Sobrepeso y obesidad crean ya tantos problemas como el hambre
Tres millones de personas mueren al a?o por malos h¨¢bitos alimentarios La ONU culpa a la industria y los Gobiernos y pide gravar la comida basura
El mundo est¨¢ pagando un precio muy alto por el fracaso de las pol¨ªticas alimentarias. Frente al enfoque cl¨¢sico que sit¨²a la desnutrici¨®n como la consecuencia m¨¢s grave, la ONU pone ahora el acento en el sobrepeso y la obesidad. Alrededor de 1.300 millones de personas padecen estos problemas en todo el mundo y m¨¢s de tres millones acaban muriendo cada a?o, seg¨²n un informe de Naciones Unidas sobre alimentaci¨®n que se presenta ma?ana en Ginebra. Las cifras equiparan la importancia de los malos h¨¢bitos alimentarios con la del hambre, una aproximaci¨®n bastante novedosa en el an¨¢lisis de los desequilibrios alimentarios.
¡°El sistema es una receta para vidas poco sanas¡±, concluye el documento, que culpa por igual a la industria alimentaria y a los Gobiernos de estos excesos. A las empresas les reprocha que hayan reorientado su valor a?adido hacia la creaci¨®n de alimentos ricos en grasas, sal y az¨²car. De esta forma, han quebrado la base tradicional de la alimentaci¨®n local, lo que, a menudo, impide garantizar salarios dignos a los agricultores.
Para los Gobiernos, las quejas son aun mayores: ¡°Los Estados est¨¢n desatendiendo la responsabilidad que tienen de garantizar el derecho a una alimentaci¨®n adecuada en el marco de las leyes internacionales de derechos humanos¡±. En concreto, el informe considera negativas las subvenciones agr¨ªcolas sobre determinadas materias primas (por ejemplo, el ma¨ªz y la soja) que sirven como base para esos alimentos poco saludables y deplora la falta de l¨ªmites al mercado publicitario, que hace muy atractivas estas dietas para los ni?os.
El an¨¢lisis viene precedido de un rosario de cifras que contextualizan el problema. Tras constatar que una de cada siete personas pasa hambre en el mundo, el autor ¡ªrelator especial de la ONU para la alimentaci¨®n, Olivier de Schutter¡ª a?ade que, pese a todo, el 65% de la poblaci¨®n vive hoy en pa¨ªses donde la obesidad ¡°mata a m¨¢s personas que la falta de peso¡±. Porque las consecuencias derivadas de esta alimentaci¨®n deficiente han dejado de ser un problema exclusivo de los pa¨ªses ricos para extenderse con rapidez a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
Para alertar sobre la importancia de este fen¨®meno, el relator apela a la perspectiva econ¨®mica: un aumento del 10% en las enfermedades ligadas a las dietas poco saludables detraen un 0,5% del producto interior bruto (PIB) mundial, especialmente por los mayores costes exigidos a los sistemas sanitarios.
El informe analiza con una perspectiva muy cr¨ªtica lo que en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha considerado un ¨¦xito de las pol¨ªticas agrarias. La producci¨®n ha aumentado mucho en los ¨²ltimos a?os y eso ha permitido que la poblaci¨®n de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo eleve la cantidad de calor¨ªas que ingiere al d¨ªa. Pero ese aporte energ¨¦tico ha procedido sobre todo de nutrientes como la carne, el az¨²car y el aceite en lugar de provenir de otras sustancias m¨¢s aconsejables como las legumbres, la fruta y las verduras. Y esto ha dilapidado algunos sistemas de producci¨®n local que no han podido competir con los enormes subsidios que reciben las materias primas menos saludables.
Expuesto el problema, el autor se lanza a proponer varias soluciones, aunque es consciente de que har¨¢n falta muchos esfuerzos para que Gobiernos y grandes empresas sit¨²en esas recomendaciones entre sus prioridades. En primer lugar, De Schutter considera ¡°mal orientadas¡± las subvenciones agr¨ªcolas porque incentivan dietas ricas en alimentos muy elaborados.
Adem¨¢s, subraya la importancia de adaptar a las legislaciones nacionales las recomendaciones sobre la comercializaci¨®n de leches que sustituyen a la materna, de forma que quede clara la ventaja de la lactancia natural. Eso implica que las empresas ¡°se abstengan de promocionar esas leches de sustituci¨®n¡±.
