®n y va en chancletas. Ahora imag¨ªnese que en vez de agua es petr¨®leo. La vida a¨²n es as¨ª en Sucumb¨ªos.
356 pozos petroleros perforados
Seg¨²n los datos de Fajardo, Texaco perfor¨® 356 pozos de petr¨®leo en la Amazonia ecuatoriana. "Pero adem¨¢s de esto, en cada pozo que perforaba constru¨ªa cuatro o cinco piscinas para arrojar los desechos t¨®xicos". Ah¨ª se almacenaba tambi¨¦n el agua t¨®xica usada para extraer el petr¨®leo. "La empresa siempre constru¨ªa las piscinas de desechos lo m¨¢s cerca posible a un r¨ªo. La idea era deshacerse de ellos de una forma f¨¢cil y barata". As¨ª, el problema del suelo se traslad¨® al agua. Esa agua llevaba azufre y otros t¨®xicos por su contacto con el petr¨®leo. Al evaporarse, ca¨ªa sobre la selva en forma de lluvia ¨¢cida. La tierra, el agua y el aire saben a petr¨®leo.
Texaco, adquirida por Chevron en 2001, empez¨® a perforar el Amazonas del norte de Ecuador, en las provincias de Sucumb¨ªos y Orellana, con una concesi¨®n del Gobierno en 1964. Sali¨® de la zona en 1990 y dej¨® la explotaci¨®n a Petroecuador. En aquella zona viv¨ªan al menos cinco tribus ind¨ªgenas antes de que se llenara de trabajadores y de petr¨®leo. Dos de ellas, Tetetes y Sansahuaris, han desaparecido para siempre. El envenenamiento de los r¨ªos acab¨® con la pesca. El resto de las tribus pasaron de la econom¨ªa de subsistencia en la selva a la miseria en la econom¨ªa de mercado, trabajando para la petrolera.
Fajardo tambi¨¦n trabaj¨® para Texaco. No hab¨ªa mucho m¨¢s. Era adolescente y trabajaba ayudando de pe¨®n en lo que sal¨ªa, por ejemplo, tapar con tierra de cualquier manera un derrame de petr¨®leo. Mientras, empez¨® a colaborar con una misi¨®n de religiosos capuchinos navarros, donde pudo estudiar y comenz¨® a ver qu¨¦ era el "trabajo con las comunidades". "Al salir al campo te dabas cuenta de que el problema era real. Hab¨ªa contaminaci¨®n, sus animales mor¨ªan, sus hijos estaban enfermos, hab¨ªa c¨¢ncer, abortos... y la gente no ten¨ªa d¨®nde recurrir". Recuerda que la ¨²nica preocupaci¨®n de las autoridades locales entonces era proteger a Texaco.
Alrededor de la misi¨®n de los padres capuchinos, puso en marcha el embri¨®n de la resistencia, un comit¨¦ de derechos humanos formado por campesinos e ind¨ªgenas. Eran 50 personas organizadas por Fajardo. Ten¨ªa 16 a?os. Le echaron de la empresa petrolera y tambi¨¦n de una palmicultora que era la ¨²nica alternativa laboral. Acab¨® viviendo de su trabajo en la misi¨®n. "Los mismos curas me buscaron una beca, de una persona a la que no conozco, que financi¨® mis estudios en la universidad". Estudi¨® Derecho por correspondencia.
"Era una necesidad. Cada vez que recurr¨ªamos a una autoridad, nos dec¨ªan 'busquen un abogado que los ayude". Decidi¨® que ¨¦l ser¨ªa el abogado. El peque?o grupo creci¨® con afectados de otros pueblos. El caso se hizo internacional con la publicaci¨®n de un libro, Amazon Crude, de una abogada estadounidense llamada Judith Kimberling. Eso atrajo la atenci¨®n necesaria para encontrar abogados que presentaran la primera demanda contra Texaco. Fue el 3 de noviembre de 1993, en un juzgado de Nueva York, por iniciativa de hasta tres abogados estadounidenses distintos atra¨ªdos por la historia. En 1994, el adolescente que hab¨ªa organizado a las comunidades afectadas termin¨® la ense?anza secundaria.
