Tergiversaciones sobre la eficiencia del Sistema Universitario P¨²blico Espa?ol y ajustes fiscales
Como autores de la monograf¨ªa Problemas de eficiencia del sistema universitario p¨²blico espa?ol, publicada en el Informe de la Fundaci¨®n Conocimiento y Desarrollo (FCYD) 2010 recientemente presentado en p¨²blico, y ante la informaci¨®n publicada en determinados medios de comunicaci¨®n nacionales y locales, basada pretendidamente en nuestro trabajo, debemos manifestar nuestra opini¨®n sobre la informaci¨®n hecha publica y sobre la dimensi¨®n y resoluci¨®n de los problemas de eficiencia en el sistema universitario p¨²blico espa?ol (SUPE).
Entendemos en primer lugar inapropiado que los responsables del Informe FCYD 2010 hayan presentado a los medios de comunicaci¨®n aspectos parciales de nuestro an¨¢lisis, completamente descontextualizados y haciendo caso omiso de nuestro enfoque general del problema y de nuestras conclusiones. Nos parece todav¨ªa menos aceptable que se presenten como conclusiones del Informe FCYD 2010 contenidos y an¨¢lisis que no han sido elaborados por los autores del propio informe, sino por unos colaboradores externosa los que se ha solicitado una colaboraci¨®n firmada, y que en nada participan de la elaboraci¨®n metodolog¨ªa y conclusiones de dicho informe y que, l¨®gicamente, desean -y tienen derecho- a que su contribuci¨®n sea conocida ¨ªntegramente, y no incorrectamente extractada y descontextualizada.
Resulta verdaderamente sorprendente que el 60% del contenido de las noticias de prensa a las que ha dado lugar la presentaci¨®n del Informe FCYD 2010 provengan de una colaboraci¨®n externa firmada por autores (nosotros) que no son autores del propio informe. Es todav¨ªa peor que en la presentaci¨®n oficial del lunes 6 de junio de 2011 no se hiciera menci¨®n a ninguno de estos aspectos, que sin embargo se trasladaron -con muy poco acierto y rigor- a los medios de comunicaci¨®n en la rueda de prensa correspondiente.
Pero vamos a lo intr¨ªnseco, cual es la visi¨®n que los autores tenemos de los problemas de eficiencia del SUPE, sencillamente la que se recoge en el punto 1 de nuestro trabajo y que transcribimos literalmente a continuaci¨®n:
"El Sistema Universitario P¨²blico Espa?ol (en adelante SUPE) ha sido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas un factor de formaci¨®n de capital humano y de ganancia de competitividad de la m¨¢xima importancia para la econom¨ªa espa?ola. Estudios recientes han puesto de manifiesto de manera objetiva y fundamentada su rentabilidad socioecon¨®mica: en producci¨®n, renta, empleo y fiscalidad, y su valor estrat¨¦gico. Al comp¨¢s de la fase expansiva del ciclo econ¨®mico, la sociedad espa?ola ha proporcionado en los ¨²ltimos quince a?os recursos crecientes a sus universidades, ello les ha permitido desplegar su oferta de ense?anza superior en la totalidad del territorio, y hacerlo con una disponibilidad de recursos humanos, infraestructuras y medios materiales considerable. Al mismo tiempo, las universidades han ido desarrollando una actividad cient¨ªfica creciente, que ha conseguido aproximar parcialmente al pa¨ªs al lugar que en este campo le corresponde por su potencial social y econ¨®mico.
El SUPE presenta, en su conjunto, unos resultados equiparables a la media de los pa¨ªses de la UE 19 y la OCDE. Utiliza unos recursos globales algo inferiores y proporciona unos resultados en servicios educativos equiparables, y unos resultados en I+D+i m¨¢s insuficientes (influido por un entorno productivo d¨¦bil en t¨¦rminos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos). Ello no excluye que tenga en su interior, como seguramente suceda en muchos otros sistemas universitarios de otros pa¨ªses, rese?ables problemas de eficiencia, que este trabajo se proponer identificar.
La sociedad espa?ola, y su econom¨ªa, tienen una necesidad estructural de cambio de modelo productivo, que ha de ser m¨¢s intensivo en conocimiento y en tecnolog¨ªa, para compensar la dr¨¢stica reducci¨®n del sector de la construcci¨®n residencial, que desde hace tiempo deven¨ªa inviable por el sobredimensionamiento que ha propiciado el car¨¢cter especulativo que en ¨¦l ha prevalecido y por su incompatibilidad con el equilibrio medioambiental.
Los sistemas universitarios, constituyen -como se ha se?alado- piezas clave del progreso social y de la aportaci¨®n de dosis determinantes de competitividad a las econom¨ªas avanzadas. Ser¨ªa un error estrat¨¦gico grave, reducir la aportaci¨®n de recursos a nuestro sistema universitario dado el destacado efecto multiplicador y de arrastre que manifiestan las inversiones en el sector. La identificaci¨®n de sus problemas de eficiencia, y su consiguiente resoluci¨®n, debe perseguir la mejora de su productividad y de sus resultados, no su adelgazamiento. Es m¨¢s, la supresi¨®n de sus problemas de eficiencia, debe proporcionar a los financiadores (p¨²blicos y privados), la confianza necesaria para intensificar la aportaci¨®n de recursos, en la convicci¨®n de que el aumento de los resultados docentes y de I+D+i de las universidades ser¨¢ una inmejorable noticia para el imprescindible cambio del modelo productivo espa?ol."
