La pila l¨ªquida, el mejor proyecto de TED 2012
Millonarios, visionarios y tecn¨®logos, entre los conferenciantes sobre la innovaci¨®n
¡°La vulnerabilidad es el punto de partida de la creatividad, la innovaci¨®n y el cambio¡±. Con esta frase, pronunciada por Ren¨¦ Brown, una profesora de la Universidad de Houston que estudia la vulnerabilidad, la culpa y la verg¨¹enza y sus efectos en la sociedad y los individuos, cerraba el viernes la serie de conferencias TED2012 en Long Beach (California), que sin embargo, al contrario que en otras ediciones, no ha sido especialmente memorable en innovaciones tecnol¨®gicas, aunque s¨ª ha puesto en el mapa energ¨¦tico un proyecto muy prometedor: la pila met¨¢lica l¨ªquida, creada por Donald Sadoway, un ingeniero qu¨ªmico del Massachussets Institute of Technology (MIT) que est¨¢ trabajando junto a un equipo de estudiantes en un proyecto que busca encontrar una soluci¨®n limpia al almacenamiento de la energ¨ªa. Y seg¨²n lo dicho por Sadoway, que ya tiene el apoyo de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, en dos a?os su pila podr¨ªa estar lista para ser comercializada. La pila l¨ªquida es como una tableta de 40 cent¨ªmetros de largo y la mitad de ancho, no contamina y la base de su funcionamiento sigue pr¨¢cticamente los mismos principios que los de una pila tradicional, aunque en su interior hay tres metales l¨ªquidos de diferentes densidades, y el principal es aluminio. Actualmente su prototipo tiene la capacidad de generar un kilovatio por hora aunque en dos a?os esperan tener lista una pila cuatro veces m¨¢s potente. Las pilas adem¨¢s pueden comunicarse en red, de forma que dependiendo de las necesidades energ¨¦ticas puedan abastecer una sola casa, un pueblo entero o incluso una ciudad. La idea clave es poder separar la fuente de energ¨ªa de la demanda, lo que le dar¨ªa alas a energ¨ªas como la e¨®lica o solar, para las que a¨²n nadie hab¨ªa encontrado un sistema eficiente de almacenamiento a largo plazo. Hasta ahora.
Adem¨¢s estos d¨ªas en Long Beach se han visto robots voladores capaces de construir al un¨ªsono o de tocar juntos el tema central de las pel¨ªculas de James Bond, cortes¨ªa de Viyaj Kumar de la Universidad de Pennsilvania y se ha hablado de un futuro en el que se podr¨ªa viajar de Nueva York a Los Angeles en apenas 11 minutos. DARPA, la Agencia de Investigaci¨®n de Proyectos Avanzados de Defensa estadounidense est¨¢ trabajando en el desarrollo de un avi¨®n hipers¨®nico, seg¨²n explic¨® la directora de la agencia, Regina Dugan. Esta mujer ingeniero, inventora y empresaria, una de las m¨¢s respetadas y poderosas del mundo de la innovaci¨®n tecnol¨®gica, invit¨® a la audiencia a tratar bien a los nerds, ¡°porque ellos nos recuerdan que no hay que tener miedo a volar. Hay que fracasar para poder volar¡±. No era solo poes¨ªa: de momento su agencia ya ha perdido dos de esos aviones hipers¨®nicos en el Oc¨¦ano Pac¨ªfico pero sus breves viajes han generado informaci¨®n valios¨ªsima para sus investigaciones. Ideas como Internet nacieron precisamente en DARPA as¨ª que su ovacionada frase final, ¡°cient¨ªficos e ingenieros pueden cambiar el mundo¡±, probablemente sea la m¨¢s realista que se ha escuchado estos d¨ªas en TED2012.
Y es que despu¨¦s de pasar cuatro d¨ªas en el escenario m¨¢s famoso de la cultura digital del siglo XXI en Long Beach, s¨®lo hay una conclusi¨®n posible: quienes manejan los hilos del mundo desde la comodidad de sus jugosas cuentas bancarias sufren de exceso de optimismo, o eso se deduce de sus conversaciones, en las que jam¨¢s aparece la palabra ¡®crisis¡¯ y quienes sue?an con mejorarlo pero carecen de fondos para hacerlo necesitan a uno de esos optimistas para que financie sus sue?os. Unos y otros forman el p¨²blico de TED, separados entre s¨ª por un r¨ªo de conferencias escogidas y preparadas con detalle por la organizaci¨®n (que somete a los conferenciantes a intensos ensayos) y que alimentan, voluntaria o involuntariamente, el mensaje m¨¢s intr¨ªnsecamente americano: si quieres, puedes. Y entre charla y charla, se hacen negocios.
Pero lo cierto es que muchas de las historias que se escuchan desde el escenario m¨¢s famoso de la cultura digital del siglo XXI son historias de hombres y mujeres que pelearon hasta conseguir conquistar sus sue?os, como la de la premio Nobel de la paz 2011 Leymah Gbowee, cuya labor fue clave para frenar la guerra en Liberia y darle voz a sus mujeres o la de Philip Petit, el hombre que camin¨® sobre las nubes haciendo equilibrismos sobre las difuntas Torres Gemelas de Nueva York y que frente a un p¨²blico con devoci¨®n por la tecnolog¨ªa se permiti¨® el lujo de invertir cinco minutos de su presentaci¨®n (el m¨¢ximo son 18) en hacer sencillos malabarismos con tres bolas. Eso s¨ª, pronunci¨® algunas de las palabras m¨¢gicas que m¨¢s se repiten en TED: inspiraci¨®n, pasi¨®n y tenacidad. ¡®Fracaso¡¯ tambi¨¦n aparece a menudo en muchas de ellas. Y no es extra?o que sea la que m¨¢s se aplaude: entre el p¨²blico hay docenas de cient¨ªficos y centenares de cerebros del mundo de la tecnolog¨ªa cuyo trabajo s¨®lo se convierte en ¨¦xito tras estrellarse mil veces. Adem¨¢s, tambi¨¦n hay cientos de inversores que antes de apostar por triunfos como Facebook o Google, invirtieron en muchas otras start-up con las que perdieron dinero. De ah¨ª que la ir¨®nica definici¨®n de TED como ¡°el congreso de los perdedores¡± que hizo la especialista en vulnerabilidad Ren¨¦ Brown fuera recibido con una ovaci¨®n por los 1500 asistentes, entre los que se encuentran precisamente algunos de los m¨¢s ricos y poderosos de Estados Unidos.
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