El hipotecado no es el moroso (pero est¨¢ al l¨ªmite)
La deuda con la banca se dispara al m¨¢ximo en dos d¨¦cadas por las inmobiliarias Los hogares, pese al alt¨ªsimo paro, pagan presionados por la dura legislaci¨®n Las entidades saben que ser¨¢ dif¨ªcil contener la situaci¨®n durante mucho tiempo
En The Company Men, una pel¨ªcula estadounidense estrenada el a?o pasado, Ben Affleck interpretaba a un ejecutivo que juega al golf, conduce un buen coche y vive en una lujosa mansi¨®n. Pero todo esto se viene abajo de un d¨ªa para otro cuando se queda sin trabajo. Entre otros cambios, el protagonista deja de pagar la casa donde viv¨ªa y al poco tiempo ¨¦l y su familia se mudan a la de sus padres. Esta facilidad para interrumpir el abono de la hipoteca que es habitual en series y pel¨ªculas estadounidenses es impensable en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos. Como en Espa?a, donde la vivienda es lo ¨²ltimo que un ciudadano deja de pagar. Por eso, pese a que la morosidad se ha disparado en los ¨²ltimos a?os hasta convertirse en el gran problema del sector financiero, las tasas de impago de las familias se mantienen en porcentajes muy bajos.
El volumen del cr¨¦dito moroso se ha multiplicado por 13 desde el inicio de la crisis, pero solo un 2,7% del dinero prestado para la compra de vivienda est¨¢ clasificado como dudoso. Este porcentaje, en cambio, roza el 20% en el caso de las empresas del sector inmobiliario. Pese a que el volumen de cr¨¦dito concedido a particulares para comprar la vivienda m¨¢s que duplica el que recibieron las empresas inmobiliarias, los impagos de estas superan los 57.000 millones de euros, tres veces superior al que suman todas las familias.
La demanda para que se regule la daci¨®n en pago es cada vez mayor
Son las compa?¨ªas, y muy especialmente las dedicadas a la construcci¨®n y a la promoci¨®n de viviendas, las principales responsables de un agujero que amenaza con hacerse m¨¢s y m¨¢s grande en los pr¨®ximos meses. La tasa de morosidad general trep¨® en noviembre hasta el 7,5%, pero los expertos no tienen dudas de que este a?o alcanzar¨¢ el 8%, un nivel similar al registrado a principios de los a?os noventa.
¡°La morosidad de los hogares siempre ha sido muy inferior a la de las empresas, porque la legislaci¨®n espa?ola trata con mucha dureza las insolvencias personales. Pese a ello ha crecido mucho en los ¨²ltimos tiempos, y es de esperar que lo haga m¨¢s pr¨®ximamente, cuando los mecanismos que la han contenido hasta ahora ¡ªsubsidios por desempleo, ahorros que van desapareciendo o la solidaridad dentro de las familias¡ª van extingui¨¦ndose poco a poco. Los bancos no han reflejado a¨²n estas p¨¦rdidas en sus balances, pero son perfectamente conscientes de que esto va a pasar¡±, se?ala Vicente Cu?at, profesor de Finanzas de la London School of Economics. Un estadounidense que observa c¨®mo su casa est¨¢ perdiendo valor tiene un incentivo para ir a su oficina bancaria, dejar las llaves en un mostrador y decir que se niega a seguir pagando por una vivienda que vale menos que la deuda que contrajo para comprarla.
Muchas cajas y bancos prefieren refinanciar los pr¨¦stamos
En Espa?a es cada vez mayor la demanda social de que se pueda hacer lo mismo ¡ªes decir, que se regule la figura jur¨ªdica de la daci¨®n en pago; y que se haga con efectos retroactivos para beneficiar a las familias que est¨¢n pendientes de un proceso de desahucio¡ª. Pero tanto el Gobierno actual del PP como el anterior socialista se niegan, con el argumento de que esa decisi¨®n encarecer¨ªa los pr¨¦stamos que bancos y cajas concedieran a partir de ahora. El resultado es que los incentivos para interrumpir el pago de la vivienda son aqu¨ª inexistentes. Pero la legislaci¨®n por s¨ª sola no explica por qu¨¦ la inmensa mayor¨ªa de una sociedad que soporta una tasa de paro del 21,5% contin¨²a cumpliendo religiosamente con sus obligaciones hacia el banco. Las facilidades que las entidades financieras han dado en los ¨²ltimos a?os a las familias en apuros econ¨®micos tambi¨¦n contribuyen a esta baja morosidad.
