La 'Tasa Tobin¡¯, de utop¨ªa a proyecto urgente
Francia impondr¨¢ el tributo sobre las transacciones financieras sin esperar al resto de Europa Desaf¨ªa la idea de que no es viable en un solo pa¨ªs Penalizar la especulaci¨®n conlleva riesgos
La historia est¨¢ repleta de iron¨ªas. El primero que habl¨® de poner un impuesto a las transacciones financieras ¡ªya ha llovido desde 1936¡ª fue... ?un ingl¨¦s! John Maynard Keynes ser¨ªa tachado hoy de vendepatrias y la lista de los cr¨ªticos la encabezar¨ªa el mism¨ªsimo primer ministro brit¨¢nico, David Cameron. Y es que con la City de Londres ¡ªuno de los mayores centros financieros del mundo¡ª no se juega. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de que Keynes lanzara la propuesta para frenar los vaivenes de unas Bolsas que ¨¦l ya comparaba con un casino, uno de sus disc¨ªpulos, James Tobin, retom¨® la idea. Una vez desmontado el sistema de Bretton Woods, la idea de este economista estadounidense era reducir la especulaci¨®n sobre las divisas.
Desde entonces la posibilidad de aplicar este impuesto ha ido apareciendo y desapareciendo de la escena acad¨¦mica y pol¨ªtica. Hasta tal punto es su intermitencia que el nuevo primer ministro italiano, Mario Monti ¡ªtuvo a Tobin de profesor en la Universidad de Yale¡ª, lo ha comparado con el monstruo del lago Ness. En los ¨²ltimos meses la idea de aplicar la tasa, conocida tambi¨¦n como impuesto Robin Hood, ha vuelto a cobrar actualidad. Un grupo de pa¨ªses liderados por Francia y Alemania desea aplicar este gravamen con un doble objetivo: reducir el riesgo sist¨¦mico de los mercados financieros, cuyo crecimiento exponencial amenaza con su atrofia, y reforzar las maltrechas arcas p¨²blicas haciendo pagar a aquellos a los que se identifica como causantes de la crisis (bancos, hedge funds...).
Primero se llev¨® al G-20, pero entre las mayores econom¨ªas del planeta no se logr¨® la unanimidad. M¨¢s tarde se ha intentado imponer en los 27 pa¨ªses de la UE, pero la resistencia de algunos, con Reino Unido a la cabeza, aleja esta posibilidad. La falta de apoyo no amilana a Par¨ªs y Berl¨ªn, que quieren imponer la tasa en los 17 pa¨ªses de la zona euro. De momento, el d¨²o Merkozy ya ha logrado la adhesi¨®n de Monti y Mariano Rajoy, entre otros l¨ªderes.
Francia ha anunciado que espera aplicar desde agosto su propia tasa que gravar¨¢ las acciones negociadas en la Bolsa de Par¨ªs, los seguros contra impago de deuda soberana (CDS) y las ¨®rdenes autom¨¢ticas lanzadas por ordenadores (High Frequency Trading). El primer ministro franc¨¦s, Fran?ois Fillon, ha reiterado que quiere ponerlo en pr¨¢ctica antes de lograr un acuerdo con otros socios europeos, porque ¡°el proceso es lento y hay resistencias¡±. Esta postura desaf¨ªa el argumento de que esta tasa solo podr¨ªa imponerse a escala global.
Reino Unido, Irlanda y otros 27 pa¨ªses tienen en vigor esta tasa
Las ONG y el llamado movimiento antiglobalizaci¨®n mantuvieron esta reivindicaci¨®n, tachada de ut¨®pica, durante d¨¦cadas. Son los primeros sorprendidos. ¡°Esta ha dejado de ser una idea defendida solo por algunas organizaciones de la sociedad civil para convertirse en un asunto de primer nivel en las agendas pol¨ªticas¡±, afirma Susana Ruiz, portavoz espa?ola de la Alianza por la Tasa Robin Hood, una plataforma global que integra a 400 organizaciones, entre ellas Interm¨®n Oxfam, Save the Children y Greenpeace. ¡°Los excesos de parte del sector financiero est¨¢n en el origen de esta crisis, que se traduce en hambre y desprotecci¨®n para millones de personas. Hasta el FMI reconoce que es un sector insuficientemente gravado y poco regulado. Es l¨®gico que en un contexto de austeridad fiscal, las medidas no vayan solo destinadas a los ciudadanos¡±, concluye Ruiz.
