?Son buenas las dietas prote¨ªnicas?
La llegada del verano y el famoso m¨¦todo de adelgazamiento Dukan lo han puesto de moda, pero un men¨² pobre en grasa y carbohidratos sin control m¨¦dico puede generar carencias nutricionales, p¨¦rdida de masa muscular y efecto rebote
Un men¨² rico en prote¨ªnas y pobre en grasas y carbohidratos (o gl¨²cidos) logra bajadas espectaculares de peso muy r¨¢pidas. La f¨®rmula m¨¢gica del adelgazamiento si no fuera porque la gracia no est¨¢ en perder peso, sino grasa, cap¨ªtulo en el que estas dietas proteinadas no andan m¨¢s finas que las cl¨¢sicas hipocal¨®ricas. Adem¨¢s generan riesgos para la salud de quien las sigue por libre, sin supervisi¨®n m¨¦dica. A estas dos conclusiones llegan Jos¨¦ Cabo Soler, catedr¨¢tico de bioqu¨ªmica y biolog¨ªa molecular de la Universidad de Valencia, y Ana Sastre, coordinadora de los cursos de nutrici¨®n de la UNED y exjefa de la unidad de nutrici¨®n cl¨ªnica del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. Ambos protagonizan, a instancias de este peri¨®dico, lo que a priori iba a ser un a favor/en contra de los reg¨ªmenes hiperproteicos, pero que termina sumando m¨¢s peros que pros. Y desembocando en una recomendaci¨®n: este tipo de reg¨ªmenes solo tienen sentido en casos graves de obesidad, no por el capricho de quitarse unos kilos de m¨¢s.
Si se prolonga en exceso, supone un sobreesfuerzo del h¨ªgado y del ri?¨®n
Una hora despu¨¦s del cara a cara, el profesor Cabo Soler hablar¨¢ de Dietas de muy alto contenido proteico: posibles beneficios, dentro del ciclo de conferencias sobre alimentaci¨®n y salud organizado por el Instituto Danone y la Real Academia Nacional de Medicina. Mientras que la doctora Sastre replicar¨¢ con la ponencia Dietas proteinadas: limitaciones potenciales. La sesi¨®n pretende examinar de manera cient¨ªfica c¨®mo act¨²an estos planes, que vuelven a ser tema candente en la diet¨¦tica actual y a estar de moda gracias al ¨¦xito editorial de uno de ellos, el del franc¨¦s Pierre Dukan, muy criticado por los nutricionistas. "No hay ning¨²n m¨¦dico vigilando el proceso, la persona se compra el libro y se va a su casa a seguirlo, y eso es peligroso", alerta Cabo Soler, que diferencia estos m¨¦todos "sin control" de aquellos otros dise?ados por laboratorios y bajo supervisi¨®n facultativa. Algo fundamental, seg¨²n prosigue, para detectar posibles carencias nutricionales, por ejemplo, y compensarlas con alg¨²n tipo de suplemento.
Cuando en lugar de los 0,8 gramos por kilo y d¨ªa de prote¨ªnas recomendados para hombres (0,6 gramos para mujeres), se sube a 1,5 gramos y, en paralelo, se reducen las grasas a unos 10 gramos diarios, y los carbohidratos, a menos de 50 gramos, resulta muy f¨¢cil bajar dos kilos en las primeras 24 o 48 horas, porque, como explica el catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia, al no haber apenas ingesta de carbohidratos, el cuerpo recurre a sus dep¨®sitos de gluc¨®geno, que se almacena hidratado.
El organismo se ve forzado a fabricar cuerpos cet¨®nicos, que son unos compuestos qu¨ªmicos generados en el h¨ªgado a modo de energ¨ªa alternativa para sustituir (al menos parcialmente) la glucosa que necesitan el cerebro o los gl¨®bulos rojos. Ello implica un gasto extra de energ¨ªa por el esfuerzo metab¨®lico. Los nutrientes se pierden, arrastrando l¨ªquidos con ellos.