Juicio en Ecuador
La defensa de Texaco a partir de entonces se bas¨® en decir que EE UU no era competente para juzgar el caso. De existir el da?o, deb¨ªa juzgarse en Ecuador. "Ten¨ªan influencia en el sistema pol¨ªtico y judicial, estaban convencidos de que podr¨ªan controlar el juicio. Y de hecho era verdad". La sentencia tard¨® nueve a?os en llegar. Texaco gan¨® la batalla el 16 de agosto de 2002. La Corte de Apelaciones de Nueva York acept¨® que el juicio se hiciera en Ecuador, con la condici¨®n de que se permitiera a los demandantes un a?o de plazo para rehacer su caso. La petrolera no ten¨ªa ni idea de lo que acababa de conseguir.
El 7 de mayo de 2003, dentro de plazo, se present¨® de nuevo la demanda ante la Corte de Justicia de Sucumb¨ªos. Pablo Fajardo colaboraba con los abogados estadounidenses y ecuatorianos que se hab¨ªan hecho cargo de la causa. El quinto hijo de Jos¨¦ Fajardo y Mar¨ªa Mendoza se hab¨ªa graduado en Derecho en 2004. Al a?o siguiente, asumi¨® el caso como abogado principal. La guerra de expertos y peritos llev¨® a hacer 106 informes periciales distintos, 58 de ellos financiados por Chevron, y el resto, de la otra parte. "Todos ellos demostraban la presencia de hidrocarburos".
Por entonces, todo este litigio lo estaba pagando un bufete de Filadelfia, Khon&Graf, para quien el caso de Texaco-Chevron era una inversi¨®n a riesgo. Es decir, si ganaban se llevaban parte de la indemnizaci¨®n, y si no, no cobraban. Bas¨¢ndose en un controvertido informe pericial, los afectados por el vertido reclamaban una indemnizaci¨®n de 27.300 millones de d¨®lares, en la que estimaban el coste de las reparaciones por las muertes y las enfermedades m¨¢s la limpieza completa de la zona.
"Hubo testimonios desgarradores. Conozco a gente que ha muerto durante el proceso. Por ejemplo, una mujer que tiene c¨¢ncer y su hija tambi¨¦n. Todo era gente as¨ª, que lo hab¨ªa vivido". La gente cont¨® ante el tribunal c¨®mo sus familiares cayeron a los pozos t¨®xicos y murieron envenenados. "Una se?ora se cay¨® al intentar rescatar a su vaca, trag¨® petr¨®leo y muri¨® poco despu¨¦s". La incidencia del c¨¢ncer en la regi¨®n es anormalmente elevada, seg¨²n los denunciantes.
En 2004, ocho d¨ªas antes de empezar la fase pericial del juicio, William Fajardo Mendoza, hermano de Pablo, fue hallado muerto. Ten¨ªa 28 a?os. Lo torturaron salvajemente antes de asesinarlo. "Yo no puedo afirmar que Chevron est¨¦ detr¨¢s", ha dicho siempre Pablo Fajardo, y lo mantiene. Por aquel entonces le advirtieron de que tambi¨¦n lo buscaban a ¨¦l. Lo comprob¨® una noche en que dos hombres armados hicieron guardia en la puerta de su casa, mientras ¨¦l estaba escondido en la de unos vecinos. Tiene tres hijos, de 14, 7 y 3 a?os. Toda la familia se desperdig¨® por otros pueblos por seguridad.
Contaminaci¨®n masiva de la altura de Chern¨®bil
Los demandantes que representa Fajardo (ya son un colectivo de 30.000 campesinos e ind¨ªgenas) presentan el caso de contaminaci¨®n masiva a la altura del de Chern¨®bil, el vertido del barco Exxon Valdez en Alaska o el reciente de BP en el Golfo de M¨¦xico. "La diferencia es que aquellos fueron accidentes. Pero en Ecuador, Texaco dise?¨® el sistema para contaminar. El objetivo era extraer petr¨®leo con la menor inversi¨®n posible". Seg¨²n uno de los peritos, en los 26 a?os que Chevron oper¨® en Sucumb¨ªa se ahorr¨® 8.500 millones de d¨®lares incumpliendo las normas m¨¢s elementales de seguridad y gesti¨®n de desechos.