La tasa Tobin es una medida que genera un intenso debate, con adhesiones y rechazos casi inquebrantables. Unos lo ven como una medida justa para frenar el apetito de los tiburones financieros y construir un mercado menos vol¨¢til; otros piensan que lo ¨²nico que har¨ªa es incrementar los costes para el inversor final; los hay que creen que su ¨¦xito solo lo garantizar¨ªa una aplicaci¨®n global; incluso hay un grupo de economistas que ven este debate como una especie de tinta de calamar, es decir, con la que est¨¢ cayendo no es una prioridad y solo responde a necesidades electorales de determinados pol¨ªticos.
¡°Lanzar el debate sobre la tasa Tobin ahora es un error¡±, afirma Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Granada. ¡°Los pol¨ªticos deber¨ªan centrarse en lo realmente urgente, es decir, en c¨®mo solucionar la crisis de deuda soberana, y no pensar tanto en un impuesto de este tipo o en prohibir las apuestas bajistas en Bolsa¡±. Carb¨® considera que el enfoque actual es equivocado. ¡°Estoy de acuerdo con que el sector financiero debe de contribuir a su rescate. Pero existen otras f¨®rmulas. Europa no puede aplicar este gravamen de forma lineal para todas las operaciones, sean estas especulativas o no. Tampoco tiene sentido que se haga de forma unilateral porque los inversores encontrar¨¢n la v¨ªa para eludir el impuesto utilizando otros mercados que no impongan la tasa¡±.
¡°Lo ideal es que se aplicase de una forma global¡±, dice un gestor de fondos
Las operaciones financieras suelen tributar sobre las plusval¨ªas generadas, adem¨¢s de los costes por comisiones que llevan aparejadas. Sin embargo, mientras los consumidores que compran bienes y servicios pagan impuestos indirectos (IVA y otros tributos) en el caso de los mercados los agentes pueden realizar transacciones de cualquier tama?o sin estar sometidos a ninguna tributaci¨®n. Los partidarios del impuesto Robin Hood creen que esto es una anomal¨ªa a solucionar.
¡°El sistema financiero se ha vuelto demasiado grande, complejo e hiperactivo en relaci¨®n con la funci¨®n social que cumple¡±, se?ala Carlos Arenillas, exvicepresidente de la CNMV. El volumen de operaciones financieras ha pasado de ser 25 veces el PIB mundial a mediados de los noventa, a representar hoy 70 veces la riqueza del planeta. Arenillas opina que imponer esta lograr¨ªa dos efectos: reducir las transacciones m¨¢s especulativas, como las que escupen por miles inversores-robots cada segundo, y proporcionar ingresos a las cuentas p¨²blicas.
Arenillas preside Equilibria, una gestora de fondos de inversi¨®n libre (hedge funds). En teor¨ªa estos fondos son muy activos y un impuesto por operar en Bolsa perjudicar¨ªa su negocio, pero este experto es un firme defensor de la iniciativa. ¡°Lo ideal es que esta tasa se aplicase de la forma m¨¢s global posible. A pesar de la falta de acuerdo en el G-20 no creo que sea un mal momento para aplicarla en Europa. Si solo nos fiamos del sector financiero, su potente lobby siempre va a decir que no es el mejor momento¡±, subraya.
