La boina que nos asfixia
El 7% de la poblaci¨®n vive en zonas donde el aire excede los l¨ªmites legales de contaminantes - Expertos llaman a combatir la poluci¨®n como se atac¨® el tabaco
Acercarse a una ciudad, un pol¨ªgono industrial o una central t¨¦rmica en un d¨ªa de calma es la prueba m¨¢s visible de que la calidad del aire no es la id¨®nea. Pero, en verdad, es mucho peor que eso. Seg¨²n los datos de cuatro contaminantes (part¨ªculas en suspensi¨®n, ¨®xidos de nitr¨®geno, de azufre y ozono) recogidos en el informe La calidad del aire en el Estado espa?ol durante 2010 de Ecologistas en Acci¨®n, un 37% de los habitantes del pa¨ªs viven en zonas donde los l¨ªmites de al menos una de estas sustancias superan los l¨ªmites legales.
Y este es el vaso medio lleno. Porque el trabajo tambi¨¦n refleja que si en vez de los niveles m¨¢ximos de las directivas europeas se tomaran los que recomienda la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, la proporci¨®n de ciudadanos que respira un aire sucio llegar¨ªa al 87%.
El tr¨¢fico se considera el mayor culpable del deterioro ambiental
Las emisiones est¨¢n detr¨¢s de unas 20.000 muertes al a?o en Espa?a
El Gobierno quiere reforzar el anuncio de niveles peligrosos
Medir la contaminaci¨®n es complicado, seg¨²n los expertos
Los datos son alarmantes -aunque no representan una novedad, ya que los cinco informes anteriores de la organizaci¨®n ecologista iban en esta l¨ªnea-. Pero casi lo m¨¢s sorprendente es que tanto desde el entorno acad¨¦mico como incluso desde la Administraci¨®n los datos se dan por buenos.
"No me extra?a nada. Solo las ¨¢reas urbanas de Madrid y Barcelona representan unos ocho millones de habitantes [el 17 % del total de Espa?a], y el tr¨¢fico es una causa importante de esta contaminaci¨®n", afirma Jos¨¦ Mar¨ªa Baldasano, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Ambiental de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. "Adem¨¢s, en Barcelona hay una zona industrial y su situaci¨®n hace que la contaminaci¨®n se quede", afirma el catedr¨¢tico.
El informe de Ecologistas apunta a esta causa. "El tr¨¢fico es el principal responsable de las part¨ªculas en suspensi¨®n PM10 y PM2,5, llamadas as¨ª porque tienen un di¨¢metro de menos de 10 y 2,5 micras respectivamente, y tambi¨¦n de los ¨®xidos de nitr¨®geno [NOx]", indica Mariano Gonz¨¢lez, de la organizaci¨®n ecologista. "Los ¨®xidos de azufre (SO2) son de origen industrial, y el ozono troposf¨¦rico se produce por una reacci¨®n qu¨ªmica de los ¨®xidos de nitr¨®geno", a?ade el experto.
Por eso, lo normal es que las ¨¢reas urbanas sean las m¨¢s contaminadas como consecuencia del tr¨¢fico, si bien se registr¨® un ligero descenso en 2010, como ocurri¨® en 2009 y 2008, b¨¢sicamente por la crisis econ¨®mica, "que en este caso ha tenido un efecto positivo", dijo Paco Segura, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n. Esto es as¨ª porque el tr¨¢fico se ha reducido un 2,1% en 2010, a lo que hay que sumar los descensos de un 5% en 2009 y un 4% en 2008.
Tambi¨¦n la secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Teresa Ribera, hace hincapi¨¦ en lo que denomina "monodependencia del veh¨ªculo". "Con nuestra dependencia de los coches hemos dejado que el centro de las ciudades se colapse", indica.