Y tampoco hay que olvidar que las prote¨ªnas tienen propiedades saciantes, que mitigan o eliminan la sensaci¨®n de hambre. Para adelgazar, "?es realmente necesario todo esto?", se pregunta la doctora, que hace menci¨®n a lo caro que resulta (marisco, pescado, carne) y enumera las contraindicaciones: no apto para diab¨¦ticos, personas con problemas cardiovasculares, insuficiencias hep¨¢ticas o renales, embarazadas, ni?os, adolescentes o tercera edad.
Equilibrio y m¨²sculos
Y en todo caso, el sprint inicial de estas dietas, el m¨¢s estricto, no debe prolongarse m¨¢s all¨¢ de las cuatro o seis semanas, seg¨²n recuerda. "No es equilibrado, supone un sobreesfuerzo para el h¨ªgado y el ri?¨®n", advierte. A lo que se a?ade el riesgo de que, al restringir tanto la glucosa, a menos de 30 gramos diarios, el organismo, que deber¨ªa producir los cuerpos cet¨®nicos a partir de su grasa almacenada, se ve obligado a fabricarlos en parte de las prote¨ªnas: de las procedentes de la dieta, en el menos malo de los casos, o de los m¨²sculos, lo que lleva a una p¨¦rdida de la masa muscular y a un efecto rebote.
"El problema es que provoca una disminuci¨®n del metabolismo, de manera que si antes de iniciar el plan manten¨ªas tu peso con 2.000 calor¨ªas, despu¨¦s necesitar¨¢s restringir el aporte a 1.800", expone Cabo Soler.
Las casas que comercializan estos reg¨ªmenes indican que tratan de preservar la masa muscular en las fases iniciales, pero no est¨¢ "al 100% demostrado que esto sea as¨ª", a?ade. Sastre tambi¨¦n lo cuestiona. El catedr¨¢tico compara una dieta proteinada sin carbohidratos de 800 calor¨ªas con una hipocal¨®rica equilibrada con el mismo aporte energ¨¦tico y alimentos de todos los grupos: "Con la primera se pierde casi medio kilo m¨¢s que con la segunda, pero la misma grasa, y adem¨¢s los kilos se recuperan antes cuando las calor¨ªas suben a 1.200".
?l se confiesa m¨¢s partidario de la segunda, aunque no est¨¢ diametralmente en contra de las hiperproteicas, siempre bajo control m¨¦dico y suavizando sus fases iniciales, de manera que se garanticen los carbohidratos suficientes para evitar la formaci¨®n de glucosa a partir de prote¨ªnas.
Les anota adem¨¢s otro punto a favor, y es que reparten las prote¨ªnas a lo largo del d¨ªa: "No podemos tomarlas todas al mediod¨ªa; han de estar presentes en el desayuno y en la cena, porque no tenemos la capacidad de almacenarlas e ir liber¨¢ndolas lentamente. Las c¨¦lulas gastan los amino¨¢cidos que necesitan, y si sobran, los usan de combustible". De manera que un organismo que lleva "m¨¢s de 12 horas sin consumirlos, echa mano de sus m¨²sculos". La doctora Sastre, por su parte, previene contra las "dietas locas" y desordenadas, el "ahora me salto la cena", el "hoy no desayuno"... Destaca que detr¨¢s del frenes¨ª por adelgazar hay negocio, y "negociar con la salud es muy peligroso".
"Hemos pasado unos a?os en los que las alfombras rojas estaban llenas de esqueletos. Cuando empec¨¦ a trabajar en el hospital, en 1975, atend¨ªamos a media docena escasa de anor¨¦xicas; cuando me jubil¨¦ en 2000 ten¨ªa una consulta de casi 500", recuerda. "Afortunadamente, estamos volviendo a una etapa m¨¢s equilibrada", dice con alivio.
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