Seis horas para tratar el ictus
Los infartos y hemorragias cerebrales son la primera causa de discapacidad Las unidades especializadas permiten recuperar al 30% de los afectados
A las 10.30 suena el busca del neur¨®logo Florentino Nombela. Una ambulancia del 112 comunica un posible ictus de una mujer de 64 a?os. Nombela se lo comunica a su colega ?lvaro Xim¨¦nez-Carrillo, y el hospital de la Princesa de Madrid, uno de los cinco de la comunidad con unidades especializadas (hay unas 40 en Espa?a), se pone en marcha.
¡°Al haber una unidad de ictus tenemos que estar siempre dos de guardia¡±, indica Nombela. As¨ª, mientras ¨¦l sigue con las visitas en planta, Xim¨¦nez-Carrillo baja a urgencias. ¡°En 20 minutos, dependiendo del tr¨¢fico, estar¨¢ aqu¨ª¡±, dice el m¨¦dico. Mientras, ¨¦l mismo se encarga de avisar al servicio de admisi¨®n, al de imagen y al de anal¨ªticas. Hasta se preocupa de que haya una camilla disponible para que, una vez se hayan hecho las pruebas m¨¢s urgentes, la paciente pueda dejar la que usa, que, para ahorrar tiempo, es la de la propia ambulancia. ¡°Se trata de que el neur¨®logo espere al paciente, no el paciente al neur¨®logo¡±, resume Xim¨¦nez-Carrillo.
El tr¨¢fico ha sido favorable y en los 20 minutos previstos llega la ambulancia. La camilla pasa directamente desde la ambulancia hasta una sala donde se le saca sangre a la paciente a la vez que el personal del servicio de urgencias informa de la historia cl¨ªnica al m¨¦dico mientras se le hace una primera inspecci¨®n (preguntas, movilidad). ¡°El ictus fue hace dos horas. Estamos a tiempo¡±, comenta Xim¨¦nez-Carrillo.
En menos de tres minutos, esta primera revisi¨®n est¨¢ finalizada y la paciente pasa a que le hagan un esc¨¢ner. La prueba de imagen sirve para determinar el tipo de lesi¨®n y su alcance en el cerebro. La mayor¨ªa de los ictus (el 90%) son por falta de riego, bien sea por un trombo, bien sea porque una arteria se cierra. ¡°Por eso se le llama tambi¨¦n infarto cerebral¡±, dice el neur¨®logo. El otro 10% es por hemorragias. Y eso es lo primero que hay que discriminar, porque, l¨®gicamente, el tratamiento es distinto. Pero el esc¨¢ner va m¨¢s all¨¢: detecta el ¨¢rea afectada, y lo que los m¨¦dicos denominan la zona de ¡°penumbra¡±: la que puede destruirse si se mantiene la falta de riego. Incluso en casos m¨¢s graves ¡ªno lo es este, afortunadamente¡ª se puede ver el primer efecto de la medicaci¨®n (los anticoagulantes, concretamente, antifibrinol¨ªticos).
En tres minutos se saca sangre y se hace un esc¨¢ner al paciente
Media hora despu¨¦s, la paciente ya est¨¢ en la unidad de semicr¨ªticos: cuatro camas en la s¨¦ptima planta del hospital donde estar¨¢ en continua observaci¨®n durante 24 o 48 horas. Por medio de un Doppler (una t¨¦cnica que mide el flujo de la sangre) se puede controlar si se est¨¢ restaurando la circulaci¨®n. Las c¨¢maras son infrarrojas, para poder ver tambi¨¦n al paciente a oscuras y no alterar su sue?o.
Los tiempos se han cumplido: han pasado menos de dos horas desde los s¨ªntomas hasta que se ha tratado a la paciente y menos de una desde que llega el aviso hasta que se la ha atendido. Y hay otro aspecto que Xim¨¦nez-Carrillo destaca: se detect¨® pronto y el marido de la paciente llam¨® al servicio de emergencias en vez de trasladarla ¨¦l en su propio coche. ¡°Solo con que la gente sepa que eso es lo que hay que hacer, me quedar¨ªa contento. Con ello se gana tiempo, porque si la llevan a un hospital sin unidad de ictus luego tienen que reenviarla, y eso es peor. Adem¨¢s, si llega por su cuenta a urgencias no estar¨ªamos preparados¡±, dice.
