El avance de la mujer se frena
Un informe del CES constata la persistencia de desigualdades en el acceso al empleo y el salario - El reparto de tareas en el hogar contin¨²a como en 2002
La mujer va rompiendo las barreras que la alejan de la igualdad con el hombre. Su presencia en el mercado laboral ya es mayoritaria. Su representaci¨®n en los puestos directivos de la administraci¨®n no tiene el car¨¢cter residual de anta?o; y el porcentaje de mujeres j¨®venes con estudios superiores rebasa al de hombres j¨®venes (45,9% frente a 35,7%). Sin embargo, estos avances no han logrado derribar otras graves diferencias. La igualdad se ha estancado en algunas ¨¢reas fundamentales: las mujeres cobran menos que los hombres (tambi¨¦n en el paro y las pensiones) y tardan m¨¢s en conseguir su primer empleo. Adem¨¢s, las cosas en el hogar no han cambiado. Son ellas quienes m¨¢s se ocupan del cuidado de la casa y la familia y quienes deciden optar por la jornada laboral reducida. As¨ª se desprende de un informe del Consejo Econ¨®mico y Social (CES) hecho p¨²blico ayer, que tampoco traza un futuro halag¨¹e?o. La crisis, asegura, est¨¢ teniendo un efecto negativo en las pol¨ªticas de igualdad y las exigencias de austeridad presupuestaria plantean "serios interrogantes" sobre el futuro de estas medidas. Estas son algunas de las asignaturas pendientes:
- Conciliaci¨®n. Siete a?os despu¨¦s de su anterior informe, este ¨®rgano consultivo del Gobierno -en el que est¨¢n representados empresarios, sindicatos y organizaciones ciudadanas- muestra que la conciliaci¨®n sigue siendo una cuesti¨®n puramente femenina. Un ejemplo de ello es el tiempo que destinan hombres y mujeres al cuidado del hogar y la familia. En 2002, ellas dedicaban, de media, 4,5 horas al d¨ªa al hogar y los hombres 2,06 horas. En 2010, pese a su impulso en el mercado laboral, la mujer dedicaba 4,25 horas frente a las 2,28 horas del hombre, seg¨²n datos del INE recogidos por el CES. "Las mujeres contribuyen en mayor medida al sost¨¦n econ¨®mico de los hogares, pero los hombres no terminan de asumir su responsabilidad en el ¨¢mbito privado, lo que supone una carga de responsabilidades superior en muchas mujeres y una evidente desigualdad de g¨¦nero en t¨¦rminos de calidad de vida", alerta el CES. El desarrollo de pol¨ªticas de conciliaci¨®n propuestas no ha tenido, afirman, el resultado esperado.
- Hogares. El modelo de familia cl¨¢sico pierde peso. Los hogares unipersonales y monoparentales han aumentado. Al calor de esos cambios, los hogares que tienen como cabeza de familia a una mujer son ya dos de cada cinco. En 2004 eran solo un tercio. Una cifra en la que tiene mucho que ver tambi¨¦n la mayor esperanza de vida de las mujeres (84,9 a?os frente a los 78,9 de ellos). Laura Nu?o, directora de la C¨¢tedra de G¨¦nero de la Universidad Rey Juan Carlos, dice que realmente habr¨ªa que llamar a estas familias "monomarentales", porque est¨¢n fundamentalmente formadas por mujeres. As¨ª mismo, explica que la crisis tiene un papel importante en este auge de hogares sustentados por mujeres. "Cuando el var¨®n proveedor no trae un salario, es ella la que se echa a la calle a buscar lo que sea", dice.
- Cuidados. A pesar del irreversible proceso de incorporaci¨®n femenina al mercado laboral, en torno al 48% de las mujeres no trabajan o no buscan empleo por estar al cuidado de ni?os, adultos dependientes, o por dedicarse a otras obligaciones familiares. Entre los hombres, ese porcentaje es del 3,8%. Adem¨¢s, los permisos y excedencias por cuidado de hijos han sido solicitados, refleja el CES, en la pr¨¢ctica totalidad por mujeres. "Las mujeres siguen ocup¨¢ndose de lo de dentro y de lo de fuera", observa Almudena Fontecha, secretaria de Igualdad de UGT. "Ha habido muchos cambios, la mujer participa ya en la vida activa, pero esa incorporaci¨®n no se ha producido en t¨¦rminos de igualdad. El mercado de trabajo sigue funcionando como si las mujeres no estuvieran, y no se fomenta la corresponsabilidad. Para la mujer es una carrera de obst¨¢culos", dice. Dificultades mayores con la crisis. "?Cu¨¢l es una de las primeras medidas en caer? El permiso de paternidad", critica Nu?o. Porque en ausencia de servicios p¨²blicos, es la malla de solidaridad familiar quien se ocupa de los cuidados. Y esa malla son las mujeres.