Por la parte de Chevron, Fajardo ha escuchado en estos a?os todo tipo de argumentos. Entre otras cosas, dijeron que "el petr¨®leo no contaminaba". Tambi¨¦n, "que la Amazonia era un terreno petrolero y que ah¨ª no ten¨ªa por qu¨¦ vivir nadie". En otro momento comentaron que "el c¨¢ncer se produc¨ªa por la falta de higiene de los ind¨ªgenas". Tambi¨¦n llegaron a decir "que el petr¨®leo es biodegradable y a las pocas semanas no se notan sus efectos".
Lo ¨²ltimo fue a partir de 2009. "Vieron que el juicio era una amenaza real". Presentaron 14 demandas distintas por todo Estados Unidos contra la plataforma de afectados y cualquiera que trabaje con ellos para exigir informaci¨®n. Y lo consiguieron. "Tienen todos nuestros correos electr¨®nicos".
El 1 de febrero de 2010, Chevron plante¨® un caso de tipo RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations), la ley federal especial de Estados Unidos para el crimen organizado. La nueva tesis de Chevron es que los demandantes forman parte de una asociaci¨®n criminal cuyo negocio es extorsionar a la compa?¨ªa. Mientras, un empleado de Chevron intent¨®, cuenta Fajardo, sobornar al juez y grabarlo con c¨¢mara oculta, para demostrar que es supuestamente corrupto.
El 14 de febrero se emiti¨® la hist¨®rica sentencia en el tribunal de Lago Agrio que condenaba a Chevron-Texaco a pagar 8.560 millones de d¨®lares. Pero la empresa no tiene bienes en Ecuador, por lo que hay que embargar en el extranjero. Sin embargo, un juez llamado Lewis Kaplan, del Distrito Sur de Nueva York, decret¨® que la sentencia era inejecutable en EE UU mientras ¨¦l no decida de nuevo sobre la competencia de los tribunales. "Este juez no conoce el problema. Ha emitido fallos para m¨ª antijur¨ªdicos y con una convicci¨®n econ¨®mica y no jur¨ªdica", dice Fajardo. Ambas sentencias, en Lago Agrio y en Nueva York, est¨¢n recurridas por ambas partes. Un bufete de Washington llamado Patton Boggs se ha hecho cargo del caso por la parte ecuatoriana.
"Chevron ha dicho que no va a pagar. Pero tiene inversiones en 50 pa¨ªses, y la sentencia de Ecuador dice que la indemnizaci¨®n se puede cobrar en cualquier parte, no tiene por qu¨¦ ser en Estados Unidos. Tendremos que obligarle a pagar", dice Fajardo. Es decir, tendr¨¢n que presentar nuevas demandas all¨ª donde Chevron tenga bienes para embarg¨¢rselos en cumplimiento de la sentencia de Ecuador. El juez Kaplan ha dejado claro que, por ahora, en Estados Unidos no va a ser. "Este juez act¨²a desde la ignorancia del caso y guiado por las mentiras de Chevron", dice Fajardo.
La historia contin¨²a
La historia no ha terminado. Durante estos a?os, entre 20 y 30 millones de d¨®lares han sido invertidos en la demanda por parte sobre todo de abogados estadounidenses que se han ido relevando en el caso y de las donaciones de todo el mundo que reciben los demandantes. Fajardo asegura que han podido saber de "fuentes de los accionistas", que Chevron gast¨® 300 millones de d¨®lares en abogados solo en 2010, y el total en este litigio ya ha superado los 1.000 millones.
El hijo de dos campesinos analfabetos de Ecuador tendr¨¢ que volver a sentarse muchas veces con su malet¨ªn delante de las decenas de abogados que Chevron quiera poner en el caso. Y seguir¨¢ escuchando que el petr¨®leo no contamina, que el problema de los ind¨ªgenas es que no se lavan, que ¨¦l preside una organizaci¨®n criminal. Durante 18 a?os, y los que queden, Chevron ha utilizado todas las estrategias de defensa imaginables. Todas menos una. Nunca ha podido negar que la tierra, el agua y el aire de Sucumb¨ªos est¨¢n llenos de petr¨®leo. Sigue all¨ª.