Tambi¨¦n anima el texto a ser m¨¢s beligerantes con la exposici¨®n de los ni?os a la publicidad sobre refrescos y bebidas azucaradas. M¨¢s all¨¢ de incidir en los anuncios, la ONU apuesta por gravar su consumo y utilizar los recursos que se obtengan para promover el acceso a frutas y verduras y concienciar sobre los beneficios de consumirlas.
En el ¨¢mbito de la producci¨®n, las recomendaciones se centran en mejorar el apoyo a los agricultores a trav¨¦s de incentivos fiscales y ¡°asegurar una infraestructura adecuada que conecte a los productores locales con los consumidores urbanos¡±. En ese terreno, el documento insta a las compa?¨ªas a garantizar ¡°que los trabajadores reciben salarios dignos y que los productores perciben precios justos por sus productos¡±. De esa forma se preservan las cadenas alimentarias locales.
Con las conclusiones de este trabajo, el relator especial para la alimentaci¨®n pretende dirigirse, entre otras, a las autoridades europeas para que las tengan en cuenta en la pr¨®xima reforma de la pol¨ªtica agraria com¨²n. De Schutter valora los cambios de este proyecto, pero lamenta que a¨²n no recoja la perspectiva de las disfunciones alimentarias.
¡°Se anuncia comida basura y se sufragan campa?as en contra¡±
La defensa de los derechos ha centrado la carrera de Olivier de Schutter (Bruselas, 1968). Tras casi cuatro a?os como relator de la ONU para la alimentaci¨®n, De Schutter defiende con ardor el giro que plantea el informe de Naciones Unidas sobre los problemas alimentarios.
Pregunta. El informe se centra en los malos h¨¢bitos en lugar de la desnutrici¨®n. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Tenemos que ser mucho m¨¢s agresivos frente al sobrepeso y la obesidad, que tienen un efecto enorme, aunque infravalorado. Hoy provocan al menos tres millones de muertes al a?o. Y ser¨¢n cinco millones en 2030. Mucha gente pensar¨¢ que tiene que ver con los malos h¨¢bitos, pero es que el sistema hace mucho m¨¢s caro comer bien que mal. La obesidad est¨¢ cobrando tanta importancia como la desnutrici¨®n. En China, el 10% de los ni?os est¨¢n obesos y otro 10%, mal nutridos.
P. ?Son problemas equiparables?
R. Por el n¨²mero de afectados, son comparables. 925 millones de personas sufren de malnutrici¨®n y 1.300 millones, sobrepeso. Hoy, 3,1 millones de personas que mueren de forma prematura por sobrepeso. Y cinco millones de ni?os, por falta de nutrici¨®n. Otra forma de mirarlo es el impacto en el crecimiento. En China, este problema detraer¨¢ el 8% PIB en 2025. El sobrepeso se est¨¢ convirtiendo en una epidemia, pero desde la ONU a¨²n no conseguimos convencer a los Estados para que lo tengan entre sus prioridades.
P. ?Ni por su impacto?
R. Perdemos tres veces: pagamos subsidios incorrectos, permitimos anuncios de comida basura cuyo coste es deducible y pagamos costes sanitarios.
P. Enfrentarse a este problema perjudica a las grandes empresas. ?Se atrever¨¢n los Gobiernos?
R. No ponerles coto es una perspectiva muy cortoplacista. No es normal que se anuncie comida basura y al mismo tiempo que los Gobiernos sufraguen campa?as para hacerle frente.
P. ?Qui¨¦n tiene m¨¢s culpa?
R. Los Gobiernos son culpables de haberse preocupado por elevar el nivel de calor¨ªas baratas disponibles sin mirar la dimensi¨®n nutritiva. Pero las empresas hacen negocio al animar a consumir alimentos altos en grasas y sal. Han minusvalorado el impacto sanitario de lo que hacen y esconden sus efectos.
P. Tambi¨¦n se recomienda gravar la comida basura.
R. Se acaban de adoptar medidas en Dinamarca, Hungr¨ªa, Francia, pero a¨²n son dif¨ªciles de valorar. Lo que sabemos es que si sube el 1% el precio de los refrescos, el consumo desciende un 10%. Es escandaloso que en M¨¦xico sea m¨¢s accesible la Coca-cola que el agua potable. Se puede pensar que al final es gravar a los m¨¢s pobres, pero el dinero que se obtenga deber¨ªa utilizarse para hacerles m¨¢s accesible la comida sana.
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