Mil¨¢n aparca el coche para frenar la contaminaci¨®n
La ciudad lombarda se cierra a la circulaci¨®n de veh¨ªculos entre las 8.00 y las 18.00.- La medida se aplica cada vez que la poluci¨®n supera los l¨ªmites fijados durante 12 d¨ªas seguidos
Los curas y los m¨¦dicos, las parejas de reci¨¦n casados y sus invitados fueron los ¨²nicos particulares -junto a los que poseen veh¨ªculos ecol¨®gicos- que desde las ocho de la ma?ana a las seis de la tarde de hoy han podido moverse en coche por Mil¨¢n. El resto lo ha tenido que hacer en transporte p¨²blico, en bici o a pie. Desde 2007, cada vez que la contaminaci¨®n supera durante 12 d¨ªas seguidos los niveles establecidos por la Uni¨®n Europea -50 microgramos de part¨ªculas por metro c¨²bico-, el domingo siguiente no se puede circular. La situaci¨®n de emergencia solo se desactiva si la calidad del aire de Mil¨¢n mejora durante tres d¨ªas seguidos. La medida, que l¨®gicamente cuenta con sus detractores, sus esc¨¦pticos y sus incondicionales, busca sobre todo concienciar a la ciudadan¨ªa del creciente problema de la contaminaci¨®n.
Para ello, claro est¨¢, hay que contar primero con pol¨ªticos concienciados con el problema. Y, a diferencia de Madrid, Mil¨¢n s¨ª los tiene. La prueba es que la citada norma fue puesta en marcha hace ya casi cinco a?os por el anterior equipo de gobierno -de centroderecha- y avalada por el actual -de izquierdas-. La vicealcaldesa, Maria Grazia Guida, es consciente de que un domingo de vez en cuando no puede de ninguna manera atajar un problema tan grave, pero cree que la medida s¨ª encierra un importante efecto pedag¨®gico. "Es una oportunidad", explic¨® al diario La Repubblica, "para aprender a reducir el uso de los coches cuando no son necesarios. Hemos perdido la costumbre de ir a pie o en bicicleta, de disfrutar de la ciudad". La norma, no obstante, solo se lleva a cabo en Mil¨¢n y no en su cintur¨®n industrial. De ah¨ª que el pr¨®ximo martes est¨¦n convocados todos los alcaldes de la zona para intentar consensuar medidas m¨¢s eficaces y, llegado el caso, m¨¢s contundentes. Aparte del domingo sin coches, en los periodos de emergencia quedan excluidos de la circulaci¨®n los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes. En ¨¦pocas de normalidad, la prohibici¨®n queda restringida a los jueves.
Los milaneses est¨¢n preparados. Saben que cuando el aire se vuelve denso durante varios d¨ªas seguidos, deben de ir quit¨¢ndole el candado a la bicicleta. Y hay quienes, como Elena Orlandi, una editora de 32 a?os, que hasta agradece que ese d¨ªa llegue: "Es un sue?o. Cuento los d¨ªas de superaci¨®n de los niveles y cuando llegan a 10, casi espero que la salud del aire no mejore durante otros dos m¨¢s para poder aprovechar as¨ª un domingo sin ruido y hedor a gasolina. Se crea una atm¨®sfera irreal, como de pueblo, la gente parece m¨¢s relajada. Ojal¨¢ fueran as¨ª todas las ma?anas. Ir¨ªa a trabajar en bici sin correr el peligro de que me aplasten".
A cambio de la buena disposici¨®n de los ciudadanos, el Ayuntamiento de Mil¨¢n pone en marcha una serie de incentivos como entradas gratuitas o con descuento para las piscinas municipales o los principales museos de la ciudad. Tambi¨¦n existe el proyecto de poner a la venta un pasaje ¨²nico que por 1,5 euros permita utilizar el transporte p¨²blico durante todo el d¨ªa declarado de emergencia ambiental. No obstante, hay quien la actual disposici¨®n claramente insuficiente. El l¨ªder local de Los Verdes, Enrico Fedrighini sostiene que el hecho de que "uno o dos domingos al mes" no puedan circular coches por Mil¨¢n no "solucionar¨¢ la crisis de la nube t¨®xica" causada por la elevada contaminaci¨®n ambiental. Y quien observa una contradicci¨®n que las mismas autoridades municipales que animan a los milaneses a dejar el coche en casa y subirse al autob¨²s o al metro sean los mismos que acaban de subir el billete univiaje a 1,5 euros. "Quienes subieron el billete de Atm [la empresa p¨²blica que gestiona el transporte local] y empujaron a la gente a elegir el coche, no pueden ahora darnos lecciones de moral sobre lo que contaminan los veh¨ªculos particulares".
La preocupaci¨®n por la contaminaci¨®n en Italia no se circunscribe a Mil¨¢n. Otro pu?ado de ciudades -entre las que se encuentran Roma o Bolonia- tambi¨¦n ensayan de forma espor¨¢dica medidas parecidas, siempre buscando el equilibrio imposible entre la pureza del aire y la necesidad de los ciudadanos de trasladarse de un lugar a otro. No contribuye a la soluci¨®n un sistema de transporte p¨²blico insuficiente. En Roma, por ejemplo, est¨¢n registrados 970 coches cada 1.000 residentes. Y, hasta hace unos a?os, dos d¨ªas a la semana solo pod¨ªan circular la mitad de los coches. Un d¨ªa los de matr¨ªcula impar se quedaban quietos y al d¨ªa siguiente los pares. Ahora la ¨²nica medida es la restricci¨®n del tr¨¢fico en 700 hect¨¢reas de las 3.000 que ocupa el centro. En Bolonia, por ejemplo, los jueves solo pueden circular la mitad de los veh¨ªculos. Si el jueves es d¨ªa 2 circulan los pares y si es d¨ªa 3, los impares.
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