El Supremo afirma que la pena de 22 a?os al asesino de Mari Luz debi¨® ser m¨¢s alta
Tambi¨¦n sostiene que su hermana debi¨® ser considerada coautora en vez de c¨®mplice
La Sala Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 22 a?os de prisi¨®n al asesino de la ni?a Mari Luz Cort¨¦s, Santiago del Valle, y de 9 a?os a su hermana Rosa del Valle por complicidad en el asesinato. La confirmaci¨®n del fallo incluye la del pronunciamiento expreso de la Audiencia de Huelva de que ambos condenados no puedan acceder al tercer grado de tratamiento penitenciario de semilibertad hasta que hayan cumplido la mitad de sus respectivas condenas.
El 13 de enero de 2008, Mari Luz Cort¨¦s, de cinco a?os de edad, sali¨® de su domicilio de la barriada de El Torrej¨®n, en Huelva, a comprar chucher¨ªas en un kiosco cercano. Cuando regresaba a su casa con una bolsa de palomitas, el pederasta Santiago del Valle, que se encontraba asomado a la ventana del primer piso de su domicilio, arroj¨® a la acera un osito de color blanco para atraer a la ni?a.
Mari Luz cogi¨® el osito, se adentr¨® en el portal y subi¨® el tramo de escalera de la vivienda de Del Valle. Este comenz¨® a tocarla el cuerpo con ¨¢nimo de satisfacer sus deseos y como la ni?a se resisti¨®, la sujet¨® por la mu?eca, forcejeando con ella. De resueltas del forcejeo, Mari Luz sufri¨® graves contusiones en el cr¨¢neo y en el t¨®rax, y qued¨® inconsciente. Ante la situaci¨®n, Del Valle decidi¨® deshacerse del cuerpo de la menor, meti¨¦ndola en un carro de la compra y colocando encima un chaquet¨®n para evitar que se le viera la cabeza.
Del Valle despert¨® a su hermana Rosa, que se encontraba durmiendo en otra habitaci¨®n, le cont¨® lo sucedido y le pidi¨® que le ayudara a transportar el cuerpo en una furgoneta que ella utilizaba habitualmente. Con la ni?a en el maletero del veh¨ªculo, fueron hasta la zona de las marismas, donde Santiago del Valle arroj¨® a la menor al agua cuando a¨²n estaba viva, muriendo Mari Luz de asfixia por sumersi¨®n. . Sin embargo, los magistrados afirman que la Audiencia de Huelva deber¨ªa haber impuesto penas m¨¢s altas porque el delito de abuso sexual fue cometido por Del Valle "con violencia" y la participaci¨®n de su hermana rebas¨® la complicidad y debi¨® castigarse como la de "autora por cooperaci¨®n necesaria" en la desaparici¨®n del cuerpo de la ni?a.
El cuerpo de Mari Luz apareci¨® el 7 de marzo de 2008 flotando boca abajo en la desembocadura de los r¨ªos Tinto y Odiel, siendo avistado por dos operarios de la empresa Cepsa.
El Supremo ha rechazado todos los motivos del recurso de Del Valle y de su hermana y ha confirmado las penas impuestos al primero de tres a?os por abusos sexuales y 19 por asesinato, y de nueve a?os a Rosa del Valle por complicidad. La sentencia dice que las penas debieron ser m¨¢s elevadas, pero no puede corregirlas porque el fiscal y la acusaci¨®n se conformaron con la calificaci¨®n de los delitos.
La confirmaci¨®n del fallo incluye la del pronunciamiento expreso de de la Audiencia de Huelva de que ambos condenados no puedan acceder al tercer grado de tratamiento penitenciario de semilibertad hasta que hayan cumplido la mitad de sus respectivas condenas.
El 13 de enero de 2008, Mari Luz Cort¨¦s, de cinco a?os de edad, sali¨® de su domicilio de la barriada de El Torrej¨®n, de Huelva, a comprar chucher¨ªas en un kiosco cercano. Cuando regresaba a su domicilio con una bolsa de palomitas, el pederasta Santiago del Valle, que se encontraba asomado a la ventana del primer piso de su domicilio, arroj¨® a la acera un osito de color blanco para atraer a la ni?a.
Mari Luz cogi¨® el osito, se adentr¨® en el portal y subi¨® el tramo de escalera del domicilio de Del Valle. ?ste comenz¨® a tocarla el cuerpo con ¨¢nimo de satisfacer sus deseos y como la ni?a se resisti¨®, la sujet¨® por la mu?eca, forcejeando con ella. De resueltas del forcejeo, Mari Luz sufri¨® graves contusiones en el cr¨¢neo y en el t¨®rax y qued¨® inconsciente. Ante la situaci¨®n, Del Valle decidi¨® deshacerse del cuerpo de la menor, meti¨¦ndola en un carro de la compra y colocando encima un chaquet¨®n para evitar que se le viera la cabeza.
