?Mujeres vestidas, hombres desnudos?
Un texto sobre 11 candidatos a ser ministro aplica criterios diferentes en el caso de las mujeres El 91% de las voces expertas citadas por los medios son de hombres
En el art¨ªculo Ministrables sin cartera publicado el pasado lunes, se describ¨ªa la trayectoria de 11 pol¨ªticos que podr¨ªan ocupar una cartera en el pr¨®ximo Gobierno de Mariano Rajoy. El texto ha provocado quejas, "no por el interesant¨ªsimo contenido de los perfiles", en palabras de Germ¨¢n Casta?eda Elena, "sino por el perverso enfoque de g¨¦nero que, probablemente de forma inconsciente, han hecho tanto los redactores de esa informaci¨®n, como los responsables de supervisarla". La raz¨®n es que "en todos los perfiles sobre las mujeres se deja bien claro si est¨¢n casadas, divorciadas, si son madres solteras y cu¨¢ntos hijos tienen", detalles que no se explican de ninguno de los siete hombres retratados.
De Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa se dice que "acababa de ser madre" y que es "una mujer que se cas¨® por lo civil en Brasil"; de Dolores de Cospedal, que "decidi¨®, ya con una carrera pol¨ªtica m¨¢s que incipiente, ser madre en la cuarentena por fecundaci¨®n in vitro cuando a¨²n era soltera" y tambi¨¦n que ha aparecido "llena de perlas en la procesi¨®n del Corpus Christi"; de Ana Pastor, que est¨¢ "casada y sin hijos" y de Ana Matos, que "tiene tres hijos". Ning¨²n dato sobre el estado civil de los ministrables, ni de si tienen hijos y c¨®mo los han tenido. Y por supuesto, ninguna menci¨®n al atuendo de Federico Trillo en las procesiones de la cofrad¨ªa de Nuestro Padre Jes¨²s Nazareno, en las que suele participar. "Sinceramente", escribe Pablo Arce Garc¨ªa, de Valencia, "no pienso que tenga que ver con que los 11 periodistas que firman el art¨ªculo sean varones. Pero, si esa informaci¨®n puede ser interesante para saber qui¨¦nes son estas mujeres, ?por qu¨¦ lo ha de ser menos en el caso de los varones? Y en caso de que consideremos que pertenece a la esfera privada, ?por qu¨¦ pasa a tener relevancia en el caso de las mujeres?".
Interesantes preguntas para las que Javier Casqueiro, redactor jefe de Pol¨ªtica y autor del perfil de Dolores de Cospedal, tiene esta sincera respuesta: "Yo s¨ª creo que determinados aspectos de la vida privada de los candidatos a formar parte de un Gobierno son de inter¨¦s p¨²blico. La maternidad por fecundaci¨®n in vitro de Cospedal fue en su momento noticia. Lo que no s¨¦ es por qu¨¦ en este caso quienes hicieron los perfiles de los hombres no consideraron oportuno incluir tambi¨¦n este tipo de datos personales"."No existe un criterio preestablecido. En este caso, se encarg¨® el perfil de cada ministrable a la persona que mejor pod¨ªa hacerlo, y cada periodista aplic¨® su propio criterio", explica Casqueiro. Estoy de acuerdo en que ciertos aspectos de la vida privada de quienes se dedican a la pol¨ªtica son de inter¨¦s p¨²blico. Lo curioso, en este caso, es que se aplique solo a las ministrables. No se trata de un caso aislado. Es algo que sucede con relativa frecuencia y cada vez que ocurre recibo cartas de queja.
Cuando en octubre de 2010 se present¨® el ¨²ltimo Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, el cronista consider¨® oportuno decir que las ministras Leire Paj¨ªn y Trinidad Jim¨¦nez iban "de negro y beis" y que Rosa Aguilar llevaba una "chaqueta roja", pero nada se dec¨ªa del atuendo de los ministros ni sobre la bonita y llamativa corbata rosa que luc¨ªa Ram¨®n J¨¢uregui. Si las corbatas de los ministros no son relevantes, las chaquetas de las ministras tampoco. La cr¨®nica de la visita del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterray su esposa en marzo pasado inclu¨ªa esta frase: "Tanto Carlos como Camila se han mostrado muy sonrientes al encontrarse con don Felipe y do?a Leticia. Las damas han lucido conjuntos primaverales, la princesa en tonos grises y la duquesa en beis". "?Y los caballeros? ?Acaso no iban vestidos?", inquiri¨® entonces Marta Palacio.