En conclusi¨®n, los resultados del SUPE, son -en relaci¨®n a los recursos de los que dispone- no s¨®lo aceptables, sino claramente positivos en la comparabilidad internacional. Adem¨¢s, los tres problemas de eficiencia que analiza nuestro trabajo tienen, como se se?ala en el mismo, buena parte de su origen en factores externos a las propias universidades:
- La inadecuaci¨®n de la oferta a la demanda de estudios (42% de titulaciones con una demanda de menos de 55 alumnos de nuevo ingreso) est¨¢ provocada en una parte no sustancial por "la voluntad de las autoridades p¨²blicas de extender la oferta territorial de ense?anzas universitarias, mediante la creaci¨®n nuevas universidades y campus locales, con el objetivo de aproximar los servicios universitarios a los usuarios, ..., que, a su vez, han propiciado la creaci¨®n de "demandas cautivas" que han desmotivado la concurrencia/competencia institucional y han reducido notablemente la movilidad territorial de los estudiantes." Junto a ello, ha agudizado el problema la dejaci¨®n del ejercicio de sus competencias de coordinaci¨®n del mapa de titulaciones por parte de las Comunidades Aut¨®nomas, sobre el que tiene capacidad plena de autorizaci¨®n, o no.
Se?alar, en este aspecto, que las universidades privadas presenciales presentan peores resultados de adecuaci¨®n a la demanda, el 66,6% de sus titulaciones tiene menos de 55 alumnos de nuevo ingreso.
- El mantenimiento de una elevada intensidad docente de las planes de estudio, (600 horas lectivas y cuatro a?os de duraci¨®n de los grados) y el exceso de plantilla de profesorado que requiere, se ha contrapuesto a una real adaptaci¨®n al EEES, aunque viene ciertamente amparada (algunos consideran que casi impuesta) por la regulaci¨®n de los estudios de grado, realizada por el ME.
- La existencia de personal con capacidad investigadora, que no obtiene resultados evaluables (24%), y la consecuente posible correcci¨®n o remoci¨®n, choca contra un muro regulatorio hasta ahora insalvable: la naturaleza funcionarial o de contrato laboral fijo de dicho personal, que dificulta enormemente/impide a los responsables universitarios desarrollar una pol¨ªtica de personal que d¨¦ soluci¨®n a dichos problemas.
En nuestro trabajo se?alamos los problemas de eficiencia del SUPE (no lo podemos hacer de la universidades privadas porque no todas proporcionan sus datos p¨²blicamente), y es nuestro objetivo que se tome conciencia de los mismos y se inicien acciones para resolverlos, porque ello permitir¨¢ a las universidades p¨²blicas ofrecer m¨¢s y mejores resultados a la sociedad a la que se debe. Somos plenamente conscientes, de que gran parte de las mismas est¨¢n en el ¨¢mbito regulatorio y de desarrollo de pol¨ªticas que corresponde a los Gobiernos nacional y auton¨®mico, y que muchos Rectores hacen un esfuerzo ¨ªmprobo para reducirlos. Somos conscientes tambi¨¦n, de que dichos problemas y niveles de no-eficiencia -u otros- habitan en otros sistemas universitarios internacionales (y en muchas otras organizaciones p¨²blicas y privadas), aunque por suerte para ellos, no son utilizados como un arma arrojadiza por una parte de los medios de comunicaci¨®n para cuestionar la incuestionable contribuci¨®n del sistema universitario a la formaci¨®n del capital humano, la competividad econ¨®mica y el progreso social de cada pa¨ªs.
Nada, ning¨²n dato, justifica una visi¨®n pesimista del rendimiento y de los resultados del SUPE, y mucho menos titulares de descalificaci¨®n gen¨¦ricos sobre su calidad y su contribuci¨®n destacada al avance de la econom¨ªa espa?ola. Aunque es posible que con ello se pretenda "se?alar un objetivo" y servir en bandeja un argumentario trufado de mala fe, ante el que parece inminente recorte presupuestario pr¨®ximo.
Las universidades y nuestro sistema cient¨ªfico tecnol¨®gico necesitan m¨¢s recursos p¨²blicos y, sobre todo, m¨¢s recursos privados. Ninguna pol¨ªtica fiscal de calidad deber¨ªa recortar los recursos p¨²blicos puestos a disposici¨®n de las universidades (y menos a¨²n de la sanidad, la pol¨ªtica social o la educaci¨®n no universitaria), aunque lo est¨¢n haciendo pol¨ªticas de trazo grueso, que son capaces de recortar un 6% a la sanidad, un 7% a la educaci¨®n y un 17% a la universidad, aunque s¨®lo reducen un 2% la subvenci¨®n de explotaci¨®n a la correspondiente televisi¨®n auton¨®mica, y no se sonrojan de mantener 240 organismos y empresas p¨²blicas a costa de los presupuestos de una sola autonom¨ªa.
Si profundizar en el ajuste fiscal es inevitable, como parece que lo es (porque lo exigen nuestros acreedores), el mantenimiento de los servicios p¨²blicos fundamentales es imprescindible para que la sociedad y la econom¨ªa mantengan los equilibrios m¨ªnimos que requiere un comportamiento arm¨®nico y capaz de generar avances. Debemos ajustar lo accesorio, lo prescindible, lo improductivo, y antes de reducir las bases del equilibrio social, y las acciones que dotan de impulso productivo a la econom¨ªa (I+D+i, pol¨ªtica tecnol¨®gica, industrial, etc.), afrontar abiertamente un nuevo sistema de financiaci¨®n del estado del bienestar, mediante nuevas contribuciones privadas al funcionamiento de los servicios p¨²blicos, y a ese respecto, hay un evidente camino que recorrer en los precios p¨²blicos universitarios, que debe andarse acompa?ado de una potente ampliaci¨®n de la pol¨ªtica de becas y ayudas al estudio, tal como se viene haciendo en los ¨²ltimos a?os.
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