Es la famosa patada hacia adelante: muchos bancos y cajas prefieren refinanciar pr¨¦stamos que ahora no pueden ser devueltos con la esperanza de que la situaci¨®n econ¨®mica mejore en un futuro cercano. El problema es que las entidades ya iniciaron esta pol¨ªtica al principio de la crisis y cuatro a?os m¨¢s tarde no se atisba esa famosa luz al final del t¨²nel de la que todo el mundo habla pero que nadie ha visto.
Los financieros admiten
que tienen que sanearse
pero defienden el modelo
Las entidades financieras sacan pecho ante lo que consideran una fortaleza de su modelo de negocio: es cierto que la morosidad de particulares por cr¨¦ditos destinados a la compra de un piso se ha m¨¢s que multiplicado por cuatro desde 2007, pero tambi¨¦n lo es que contin¨²a en tasas comparativamente bajas. ¡°Nos hemos centrado en la banca comercial y no en la de inversi¨®n. El nuestro es un modelo que se ha demostrado v¨¢lido y con futuro. La banca espa?ola tiene por delante el reto de sanearse; pero es que en otros pa¨ªses, adem¨¢s de sanearse, el sector tambi¨¦n tiene que pensar c¨®mo cambia de modelo¡±, aseguran fuentes de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Banca (AEB).
La portavoz de la patronal del sector insiste en que la banca comercial obliga a las entidades a disponer de una extensa red de oficinas y a evaluar operaciones de escaso tama?o que dejan un rendimiento escaso, pero que a la vez la crisis ha demostrado que este es un modelo de negocio funcional, que sigue siendo v¨¢lido.
El reverso de esta visi¨®n optimista son los m¨¢s de 74.000 millones de euros que las entidades tienen clasificados como cr¨¦dito moroso concedido a las empresas inmobiliarias y constructoras, cantidad que se ver¨ªa incrementada sustancialmente si se incluyeran las ejecuciones hipotecarias que se han producido en los ¨²ltimos a?os. Y tambi¨¦n los 17.700 millones que pidieron las familias para comprar un techo y que ahora no pueden devolver. Si se suman todos los sectores, la cifra total de morosidad que arrastran las entidades roza los 134.000 millones. Cuando se le pregunta cu¨¢ndo creen que empezar¨¢n a remitir estas cifras, los responsables de la AEB se niegan a poner plazos y solo responden que la morosidad caer¨¢ cuando la actividad econ¨®mica retome el vuelo.
Las compa?¨ªas del sector
de la construcci¨®n son
responsables de parte del agujero
Pero la situaci¨®n puede ser a¨²n peor de lo que dan a entender estos datos. Porque el agujero de los bancos no se reduce a las cantidades que denominan como cr¨¦dito dudoso, sino que hay que a?adir cerca de 65.000 millones clasificados como subest¨¢ndar, es decir, que tienen un alto riesgo de impago por el sector del que proceden, pero que todav¨ªa est¨¢n al corriente del pago. Algunos expertos mencionan la cifra de 200.000 millones como la cota de impagos que se puede alcanzar en un futuro pr¨®ximo.
¡°La mayor¨ªa de viviendas que acumula la banca al final se podr¨¢n vender mejor o peor. Pero el gran agujero negro del sector es el suelo, que no se puede hacer l¨ªquido. El ministro Luis de Guindos ya ha dicho que la recapitalizaci¨®n del sector financiero rondar¨ªa los 50.000 millones de euros. Al margen de que esa cifra sea una estimaci¨®n m¨¢s o menos ajustada, tengo claro que ese dinero al final va a salir del contribuyente¡±, asegura el catedr¨¢tico de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo.
Las familias han aguantado el golpe hasta ahora, pero no es seguro que puedan seguir haci¨¦ndolo mucho tiempo. Si antes de la crisis su tasa de morosidad era inferior al 1% ahora ha llegado al 2,7% y no para de crecer. Los recientes augurios de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y del Banco de Espa?a de que este a?o la econom¨ªa sufrir¨¢ un fuerte retroceso no hacen sino echar m¨¢s le?a al fuego. La fiereza de esta crisis amenaza con dejar peque?a a la que vivi¨® el sector financiero a principios de los a?os noventa.
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