Los cirujanos demandar¨¢n al fabricante de las pr¨®tesis adulteradas PIP
Una sociedad m¨¦dica espa?ola actuar¨¢ contra la empresa de los implantes mamarios fraudulentos La organizaci¨®n pedir¨¢ responsabilidades tambi¨¦n a las autoridades por fallos en el control
Los cirujanos de est¨¦tica espa?oles se consideran tambi¨¦n v¨ªctimas del esc¨¢ndalo de las pr¨®tesis de mama adulteradas. La Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica Reparadora y Est¨¦tica (Secpre) ¡ªque agrupa a 900 facultativos¡ª emprender¨¢ acciones legales contra el fabricante de los implantes fraudulentos: la empresa francesa Poly Implant Proth¨¨se, que comercializ¨® bajo la marca PIP pr¨®tesis elaboradas con silicona industrial no apta y con un riesgo de rotura mucho mayor. La Secpre tambi¨¦n demandar¨¢ ¡ªsus abogados estudian ante qu¨¦ tribunales¡ª como responsable subsidiario a las autoridades francesas, o europeas, que no detectaron a tiempo que estos implantes da?inos se estaban vendiendo. Entre 400.000 y 500.000 mujeres en todo el mundo llevan pr¨®tesis PIP, que se retiraron del mercado en 2010 tras un aviso de la agencia del medicamento francesa, alertada por decenas de casos de roturas. Se calcula que en Espa?a hay entre 8.000 y 12.000 afectadas.
No es la primera demanda que se presentar¨ªa contra Poly Implant Proth¨¨se. Tampoco contra su fundador, Jean Claude Mas. El empresario est¨¢ siendo investigado por estafa y ya ha sido imputado por da?os involuntarios en la causa abierta por la Fiscal¨ªa de Marsella, que investiga el caso. En ese pa¨ªs, adem¨¢s del Gobierno, unas 2.500 mujeres han denunciado a la compa?¨ªa por roturas de sus pr¨®tesis y otros da?os en la salud. Un esc¨¢ndalo sanitario que ha llevado al Gobierno franc¨¦s a pedir a todas las portadoras de las PIP que se las retiren. Iniciativa que imitaron despu¨¦s otros como Alemania, Holanda Venezuela o Brasil. Las autoridades sanitarias de estos pa¨ªses sostienen que esta medida preventiva es necesaria, ya que es mejor extraer estas pr¨®tesis antes de que se rompan (tienen un riesgo de rotura tres veces superior al habitual).
En Espa?a, el Ministerio de Sanidad no aconseja a las mujeres que se extraigan las pr¨®tesis si no hay rotura. Si la hay, Sanidad solo cubrir¨¢, adem¨¢s, el coste de aquellas intervenciones que se hubieran hecho por razones sanitarias (por ejemplo las reconstrucciones mamarias tras un c¨¢ncer). El ministerio sostiene que el resto, la intervenci¨®n y la sustituci¨®n de las pr¨®tesis de las mujeres que se operaron por razones de est¨¦tica, deben afrontarlo las cl¨ªnicas. O sus seguros. Algo con lo que los cirujanos no est¨¢n de acuerdo.
¡°Este es un tema de salud p¨²blica y por tanto los costes deber¨ªan repercutir en quien ha llevado a cabo el fraude. O en los responsables de que el fraude se haya cometido y las aseguradoras de ambos¡±, afirma Jaume Massi¨¤, presidente de la Secpre. Algo complicado, sin embargo, reclamar esos costes al fabricante ya que la empresa ¡ªque lleg¨® a ser la tercera del mundo en el sector¡ª se declar¨® en quiebra en 2009. Antes incluso de que las autoridades detectaran el fraude. Massi¨¤ explica tambi¨¦n que para los cirujanos y cl¨ªnicas el tema es ¡°complejo¡± ya que normalmente los seguros de los que disponen solo cubren los materiales bien fabricados, dice. ¡°Nosotros, al igual que las pacientes, hemos sido estafados; y en esto no solo tiene responsabilidad la empresa, que adulter¨® las pr¨®tesis en busca de m¨¢s beneficio [el gel de silicona industrial usado era 10 veces m¨¢s barato que el homologado]; tambi¨¦n las autoridades porque estos implantes y el fabricante contaban con todos los permisos legales para vender el producto¡±, expone Massi¨¤.
Las PIP contaban con el sello CE, que ofrece la garant¨ªa de la Uni¨®n Europea y permite comercializarse en ella. Sin embargo, un sistema muy laxo de ex¨¢menes y de vigilancia ¡ªlas empresas reciben notificaci¨®n de las inspecciones seis semanas antes¡ª permitieron que las pr¨®tesis se comercializaran en medio mundo. La falta de un registro de este tipo de productos sanitarios provoc¨® que los da?os no fueran detectados a tiempo.
Algo que no deja de criticar Eva Gim¨¦nez, una de las fundadoras de la Plataforma de Afectadas por las PIP, que prepara tambi¨¦n una demanda colectiva. Gim¨¦nez recuerda, sin embargo, que los cirujanos tampoco alertaron a tiempo de las roturas de las pr¨®tesis. ¡°Todo el sistema fall¨® y en ¨¦l est¨¢n los cirujanos. Hay que revisarlo e introducir m¨¢s controles en todos los eslabones de la cadena¡±, dice. Gim¨¦nez a?ade que la mayor¨ªa de las cl¨ªnicas se niegan, de momento, a afrontar el coste de las extracciones de las pr¨®tesis PIP. ¡°So las mujeres las que pagan¡±, afirma.
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