Muere Giuseppe D'Avanzo, el cronista italiano del poder
El periodista de 'La Repubblica' fue muy incisivo con Silvio Berlusconi
En Italia hay una expresi¨®n para definir la independencia de la informaci¨®n del poder, y es una frase que, en los a?os del berlusconismo, ha sido repetida con frecuencia como una llamada a no ceder a las presiones de la pol¨ªtica: el periodista que no se dobla y sigue haciendo su trabajo, confiando solo en los criterios del oficio, tiene la schiena dritta, la espalda recta. Esta definici¨®n rebot¨® ayer en los centenares de mensajes de los lectores que llenaron la web de La Repubblica minutos despu¨¦s de conocerse la noticia de la imprevista muerte por un infarto de Giuseppe D'Avanzo, una de las firmas hist¨®ricas del diario italiano y uno de los mejores exponentes del periodismo de investigaci¨®n del pa¨ªs.
"Era el mejor de todos nosotros, periodismo en estado puro. Era clase e inteligencia y, sobre todo, pasi¨®n. Su oficio le permit¨ªa entender y explicar. Todo esto lo convirti¨® en el principal cronista italiano del poder. El hombre que hac¨ªa una investigaci¨®n permanente sobre el poder, porque sab¨ªa descifrarlo, sab¨ªa cogerlo en falta y demostrar las mentiras, donde las hab¨ªa, y los enga?os, al servicio de la verdad y de los lectores", declar¨® ayer el director del diario, Ezio Mauro.
D'Avanzo, nacido en N¨¢poles en 1953, lleg¨® al peri¨®dico en 2000 tras haber trabajado para el Corriere della Sera. Durante 11 a?os fue el autor de los principales art¨ªculos de investigaci¨®n del diario y, probablemente, del periodismo italiano contempor¨¢neo. D'Avanzo firm¨® junto a Carlo Bonini el reportaje sobre el Nigergate, la implicaci¨®n de los servicios de inteligencia italianos en la construcci¨®n del falso dossier sobre la importaci¨®n de uranio de N¨ªger por parte del Gobierno de Sadam Husein. Seg¨²n la investigaci¨®n, el estudio fue utilizado por el presidente estadounidense George W. Bush como prueba de que el dictador iraqu¨ª trataba de hacerse con armas de destrucci¨®n masivas. Las oscuras maniobras de los servicios secretos internacionales tras el ataque el 11-S -con los vuelos de la CIA y las detenciones ilegales de sospechosos de terrorismo- fueron objeto de otra gran investigaci¨®n sobre el secuestro por agentes estadounidenses en Mil¨¢n del im¨¢n egipcio Abu Omar.
Las entra?as de los palacios del poder siempre fueron al centro de su labor y se convirti¨® en una de las referencias para los lectores que buscaban en sus art¨ªculos las claves para descubrir los abusos y las debilidades de la pol¨ªtica del pa¨ªs. Suya fue la idea de lanzar, desde las p¨¢ginas de La Repubblica, las famosas "10 preguntas" a Silvio Berlusconi, sobre el caso Noemi y la relaci¨®n entre la menor y el jefe de Gobierno, mientras estallaba el esc¨¢ndalo de las fiestas privadas con presuntas prostitutas.
"Para todos nosotros ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil entender Italia sin su llamada de todas las ma?anas", dijo ayer Ezio Mauro, "pero lo haremos en su nombre y para proseguir su compromiso".
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