Pero no todo es cuesti¨®n de coches, aunque el ec¨®logo Fernando Prieto afirma que sus emisiones suponen el 80% de los contaminantes del aire. "En Espa?a se mantienen centrales t¨¦rmicas [que usan carb¨®n] por motivos pol¨ªticos", afirma Baldasano. El catedr¨¢tico adem¨¢s se?ala que la pol¨ªtica con respecto al mercado de automoci¨®n tambi¨¦n tiene su parte de culpa. Habla de la promoci¨®n de los veh¨ªculos di¨¦sel, que si bien emiten menos CO2, como su motor alcanza mayores temperaturas produce m¨¢s ¨®xidos nitrosos. "Hay que buscar un balance".
Y Ribera pone el dedo en la llaga en la clave de todo este problema: que aparte del ruido o de la incomodidad de los atascos, la contaminaci¨®n del aire -y no solo en las ciudades- es un problema de salud p¨²blica. "Tiene un efecto directo en las alergias, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, pero, adem¨¢s, nos ha privado del placer de disfrutar la ciudad y fomenta el sedentarismo", indica Ribera.
El ecologista Segura coincide en que hay un problema de salud. Seg¨²n los datos que maneja su organizaci¨®n, extra¨ªdos de informes del ministerio de Medio Ambiente y de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), solo en Espa?a la mala calidad del aire est¨¢ relacionada con unas 20.000 muertes. En el mundo, la organizaci¨®n internacional, que el lunes hizo un informe referido solo a uno de estos contaminantes, las PM10 y PM2,5, eleva la cifra a 1,5 millones.
Para Ribera, Segura y Prieto, coordinador del mayor informe que se ha hecho sobre la calidad del aire en Espa?a, la clave que justificar¨¢ las intervenciones presentes y futuras es que prevenir en salud compensa. "No hay que verlo como un gasto, es una inversi¨®n", dice Segura sobre el coste de posibles medidas para reducir las emisiones de autom¨®viles o f¨¢bricas. "En estos tiempos en que se intentan reducir los costes sanitarios para mantener la sostenibilidad del sistema, hay que tener en cuenta este factor", apunta Ribera. Prieto lo resume de una manera m¨¢s tajante: "Es que compensa".
Claro que esto no es tan f¨¢cil. Haciendo un paralelismo con lo que ha costado tomar medidas para reducir el tabaquismo, Ribera afirma que hay que seguir una pol¨ªtica de "lluvia fina" con los mensajes, y m¨¢s en este caso, en que "pol¨ªticamente es delicado".
Aqu¨ª surge -casi habr¨ªa que decir que por fin- la primera discrepancia p¨²blica entre sectores tradicionalmente enfrentados como los ecologistas y la Administraci¨®n. Para los primeros, habr¨ªa que ser m¨¢s proactivos en las advertencias a la poblaci¨®n. "A m¨ª no me sirve de nada que me digan a toro pasado que el nivel de ozono ha excedido el recomendable. Quiero que esa advertencia llegue antes", afirma Prieto. "Y eso ahora no se hace", indica.
Ribera espera que esta cuesti¨®n quede resuelta en el Plan Nacional de calidad del Aire que el Gobierno se hab¨ªa comprometido a terminar en esta legislatura. Ribera espera que todav¨ªa haya tiempo. Prieto y los ecologistas son mucho m¨¢s esc¨¦pticos, y creen que ya no va a dar tiempo. En cualquier caso, en este plan se avanza la idea de que haya una informaci¨®n continua sobre la calidad del aire. "Que est¨¦ en los boletines informativos, que se difunda en los medios de comunicaci¨®n", se?ala Ribera. "No s¨¦ por qu¨¦ no se hace como con la informaci¨®n meteorol¨®gica u otra de servicios, que se da todos los d¨ªas", apunta Prieto.
Y que no se trata de un problema solo de pa¨ªses ricos. Curiosamente, en la clasificaci¨®n de ciudades con peor aire de la OMS est¨¢n en cabeza Ulan Bator (Mongolia) y Antananarivo (Madagascar). Por cierto que esta extra?a clasificaci¨®n apunta a algo que puede ser clave: la medici¨®n de la contaminaci¨®n es complicada, aunque saber de d¨®nde se parte sea clave para identificar d¨®nde se quiere llegar. La OMS lo hizo f¨¢cil, porque solo tuvo en cuenta uno de los contaminantes. Ecologistas en Acci¨®n simplemente recoge los datos, pero se niega a dar algo parecido a una clasificaci¨®n (por ejemplo, entre comunidades).