La tarea de consensuar una tasa global de este tipo parece tit¨¢nica. Sin embargo, algunos pa¨ªses tienen un doble lenguaje en este sentido. En Reino Unido, por ejemplo, existe ya un peque?o impuesto sobre las transacciones financieras (stamp duty). En total, 29 pa¨ªses cuentan con tasas similares, entre ellos Brasil, China, India, Irlanda, Jap¨®n o Rusia. A¨²n se desconocen los detalles de c¨®mo ser¨ªa la tasa Tobin que promover¨ªan Francia y Alemania para la zona euro. Sin embargo, las l¨ªneas maestras probablemente quedaron esbozadas el 28 de septiembre de 2011 cuando la Comisi¨®n Europea present¨® su propuesta de un impuesto para toda la UE para 2014 aplicable a todas las operaciones con instrumentos de inversi¨®n entre instituciones financieras cuando al menos una de las dos partes tuviera su sede en la UE. Afectar¨ªa al 85% de las transacciones entre instituciones, mientras que los ciudadanos no ser¨ªan objeto de la tasa, ya que quedar¨ªan exentos del gravamen productos y servicios como las hipotecas, los pr¨¦stamos bancarios, los seguros ¡°y otras actividades financieras normales llevadas a cabo por los individuos y los peque?os negocios¡±.
El volumen de operaciones es 70 veces la riqueza del planeta
La compraventa de acciones y bonos tributar¨ªa a un tipo del 0,1% sobre el volumen negociado, mientras que la tasa para los productos derivados ser¨ªa del 0,01%. Es decir, que si un banco vendiese acciones de un hedge fund por 100.000 euros cada uno deber¨ªa pagar 100 euros en impuestos por la operaci¨®n, mientras que si una empresa productora de bienes de equipo adquiriese un futuro valorado en 100.000 euros para cubrirse ante los vaivenes de las divisas el coste ser¨ªa de 10 euros.
Los c¨¢lculos de la Comisi¨®n se?alan que as¨ª se recaudar¨ªan 57.000 millones anuales. El Ejecutivo que preside Dur?o Barroso destac¨® en su momento que una tasa de este tipo tiene el apoyo del 65% de los ciudadanos, seg¨²n el Eurobar¨®metro, y que el dinero obtenido se repartir¨ªa entre la UE y los pa¨ªses miembros. ¡°La decisi¨®n de proponer este impuesto se basa en dos razones. En primer lugar, asegurar que el sector financiero contribuye en un momento de consolidaci¨®n fiscal. En segundo t¨¦rmino, crear un entorno m¨¢s coordinado en materia impositiva dentro de la UE que reforzar¨ªa el mercado ¨²nico comunitario¡±, seg¨²n Bruselas.
Frente a las previsiones de recaudaci¨®n de la Comisi¨®n, otros estudios se?alan que imponer un impuesto a las operaciones burs¨¢tiles tendr¨ªa un impacto negativo en la econom¨ªa mucho mayor. A principios de enero, por ejemplo, Ernst & Young (E&Y) se?al¨® que podr¨ªa dejar un agujero de 116.000 millones de euros. Sus expertos creen que las previsiones de Bruselas son demasiado optimistas y no tienen en cuenta la previsible ca¨ªda en el volumen de negociaci¨®n burs¨¢til que tendr¨ªa un tributo de este tipo, adem¨¢s de la ca¨ªda en la recaudaci¨®n de otros impuestos por la menor actividad financiera en la zona.
¡°La iniciativa liderada por Sarkozy es humo de pajas, una manera de desviar la atenci¨®n sobre la mala gesti¨®n de la crisis en Europa y un se?uelo electoral para los pr¨®ximos comicios presidenciales¡±, reflexiona Ant¨®n Costas, catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona. ¡°Estoy a favor de darle una mayor estabilidad al sistema financiero, pero no estoy seguro de que la mejor manera de hacerlo sea a trav¨¦s de un nuevo tributo. Para lograr esta estabilidad es m¨¢s efectivo promover una regulaci¨®n mejor. Un impuesto, al final, no es m¨¢s que una v¨ªa para recaudar dinero¡±, a?ade Costas.
La Fundaci¨®n Ideas, pr¨®xima al Partido Socialista, public¨® en mayo de 2010 el estudio Impuestos para frenar la especulaci¨®n financiera, en el que apoya la creaci¨®n de impuestos sobre las instituciones y los mercados financieros. La potencial capacidad recaudatoria en Espa?a, seg¨²n el informe ser¨ªa de entre 180 y 1.980 millones en impuestos sobre las plusval¨ªas financieras a corto plazo, entre 2.820 y 5.120 millones en tasas sobre activos bancarios, y entre 1.600 y 6.300 millones en el caso de las transacciones financieras.
