Contra las cuerdas en toda Europa
Solo quedan 500 ejemplares adultos de vis¨®n en Espa?a y ha desaparecido de 20 pa¨ªses europeos
Justo en estos momentos, a mediados de septiembre y tras tres meses de vida, los j¨®venes visones europeos se independizan de sus progenitores y se aventuran a vivir en solitario. Se aventuran, en el sentido estricto del t¨¦rmino, porque es uno de los mam¨ªferos m¨¢s amenazados de Europa, y porque un pariente invasor, m¨¢s voraz y con mayor capacidad de reproducci¨®n, le desplaza de unos r¨ªos ya bastante castigados.
El vis¨®n americano se mantiene en el primer puesto de las amenazas a las que se tiene que enfrentar el carn¨ªvoro aut¨®ctono, que entr¨® en la Pen¨ªnsula, desde el suroeste franc¨¦s, a mediados del pasado siglo. Desde entonces, los cauces en mejor estado de conservaci¨®n del Pa¨ªs Vasco, La Rioja, Navarra y el extremo nororiental de Castilla y Le¨®n han albergado unas poblaciones definitivamente desconectadas de las de su lugar de origen, en el pa¨ªs vecino. Desde 2007, varios trabajos de trampeo y seguimiento han confirmado la expansi¨®n del vis¨®n europeo hacia Arag¨®n. Se trata de una buena noticia dentro de un curr¨ªculo repleto de desastres.
Este mam¨ªfero, adaptado a la vida semiacu¨¢tica como la nutria (nada y bucea con facilidad) ha desaparecido de veinte pa¨ªses del continente en los que habitaba. Ahora reduce su distribuci¨®n a Rusia (la mayor poblaci¨®n), el delta del Danubio (Rumania), una isla de Estonia en la que fue introducido y las mencionadas de Francia y Espa?a.
Esta dispersi¨®n de las poblaciones y su reducido n¨²mero (la de Espa?a no alcanza los 500 ejemplares) reduce la variabilidad gen¨¦tica de la especie y, por tanto, sus posibilidades de supervivencia.
Las estrategias nacionales para salvar a las especies en peligro de extinci¨®n obligan a las comunidades aut¨®nomas a emplear el m¨¢ximo esfuerzo en su recuperaci¨®n. Asunci¨®n G¨®mez, una de las investigadoras m¨¢s reconocidas en la biolog¨ªa y conservaci¨®n del vis¨®n europeo, asegura que "las principales acciones y m¨¢s importantes se deben dirigir a erradicar las poblaciones de vis¨®n americano, pero tambi¨¦n a aumentar el h¨¢bitat disponible para la especie; no alterar los bosques de ribera existentes, fomentando corredores ecol¨®gicos; consolidar el programa de cr¨ªa en cautividad, activado en 2004; y favorecer, si fuera necesario en un futuro, proyectos de reintroducci¨®n en zonas libres de vis¨®n americano". Porque en el caso de que todo esto no se lleve a cabo la especie puede desaparecer en breve, advierte G¨®mez.
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