Incluso en el caso m¨¢s sencillo, el de medir solo un compuesto, el resultado no convence. Por ejemplo, en los datos de la OMS Zaragoza sale bastante mal parada, y Barcelona ni aparece. Esto se debe a que "son datos de 2008", indica Ribera, quien afirma que ahora en Zaragoza ha habido cambios importantes en la estructura de las comunicaciones de la ciudad que han hecho que ahora los datos sean mucho mejores. Segura, de Ecologistas, apunta a otro motivo para esta mejor¨ªa: que la capital aragonesa se ha apuntado a la moda -"muy seguida, y que no es solo de Madrid"- de cambiar las estaciones de sitio para ir a otros menos contaminados. El caso de Barcelona se debe a que la OMS solo toma datos de estaciones que aporten informaci¨®n al menos el 75% de los d¨ªas. Y en la capital catalana la informaci¨®n se aporta el 50% de los d¨ªas.
Este peri¨®dico ha intentado, a pesar de ello, obtener una especie de clasificaci¨®n. Tener cifras es clave para hacer una evaluaci¨®n y un seguimiento del problema. Pero no es f¨¢cil. De los datos del informe de Ecologistas se desprende una cosa: en 186 estaciones se ha superado el l¨ªmite legal cuando lo hay (PM10, ozono) o el recomendado de alguno de los contaminantes estudiados en un a?o. Y est¨¢n repartidas por toda Espa?a. Para intentar afinar m¨¢s se ha intentado hacer una clasificaci¨®n en funci¨®n de las zonas en que est¨¢ dividida cada comunidad.
En total, en Espa?a hay 130 de ellas, desde las 15 de Andaluc¨ªa (por ejemplo, Campo de Algeciras, C¨®rdoba, zona industrial de Carboneras) a las dos de La Rioja (Logro?o, y el resto). Pues en el 27,8% de ellas se ha excedido la cantidad m¨¢xima -legal o recomendada- de al menos uno de estos contaminantes.
En esta aproximaci¨®n a una clasificaci¨®n los peores datos son de Andaluc¨ªa, y los mejores, los de Cantabria. Aunque hay que introducir matices. Por ejemplo, no en todas las comunidades, zonas o estaciones se miden los niveles de los cinco compuestos objeto del estudio. Y, a veces, en esta lista ser m¨¢s escrupuloso con los datos penaliza. Adem¨¢s, la situaci¨®n de las estaciones y la delimitaci¨®n de las zonas tambi¨¦n influye.
En cualquier caso, tener datos es solo el primer paso. Que se avise a la poblaci¨®n, el segundo. Pero el tercero, -y m¨¢s peliagudo- es que se tomen medidas. "Todos debemos hacerlo", insiste Ribera. Los antecedentes no son halag¨¹e?os. Cuando en mayo pasado los niveles de ozono de Madrid empezaron a dispararse, el tr¨¢fico casi no disminuy¨®.
Mientras llega esa sensibilizaci¨®n, quedan las medidas de la Administraci¨®n. "El problema es que se ven como represivas. Nadie quiere contaminaci¨®n, pero tampoco quiere dejar el coche", dice Ribera. Peatonalizar o usar la bicicleta "son viables". "No hay excusas", apunta Prieto. Ecologistas en Acci¨®n va m¨¢s lejos, y habla de reducir autov¨ªas y autopistas. Pero todas esas iniciativas "todav¨ªa son vistas como restrictivas", se lamenta Ribera. Es lo que tiene la contaminaci¨®n: que ahoga poco a poco, y, mientras tanto, todos tenemos demasiada prisa como para ir andando.
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