Seg¨²n la Comisi¨®n Europea, se recaudar¨ªan 57.000 millones anuales
¡°Esta tasa lograr¨ªa reducir la volatilidad de los mercados. El valor de las transacciones financieras se ha disparado. Hay muchas operaciones que no est¨¢n ligadas con la econom¨ªa productiva y que convendr¨ªa reducir¡±, comenta Carlos Mulas, director general de la Fundaci¨®n Ideas. Comparte la idea de que un impuesto de este tipo deber¨ªa aplicarse de la forma m¨¢s global posible, pero tampoco teme que se aplique solo en la zona euro. ¡°Los capitales no van a un sitio solo por los impuestos. Se valoran tambi¨¦n otras cosas como la seguridad y el atractivo de las econom¨ªas. Si Londres no se une al proyecto lo que habr¨¢ es una mayor competencia con otros centros financieros como Fr¨¢ncfort. Y, para determinadas operaciones, muchos inversores optar¨¢n por la zona euro para evitar el riesgo de tipo de cambio¡±.
En 2001, poco antes de su muerte, James Tobin concedi¨® una entrevista a Der Spiegel. Se quejaba de que el movimiento antiglobalizaci¨®n hab¨ªa abusado de su nombre al apropiarse en su lucha contra el capitalismo de una tasa que ¨¦l hab¨ªa propuesto para equilibrar el mercado de divisas. ¡°Yo soy economista y, como la mayor¨ªa de los economistas, partidario del libre comercio. Adem¨¢s, estoy a favor del FMI y del Banco Mundial¡±. Cuando el periodista le pregunt¨® si su tasa ser¨ªa realidad alg¨²n d¨ªa, Tobin fue categ¨®rico: ¡°No hay ninguna oportunidad, me temo. La gente que decide en el mundo financiero internacional est¨¢n en contra¡±. La crisis actual ha roto muchos dogmas. ?Ser¨¢ la implantaci¨®n de esta tasa hasta ahora ut¨®pica otro de ellos? <CW-1>Los partidarios de imponer una tasa a las transacciones financieras ponen como ejemplo de la utilidad que tendr¨ªa este tributo su impacto en el <CF1005>High Frequency Trading </CF>(HFT). La negociaci¨®n de alta frecuencia la ejecutan potent¨ªsimos ordenadores basados en programas algor¨ªtmicos. Las m¨¢quinas son capaces de ejecutar hasta 40.000 operaciones en el tiempo que el ser humano tarda en parpadear. Muchos expertos consideran que su proliferaci¨®n supone un claro riesgo de colapso para el sistema financiero y acusan a los inversores que utilizan esta estrategia de no aportar ning¨²n efecto beneficioso a la econom¨ªa real.
Pistoleros a sueldo en el parqu¨¦
En 2005, el HFT supon¨ªa menos de un quinto de la negociaci¨®n del mercado estadounidense de renta variable por volumen. En 2010 ya representaba el 56%, seg¨²n la consultora Tabb Group. En Europa, el auge tambi¨¦n es fren¨¦tico: han pasado de suponer una parte insignificante del mercado a protagonizar el 35% de las operaciones.
Las m¨¢quinas solo est¨¢n interesadas en la velocidad. El beneficio se lo lleva el m¨¢s r¨¢pido, el que antes apriete el gatillo. En cada operaci¨®n no aspiran a ganar grandes sumas. Se conforman con 0,001 euros por movimiento. Pero si sus programas est¨¢n en lo cierto y son capaces de identificar antes que los dem¨¢s ineficiencias en la formaci¨®n de precios de los activos o patrones de comportamiento que se repiten en los mercados pueden ganar cientos de millones, ya que realizan miles de operaciones en cada sesi¨®n. Los defensores del HFT argumentan que sirve para mejorar la liquidez de la Bolsa, sus cr¨ªticos se?alan que el abuso de estas operaciones est¨¢ detr¨¢s de la elevada volatilidad del mercado. Un impuesto tendr¨ªa el mismo efecto que situar un radar en cada kil¨®metro de un circuito de f¨®rmula 1.
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