Cronolog¨ªa del 'caso Chevron' en Ecuador
1964-1967. La petrolera estadounidense Texaco comenz¨® a perforar en la provincia de Sucumb¨ªos, al norte de Ecuador, cerca de la frontera con Colombia. En medio de la Amazonia, fueron perforados cientos de pozos, junto a los cuales se construyeron cientos de piscinas de residuos t¨®xicos al aire libre.
1990. Texaco abandona Ecuador tras caducar la concesi¨®n. La empresa Petroecuador se hace cargo de la producci¨®n de petr¨®leo en Sucumb¨ªos. Texaco deja el pa¨ªs sin dar una soluci¨®n a los pozos t¨®xicos.
1993. Un grupo de habitantes de Sucumb¨ªos, organizados en torno a una misi¨®n de religiosos capuchinos de Navarra, presenta la primera demanda contra Texaco en un juzgado de Nueva York. Argumentan que el elevado n¨²mero de casos de c¨¢ncer en la regi¨®n est¨¢ provocado por la presencia de los t¨®xicos. El petr¨®leo no s¨®lo impregna cada rinc¨®n de la provincia, sino que los pozos desaguan ilegalmente sobre r¨ªos que son el medio de vida de los ind¨ªgenas. Seg¨²n diversos estudios, el vertido es mayor que el del barco Exxon Valdez en Alaska. En su defensa, Texaco argumenta que el caso debe ser juzgado en Ecuador, no en Estados Unidos, porque all¨ª es donde est¨¢ el da?o.
2001. Chevron compra Texaco en una operaci¨®n de 45.000 millones de d¨®lares
y se convierte en la cuarta mayor petrolera del mundo y la tercera mayor compa?¨ªa
de Estados Unidos.
2002. Chevron-Texaco gana definitivamente el juicio en Nueva York. La demanda no puede continuar en los tribunales de Estados Unidos.
2003. Las comunidades ind¨ªgenas presentan de nuevo la demanda ante un tribunal local de Lago Agrio, en Sucumb¨ªos.
Ambas partes encargan decenas de informes periciales para medir la toxicidad de las aguas en la provincia y sus efectos sobre la salud. Uno de los informes, a cargo de los demandantes, cifra en m¨¢s de 27.000 millones de d¨®lares el coste de limpiar completamente la zona e indemnizar a sus habitantes. Los demandantes exigen como m¨ªnimo esa cantidad a Chevron-Texaco.
14 de febrero de 2011. Despu¨¦s de casi 18 a?os de litigio, el juez Nicol¨¢s Zambrano, del tribunal local de Lago Agrio, condena a Chevron a pagar una multa de 8.000 millones de d¨®lares al considerar demostrado que los vertidos son los causantes de los da?os al ecosistema y a la salud de las personas. La multa ser¨¢ del doble si Chevron no se disculpa con las comunidades ind¨ªgenas. La sentencia est¨¢ recurrida ante una instancia superior, pero Chevron afirma que la justicia de Ecuador est¨¢ corrupta.
Marzo 2011. Chevron logra que un juez de Nueva York declare inejecutable la sentencia con bienes de la compa?¨ªa en Estados Unidos. Por tanto, los demandantes no podr¨¢n cobrar a no ser que consigan embargar bienes de Chevron en otros pa¨ªses donde opera (la compa?¨ªa no tiene bienes en Ecuador). Los demandantes afirman que el juez Kaplan desconoce por completo la realidad del caso y est¨¢ manipulado por la petrolera. La decisi¨®n est¨¢ recurrida.
25 mayo de 2011. Varios fondos de inversi¨®n piden durante la junta de accionistas de Chevron que la compa?¨ªa llegue a un acuerdo con las comunidades ind¨ªgenas y ponga fin al litigio.
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