Del Valle despert¨® a su hermana Rosa, que se encontraba durmiendo en otra habitaci¨®n, le cont¨® lo sucedido y le pidi¨® que le ayudara a transportar el cuerpo en una furgoneta que ella utilizaba habitualmente. Con la ni?a en el maletero del veh¨ªculo, fueron hasta la zona de las marismas, donde Santiago del Valle arroj¨® a la menor al agua cuando a¨²n estaba viva, muriendo Mari Luz de asfixia por sumersi¨®n. El cuerpo de Mari Luz apareci¨® el 7 de marzo de 2008 flotando boca abajo en la desembocadura de los r¨ªos Tinto y Odiel, siendo avistado por dos operarios de la empresa Cepsa.
Entre los motivos rechazados figura el de que la ni?a estuviese muerta al ser arrojada al agua, como dedujo de una segunda autopsia el doctor Luis Frontela. El Supremo mantiene que la afirmaci¨®n de que Mari Luz estaba viva cuando fue trasladada por Santiago del Valle a las marismas "est¨¢ m¨¢s que avalada" por los dict¨¢menes de los especialistas forenses del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa que concluyeron que la muerte fue por sumersi¨®n.
Durante el juicio fueron interrogados cinco forenses, por lo que "no resulta f¨¢cil" concluir que la ausencia en la vista del proceso del doctor Frontela constituyese una efectiva limitaci¨®n de las posibilidades de la defensa. Por tanto, la conclusi¨®n cient¨ªfica de la sentencia "descansa sobre la opini¨®n concertada de expertos en medicina legal".
El Supremo tambi¨¦n rechaza que la condena a Santiago del Valle se fundase ¨²nicamente en el testimonio de su hermana Rosa, ya que ante el juez instructor, Santiago declar¨® que la ni?a qued¨® inconsciente y la arroj¨® a una alcantarilla para desprenderse de su cuerpo.
Asimismo, considera probado que Del Valle cometi¨® el abuso sexual sobre la ni?a porque ante el juez reconoci¨® que utiliz¨® el osito blanco como se?uelo "por eso que le pasa con las ni?a y que no puede evitar", seg¨²n dijo.
Para el alto tribunal, la conclusi¨®n es que el procesado efectu¨® diversos tocamientos de car¨¢cter libidinoso y que la ni?a intent¨® "desesperadamente ", agrega la sentencia, marcharse del lugar.
El Tribunal lamenta que esa "violencia instrumental", inequ¨ªvocamente dirigida "a vencer la resistencia de la ni?a que se niega a ser manoseada por el procesado" haya merecido la calificaci¨®n de abuso sexual no violento. El Supremo considera que deber¨ªa haber sido calificado como abuso sexual con violencia, pero el fiscal y la acusaci¨®n particular aceptaron la calificaci¨®n m¨¢s leve, la Sala no puede corregirla.
Tambi¨¦n considera el Supremo que la intervenci¨®n de Rosa del Valle deber¨ªa haberse castigado m¨¢s gravemente. "Rosa colabor¨® con su hermano para que ¨¦ste pudiera desprenderse del cuerpo de Mari Luz" y necesariamente tuvo que percatarse de que el carro de la compra estaba ya ocupado por el cuerpo de la ni?a. "Esa indiferencia de lo que necesariamente tuvo que representarse como posible, esto es, que estuviera a dar muerte a una ni?a agonizante, colma las exigencias del tipo por el que se ha formulado la condena".
La sentencia no se para ah¨ª y a?ade que esa aportaci¨®n de Rosa a la desaparici¨®n del cuerpo de Mari Luz pod¨ªa haber recibido un tratamiento jur¨ªdico m¨¢s adecuado "en la autor¨ªa por cooperaci¨®n necesaria ". "Quien despu¨¦s de ser requerida para desprenderse del cuerpo de una ni?a todav¨ªa con vida, hecho ¨¦ste sobre el que es informada o simplemente se representa, se presta a trasladar en su veh¨ªculo al agresor y a la v¨ªctima, hasta que aqu¨¦l arroja en las marismas el cuerpo del delito, no se limita a una aportaci¨®n secundaria, accidental, sino que contribuye de forma decisiva, con dominio funcional del hecho, en la ejecuci¨®n del delito", dicen los magistrados. Pero como el fiscal y la acusaci¨®n aceptaron la complicidad el Supremo queda "exonerado de cualquier esfuerzo argumental al respecto".
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