Aunque pueda parecer un asunto menor, no lo es. Revela que los estereotipos sexistas impregnan el relato period¨ªstico con mucha m¨¢s frecuencia y profundidad de lo que parece, incluso en un diario con una l¨ªnea editorial comprometida con la igualdad de las mujeres como este. "Que un peri¨®dico como EL PA?S considere adecuado publicar algo as¨ª, probablemente obedece solo a ese machismo deglutido, impl¨ªcito, incorporado ya al ADN, que es, precisamente, el m¨¢s dif¨ªcil de erradicar y el m¨¢s da?ino", apunta Germ¨¢n Casta?eda.
Estoy de acuerdo. Porque una cosa es adoptar el discurso de la igualdad y otra llevarlo a la pr¨¢ctica. Y no es un asunto meramente formal. Los mismos mecanismos subliminales operan tambi¨¦n a la hora de decidir los contenidos y, lo que es m¨¢s importante, a qui¨¦n se concede protagonismo y autoridad en el relato informativo. El Proyecto de Monitoreo Global de Medios se ocupa de medir, desde 1995, la presencia de las mujeres en los medios de comunicaci¨®n de m¨¢s de cien pa¨ªses. Cada cinco a?os, un d¨ªa determinado, los equipos que realizan esta investigaci¨®n en cada pa¨ªs analizan una muestra de noticias aparecidas en distintos medios. En el caso de Espa?a, 315 informaciones de cinco peri¨®dicos, entre ellos EL PA?S, cinco informativos de televisi¨®n y cuatro de radio.
Apuntar¨¦ solo algunos de los datos m¨¢s relevantes del ¨²ltimo informe, publicado en 2010. De entre las 570 personas que se citan en las informaciones analizadas, solo el 23% son mujeres. La presencia de hombres es abrumadora en secciones de poder como Pol¨ªtica y Econom¨ªa, y mientras que a los hombres se les identifica m¨¢s por su cargo o profesi¨®n, las mujeres aparecen con m¨¢s frecuencia como receptoras o v¨ªctimas que como protagonistas de algo. Y en el 17% de las informaciones sobre mujeres se dan datos de parentesco o situaci¨®n familiar, mientras que esta informaci¨®n solo se da del 5% de los hombres sobre los que se informa.
La desigualdad no se limita a la escasa presencia de mujeres como sujetos o protagonistas de la informaci¨®n. Hay otra invisibilidad, m¨¢s insidiosa, que influye en la naturaleza del relato que los medios hacen de la realidad: su escas¨ªsima presencia como fuente informativa. La fuente goza de una especial relevancia, ya que, o bien representa una posici¨®n de poder, en sentido pol¨ªtico o econ¨®mico, o una posici¨®n de autoridad, en el sentido etimol¨®gico de la palabra, es decir, alguien a quien se le reconoce la autorictas, la voz experta. Pues bien, en la citada muestra, el 91% de las voces expertas que aparecen son de hombres. ?Creen los directores de los medios y los periodistas que solo hay un 9% de mujeres entre las voces expertas en este pa¨ªs? He preguntado a la coordinadora del estudio en Espa?a, Elvira Alt¨¦s, profesora de Comunicaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, sobre la posici¨®n que ocupa EL PA?S en esa estad¨ªstica. "Est¨¢ por debajo de la media", responde. "En la muestra analizada, que incluye todas las noticias de portada de ese d¨ªa y todas las que abren las diferentes secciones, aparecen 46 personas, de las que solo cinco son mujeres".
El Colegio de Periodistas de Catalu?a, el Consejo Audiovisual y el Instituto de la Mujer de Catalu?a presentaron en septiembre elmanual period¨ªstico G¨¦nero y medios de comunicaci¨®n destinado a promover la reflexi¨®n cr¨ªtica sobre "los prejuicios de g¨¦nero que perviven en nuestra sociedad, penetran en los mecanismos de trabajo y acaban reflej¨¢ndose en el relato informativo". El manual contiene abundantes ejemplos y materiales para cambiar las rutinas. Invito a los periodistas de EL PA?S a revisar su pr¨¢ctica profesional con relaci¨®n a esta cuesti¨®n. ?Son justos a la hora de atribuir protagonismos y elegir las fuentes? Solo la revisi¨®n cr¨ªtica del propio trabajo permitir¨¢ romper la inercia que perpet¨²a la desigualdad y los estereotipos sexistas.
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