Los s¨ªntomas son claros: ¡°Una p¨¦rdida s¨²bita de la fuerza y la movilidad en un lado del cuerpo, que puede afectar al habla¡±. Esto depende de cu¨¢l sea el alcance de la lesi¨®n y qu¨¦ parte del cerebro sea el que se queda sin riego. La capacidad del lenguaje reside en el lado izquierdo del cerebro en la mayor¨ªa de los casos (los diestros), y si esta es la afectada los pacientes pueden tener desde problemas con algunas palabras hasta p¨¦rdida total del lenguaje. Tambi¨¦n puede verse afectada la visi¨®n y el o¨ªdo, aparte de la movilidad.
Unas 120.000 personas sufren un accidente cerebrovascular al a?o
El paciente tipo ha ido cambiando desde que Jos¨¦ Vivancos, el jefe del Servicio de Neurolog¨ªa del hospital madrile?o, puso en marcha la unidad en 1999. ¡°Ahora son en su mayor¨ªa mujeres mayores¡±, dice. Esto se debe a dos causas: primero, que ¡°el ictus est¨¢ asociado con el envejecimiento, y las mujeres viven m¨¢s; segundo, que empiezan a incorporar h¨¢bitos poco saludables, como el tabaquismo¡±.
El caso de la mujer atendida en el hospital de la Princesa indica la mejor atenci¨®n posible que puede recibir una persona con un ictus. Y no son pocos: cada a?o se diagnostican unos 120.000, seg¨²n el Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN). Aun as¨ª, m¨¢s del 60% de los pacientes sufrir¨¢n las secuelas durante el resto de su vida. De hecho, los ictus son la primera causa de dependencia. ¡°Su aparici¨®n provoca m¨¢s incapacidad y muertes prematuras que el alzh¨¦imer y los accidentes de tr¨¢fico juntos¡±, indica el grupo de la SEN. ¡°El tratamiento precoz supondr¨ªa salvar la vida a m¨¢s de 6.000 enfermos de los 40.000 que fallecen cada a?o¡±, afirma.
Los m¨¦dicos ahora est¨¢n intentando mejorar los tratamientos. La unidad de la Princesa y el Cl¨ªnico de Madrid, por ejemplo, est¨¢n investigando un sistema para operar y extraer los trombos que no se disuelven con la medicaci¨®n. ¡°Se trata de introducir un cat¨¦ter que abre la v¨ªa, pero que luego, al cerrarse, lo captura y lo retira¡±, cuenta Xim¨¦nez-Carrillo.
Pero, sobre todo, preocupa el problema de acceso. La SEN calcula que deber¨ªa haber unas 95 unidades de ictus. ¡°Solo las hay en un 48% de las provincias¡±, afirma Jaime Masju¨¢n, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN. ¡°Esta situaci¨®n es especialmente llamativa en comunidades como Andaluc¨ªa (que solo cuenta con unidades en dos de las ocho provincias), Castilla-La Mancha y Galicia (que solo disponen de una) o en La Rioja (que no posee ninguna)¡±, a?ade. ¡°Solo la creaci¨®n de las unidades tiene un efecto terap¨¦utico¡±, dice Xim¨¦nez-Carrillo. ¡°Hay un claro problema de equidad, porque mientras en Madrid, por ejemplo, la comunidad ha apostado por las unidades, en otras autonom¨ªas no hay¡±, afirma.
Y el tiempo, como se ha visto, es clave. Tanto, que incluso en Madrid ¡ªdonde ¡°a pesar de los recortes, la apuesta se mantiene¡±, afirma el m¨¦dico¡ª la mitad de los afectados llega a la unidad pasado el margen de las seis horas que se consideran el m¨¢ximo para que la atenci¨®n sea efectiva.
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