Un cubo de m¨²ltiples caras
La galer¨ªa londinense White Cube emprende una feroz expansi¨®n pese a la crisis
Con los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres en puertas, la orilla sureste del T¨¢mesis acaba de estrenar la mayor galer¨ªa comercial de arte de todo el pa¨ªs. El espacio de 5.440 metros cuadrados que ocupa la nueva White Cube en el regenerado barrio de Bermondsey parece desafiar un contexto de turbulencias econ¨®micas, apostando a la contra con las cartas de la expansi¨®n. Tras la apertura de la tercera sede del grupo, asociado desde sus or¨ªgenes al BritArt de Damien Hirst y sus cotizaciones estratosf¨¦ricas, la White Cube ultima el desembarco en Hong Kong.
"La cresta del mercado del arte no se ha visto tan afectada por la crisis como se piensa, porque se trata de un mercado global que adem¨¢s se vigoriza con los j¨®venes valores. Creemos que es un buen momento para expandirse y rentabilizar las oportunidades que otros no aprovechan", sostiene Tim Marlow, director de exposiciones de la White Cube y portavoz del fundador y propietario del imperio, Jay Jopling, personaje al¨¦rgico a las entrevistas. La galer¨ªa de Bermondsey es la nueva pieza de un modelo de negocio que exige redundar en "espacios interesantes y flexibles, tambi¨¦n con gran capacidad para almacenar las obras de arte, si quieres mantenerte en lo m¨¢s alto".
Jay Jopling abre en la capital un tercer espacio, el mayor de Gran Breta?a
Dise?ado por el estudio Casper Mueller Kneer en el recinto de un antiguo almac¨¦n que data de los setenta, el complejo aloja tres grandes salas de exposiciones -la central con forma de cubo, marca de la casa-, habitaciones para visionados en privado, un auditorio y una librer¨ªa. En el exterior, una zona reci¨¦n adoptada por dise?adores, arquitectos y modernos locales de ocio, donde ya se perfilan las formas del nuevo rascacielos de Renzo Piano (The Shard, 310 metros de altura), arropa la White Cube. Un corto paseo la separa adem¨¢s de la Tate Modern, el museo de arte contempor¨¢neo m¨¢s visitado del mundo. Bermondsey es la pica en el sur de Londres de un conglomerado que ya cuenta con sedes en el centro y en el este, basti¨®n del grupo de J¨®venes Artistas Brit¨¢nicos (YBA) que revolucion¨® el panorama art¨ªstico de los noventa con sus propuestas conceptuales y el indisimulado lema de que "el arte no puede temer al dinero".
La estrategia pasa por instalarse en la pujante escena de Hong Kong
"El Jay Jopling galerista creci¨® con esa generaci¨®n", se?ala Marlow sobre la eclosi¨®n de Hirst, los hermanos Chapman, Tracey Emin, Marc Quinn o Sam Taylor-Wood, exmujer del marchante. A partir de su primera galer¨ªa en 1993, Jopling (de 48 a?os) consigui¨® erigirse en uno de los grandes promotores y vendedores del joven BritArt. Conduc¨ªa su negocio a dosis iguales con olfato comercial y relaciones p¨²blicas, tan esenciales en una era donde el arte entroncaba con la cultura de la fama. El detector de talentos y el h¨¢bil empresario son indisociables. "Siempre hemos sido listos con nuestros medios", a?ade el director de exposiciones del grupo, que tiene 120 empleados.
La estrategia del presente pasa por sumergirse en el mercado globalizado, con la apertura de una galer¨ªa en la pujante Hong Kong en primavera. El poderoso marchante americano Larry Gagosian ya tiene sucursal en la excolonia brit¨¢nica desde enero. Asia -y en especial China- se ha consolidado como el segundo comprador mundial de obras de arte (23% de ventas globales), mientras el sector acusa las incertidumbres de la eurozona. "Los principales coleccionistas vienen a comprar a Londres, pero nuestros artistas quieren potenciar sus carreras en aquella zona y hay que hacerlo desde dentro", afirma Marlow.
Se trata un mercado conservador, que suele favorecer las obras y antig¨¹edades orientales, pero la feria de arte que se celebra desde hace cuatro a?os en Hong Kong (Art HK) ha revelado un creciente inter¨¦s por las propuestas contempor¨¢neas. La inestabilidad de los mercados tambi¨¦n importa. "A los compradores que construyen sus colecciones de cara a la posteridad", asiente el responsable de la White Cube, "se suma una nueva generaci¨®n que ven en las obras de arte una inversi¨®n mejor que la burs¨¢til".
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