El consejo propone incentivos fiscales a las pensiones para amas de casa
- Estudios y primer trabajo. Pese a que las mujeres tienden a alcanzar niveles educativos y rendimientos acad¨¦micos superiores a los de los varones, esta ventaja no se refleja en una mejor inserci¨®n laboral. Tampoco en mejores trayectorias laborales. Los hombres encuentran su primer trabajo una media de cuatro meses antes que las mujeres en casi todas las titulaciones, con la excepci¨®n del ¨¢rea de Derecho, donde son ellas quienes logran su primer trabajo 2,3 meses antes que sus compa?eros. Y es que la inserci¨®n laboral concurre con la edad de procreaci¨®n, algo que para Nu?o contribuye a esta realidad desequilibrada. "Aunque ellas est¨¢n posponiendo la maternidad [la edad media para el primer hijo est¨¢ en los 30 a?os], para un empresario es menos complicado contratar a un hombre. Si ellos se casan y tienen hijos se tiende a pensar que est¨¢n m¨¢s atados y asentados; en una mujer siempre existe el fantasma de lo que ocurrir¨¢ en un futuro y de las cargas familiares", se?ala.
- Empleo. El trabajo es una de las grandes barreras derribadas. Hoy en d¨ªa, las j¨®venes han crecido en un entorno en el que lo natural es trabajar. Y la incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral es ya irreversible (la tasa de actividad es ya de 52,3%). Sin embargo, la desigualdad, prevalece en un campo fundamental: el sueldo. Las mujeres cobran un 16,3% menos que los hombres, una diferencia que se acent¨²a hasta alcanzar el 26,3% cuando se considera el promedio anual (datos de 2006). Un hecho "indiscutible y prevalente", dice el Consejo Econ¨®mico y Social. Y que supone un reto pendiente en toda la UE. Este organismo expone que es complicado desentramar las causas de esta brecha: las diferentes jornadas, la ocupaci¨®n, la rama de actividad econ¨®mica, el nivel educativo, la antig¨¹edad, el tipo de contrato... "Incluso a iguales condiciones cobran m¨¢s ellos", dice Nu?o. Y apunta otro factor: "Ellos suelen tener disponibilidad absoluta y en las mujeres esa disponibilidad est¨¢ condicionada por sus cargas familiares. Aunque estas no existan est¨¢n ah¨ª para el empresario".
- Carrera. En los hogares, en el caso de tener que optar por renunciar a los ingresos de alguno de sus miembros, se prima la continuidad de los hombres en el empleo, analiza el CES. El patr¨®n tradicional y b¨¢sico de la sociedad patriarcal apenas ha variado en este punto, que supone un lastre para la carrera de las mujeres. Y el ejemplo es que hay m¨¢s hombres casados en puestos directivos que mujeres casadas (54,3% frente a 45,8%). Este ¨®rgano consultivo pone otro ejemplo extra¨ªdo de una encuesta del CIS: casi un tercio de las parejas de los directivos se dedica a las tareas del hogar, mientras que ninguno de los c¨®nyuges de las directivas est¨¢ en esta situaci¨®n.
- Paro. La inequidad en la tasa de paro se ha reducido, sobre todo desde que empez¨® la crisis econ¨®mica. Sin embargo, ese cambio no responde a una mejora de la situaci¨®n del empleo de las mujeres, sino a un empeoramiento de la situaci¨®n de los hombres, alerta el CES. Adem¨¢s, las mujeres que se han quedado en paro cobran una prestaci¨®n por desempleo inferior a la de los hombres -unos 4,5 euros menos al d¨ªa-.
- Pensiones. Una pensionista percibe al mes una media de 597,21 euros, mientras que la pensi¨®n media de un var¨®n es de 971,92 (datos de 2010). La segregaci¨®n laboral por raz¨®n de g¨¦nero implica, en el caso de las mujeres, menores salarios y, por tanto, menos base de cotizaci¨®n y pensiones de jubilaci¨®n m¨¢s bajas. Y es que, explica la secretaria de la Igualdad de UGT, la posici¨®n en el mercado de trabajo condiciona la posici¨®n de la futura pensionista. As¨ª, si se parte de una situaci¨®n desequilibrada, dif¨ªcilmente podr¨¢ corregirse. "Hemos generado las pensiones en t¨¦rminos de desigualdad", dice. Los periodos dedicados al cuidado de los hijos o dependientes (excedencias, reducciones de jornada) no computan. Algo que el Consejo Econ¨®mico y Social propone corregir. Tambi¨¦n propone incentivar fiscalmente las pensiones para las amas de casa. "La seguridad social deber¨ªa tener en cuenta estas situaciones y se deber¨ªan adoptar medidas compensatorias para corregir ese d¨¦ficit. No podemos esperar a que la sociedad cambie; lo est¨¢ haciendo a costa de las mujeres", concluye Fontecha.
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