Sin profesores para tanto biling¨¹e
Son pocos los docentes funcionarios aptos para impartir su asignatura en otro idioma Con las oposiciones congeladas, los interinos buscan all¨ª su hueco
Nadie duda de que el ingl¨¦s es la lengua vehicular del siglo XXI y de que es imprescindible su dominio para que un pa¨ªs sea competitivo. Sobre el papel, en sus programas electorales, los principales partidos espa?oles lo afirman y lo repiten cada vez que se inaugura un nuevo centro biling¨¹e o secci¨®n dentro de un instituto. Pero existe un profundo y serio problema de base: la mayor¨ªa de los docentes de Primaria y Secundaria no tienen el nivel de ingl¨¦s suficiente para impartir en esta lengua sus asignaturas. La desproporci¨®n es evidente y se agrandar¨¢ a medida que aumenten los colegios e institutos biling¨¹es. En Madrid hay 345; en Andaluc¨ªa, m¨¢s de 800.
En esta ¨²ltima comunidad, se empez¨® el pasado curso con 129 plazas biling¨¹es sin ocupar y se organiz¨® una convocatoria extraordinaria entre interinos, aunque finalmente no sustituyeron a quienes impart¨ªan las materias en espa?ol porque con el tr¨¢mite era ya marzo y los centros se negaron al remplazo.
Francisco Lorenzo, profesor de Filolog¨ªa en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, es optimista: ¡°Desde hace 10 a?os que empezaron los programas se han hecho avances realistas. Los profesores antes ten¨ªan un nivel m¨¢s bajo y necesitaban un asistente (un extranjero de apoyo), pero cada vez menos¡±. Adem¨¢s de la presencia de auxiliares, este curso por primera vez el Ministerio de Educaci¨®n ha ofertado 60 plazas de ¡°profesor visitante¡±.
El Ministerio de Educaci¨®n se propuso en 2011 como objetivo para 2020 ¡°que todo el profesorado que vaya a impartir su materia en una lengua extranjera tenga acreditado, como m¨ªnimo, el nivel C1 de referencia¡±. El C1 equivale al usual diploma Advanced de la Universidad de Cambridge. ¡°Olvidamos que los programas pluriling¨¹es empezaron en Bruselas en los a?os cincuenta. Lo que ocurre es que en Espa?a solo ten¨ªan acceso las clases pudientes hasta que hace 10 a?os se ha empezado a aplicar en la red p¨²blica¡±, subraya Lorenzo.
Impartir la materia ¡ªcualquiera menos Lengua Espa?ola y Matem¨¢ticas¡ª tiene sus beneficios. En algunos casos son econ¨®micos: en Madrid, por ejemplo, un complemento de dedicaci¨®n de hasta 173 euros al mes. Y en todos, mejoras organizativas. En cada centro hay un coordinador del programa en ingl¨¦s y se ofertan cursillos de perfeccionamiento en el extranjero<NO1>o lo que se llaman ¡°villas inglesas¡± dentro de Espa?a<NO>. Y, por supuesto, a nadie se le escapa que los adolescentes que se decantan por la ense?anza biling¨¹e son alumnos m¨¢s motivados, con cierta sensibilidad y normalmente con mejores expedientes acad¨¦micos.
Cada comunidad aut¨®noma tiene su forma de seleccionar a su profesorado. En casi todas, mediante diplomas oficiales que acreditan su nivel, aunque en Madrid, y previsiblemente pronto en Asturias, existe una prueba de habilitaci¨®n. ¡°Es cada vez un examen m¨¢s complicado. Antes, una maestra con un nivel First Certificate pod¨ªa pasarlo y hoy es imposible. Han cerrado la mano¡±, sostiene Carmen de Torres, directora pedag¨®gica de la academia Cen Oposiciones. No cabe duda de que cada vez se exige m¨¢s a estos docentes. En Galicia, por ejemplo, donde hab¨ªa que justificar un nivel B1 dentro del marco de referencia europeo ¡ªel tercer grado dentro de los seis que establecen los est¨¢ndares internacionales¡ª ser¨¢ un B2.
Con las oposiciones a profesores y maestros bloqueadas en casi toda Espa?a ¡ªse esperan tan solo en Andaluc¨ªa y Pa¨ªs Vasco¡ª, las academias han encontrado en el ingl¨¦s una salida a su ruina. ¡°Tenemos unos 120 alumnos. Empezamos en octubre porque muchos profesores lo demandaban¡±, cuenta De Torres. ¡°En Madrid hay asignaturas en las que tener la habilitaci¨®n te cambia la vida. De estar el 500 en la lista de Historia puedes pasar al 50¡±, asegura De Torres. En su academia dividen entre quienes tienen nivel medio, y necesitan conocimientos en todas las competencias, y quienes tan solo tienen que preparar el examen oral. ¡°Les empiezan preguntando cosas generales y luego cosas m¨¢s precisas de su asignatura. Te puede pasar, como ocurri¨®, que te pidan que expliques en ingl¨¦s las leyes de Mendel. Por eso intentamos ense?arles vocabulario espec¨ªfico¡±.
Antonio, profesor de Tecnolog¨ªa, se ha presentado tres veces a la habilitaci¨®n sin ¨¦xito. Ve series en ingl¨¦s, escucha podcast, lee libros, estudia ¡°un poco¡± y ha recibido dos cursos de la Comunidad de Madrid. En el segundo obtuvo un 6,8 y considera la prueba oral ¡ªse est¨¢ exento de la escrita con un diploma superior de la Escuela Oficial de Idiomas o el t¨ªtulo de Filolog¨ªa¡ª demasiado exigente. ¡°No vamos a ense?ar ingl¨¦s, sino facilitar que los chicos se acostumbren al idioma dando las clases en ¨¦l, haciendo los ex¨¢menes, estudiando, etc¨¦tera¡±.
?Cambiar¨ªa algo de la prueba? ¡°La audici¨®n es complicada, y en el escrito de 300 palabras ¨²ltimamente van m¨¢s a que sepas escribir cartas formales, reclamaciones o anuncios a una simple redacci¨®n. ?De verdad es necesario conocer escritos formales para dar clase en ingl¨¦s?¡±, se cuestiona Antonio. En su ¨²ltimo intento, le preguntaron qu¨¦ ventajas ve¨ªa en la multiculturalidad. ¡°No sab¨ªa qu¨¦ decir, pero el problema no era el idioma. Al final, dije algo para que no pensar¨¢n que no sab¨ªa ingl¨¦s¡±.
Tambi¨¦n los profesores de ingl¨¦s en Madrid tienen que pasar una entrevista en este idioma para impartir en las secciones biling¨¹es y, parad¨®jicamente, son muy pocos los que se presentan a esta habilitaci¨®n. En especial, los docentes mayores. El 2020 no est¨¢ tan lejos y el C1 es una dura meta.
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