Juzgar los libros por la portada
Chip Kidd lleva dos d¨¦cadas traduciendo en im¨¢genes los giros narrativos de autores como Murakami o James Ellroy
Ha trabajado para James Ellroy, Michael Crichton, John Updike, Oliver Sacks o Haruki Murakami. Y muchos, escritores, lectores, competidores, le consideran el mejor dise?ador de portadas de libros del mundo, adem¨¢s de uno de los hombres m¨¢s influyentes del universo editorial estadounidense. Chip Kidd (Pensilvania, EEUU, 1964) acababa de llegar a Barcelona y ya todos sab¨ªan c¨®mo las gastaba: su discurso para el AGI Open, asociaci¨®n que re¨²ne a lo m¨¢s granado del mundo del dise?o, fue brillante, y lleno del sentido del humor que este habitante de Nueva York desparrama en sus conversaciones. EL PA?S se sent¨® a conversar con Kidd poco despu¨¦s, mientras el genio disfrutaba de una cerveza fr¨ªa, embutido en una americana que parec¨ªa sacada directamente de los tiempos de la Ivy League.
Mago de trasladar el universo narrativo al lenguaje visual, no se anda por las ramas al explicar con sencillez su m¨¦todo de trabajo. "Cuando me enfrento a un libro, lo leo durante una hora y luego me enfrasco en el proceso de pensar qu¨¦ ser¨¢ lo mejor para ese libro en particular". ?Y es distinto un libro de ficci¨®n o de uno de no-ficci¨®n? "S¨ª y no: el proceso es el mismo y consiste en enfrentarse al libro sin expectativas. Es decir, no me despierto un d¨ªa pensando: 'Oh, hoy tengo que hacer una cubierta que sea azul', no funciona as¨ª. Al mismo tiempo tienes las mismas preocupaciones: te encargan un libro sobre Roma y piensas si la combinaci¨®n entre blanco y amarillo y verde va a funcionar. Luego est¨¢ el hecho de si he trabajado con el autor, aunque hay veces, como con [el reputado cr¨ªtico de arte] Robert Hughes o Murakami, en que cada vez es distinta. Luego est¨¢n los nuevos autores, que aunque trabajen por primera vez conmigo acostumbran a ser muy exigentes: la mayor¨ªa de las veces no aceptan lo primero que les propones".
En su n¨®mina de clientes se cuentan algunos de los autores y novelas m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Siempre, eso s¨ª, en la parte alta del negocio editorial: de aquel turbador Mystic River, de Dennis Lehane, al ic¨®nico Tiranosaurus rex de Parque Jur¨¢sico, la novela con la que Michael Crichton desat¨® la dinoman¨ªa con ayuda de un tal Steven Spielberg. "Soy un hombre muy afortunado, porque trabajo con autores que tienen mucha calidad", explica Chip Kidd. Es cierto que a veces leo algo y pienso, 'No, este libro no me gusta nada', pero despu¨¦s me puede el reto de hacer una buena cubierta. Sin embargo y parad¨®jicamente, cuando te gusta el libro, o, a¨²n peor, te gusta mucho el libro, entonces puede ser un proceso muy intimidatorio. Sientes la presi¨®n, y esa presi¨®n puede llegar a convertirse en una pesadilla. Aunque al final, lo importante es tener la idea. Sucede que a veces puedes tener una idea maravillosa para un libro horroroso y otra absolutamente inservible para un libro maravilloso. Esas cosas suceden todo el tiempo".
?Se identifica Kidd con aquella m¨¢xima de Al Pacino que recomienda dejar el trabajo de uno el d¨ªa en que se pierda el respeto por ¨¦l? "Nunca he trabajado ni pienso hacerlo en proyectos que me ofenden moralmente, libros que promulgan ideas a las que soy totalmente contrario. No podr¨ªa, jam¨¢s, dise?ar un libro para Sarah Palin, Michelle Bachman o Dick Chenney, porque les odio".
En Book 1, el dise?ador estadounidense repas¨® su carrera entre 1986 y 2006. Le supuso, dice, enfrentarse "con fuerza con ese ineludible e innegable sentido de la mortalidad y la idea de que todo eso iba a estar aqu¨ª despu¨¦s de que me muriera".
Puede resultar obvio, pero el final es un concepto muy presente para cualquiera que trabaje en un negocio tan escasamente virtual como el de los libros. "El papel no va a morir. Habr¨¢ ciertos libros que solo existir¨¢n en formato electr¨®nico: ciertos tipos de literatura que no te importa conservar, libros que cambian constantemente como los diccionarios o ciertas obras de referencia. Pero no creo que pase con todos los libros. Y de todas formas: ?qui¨¦n sabe lo que va a pasar en 10 a?os?".
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