"Ya soy mayor para ir por la calle comprando ¡®mar¨ªa¡¯ a los camellos¡±
La asociaci¨®n cann¨¢bica que planea una gran plantaci¨®n en Tarragona se queja del acoso policial
"Aqu¨ª me siento en familia. M¨¢s que un club de fumadores, esto es un club social", dice Javi mientras se prepara otro porro flanqueado por dos chicos que tambi¨¦n andan liando hierba. Javi y sus compa?eros de cannabis fuman, beben Coca-Cola y echan una partida de parch¨ªs. Est¨¢n sentados en un sof¨¢ azul en forma de u invertida que est¨¢ abarrotado. Las paredes del diminuto local est¨¢n salpicadas de ilustraciones de la planta de la marihuana. Suena una m¨²sica tranquila y se respira un ambiente agradable, m¨¢s por la actitud divertida de los socios que por el aire, cargado de humo e irrespirable para el for¨¢neo.
El refugio de la Asociaci¨®n Barcelonesa Cann¨¢bica de Autoconsumo, en el barrio mar¨ªtimo de la Barceloneta, est¨¢ a tope un viernes por la tarde. Un trabajador controla las entradas constantes de gente que viene a buscar su bolsa de marihuana. Algunos, como Javi y sus colegas, fuman all¨ª mismo mientras charlan y r¨ªen. Otros prefieren pagar ¡ªa 20 euros los tres gramos de cannabis¡ª y llev¨¢rsela a otro lugar. Lo hacen siempre con la m¨¢xima precauci¨®n porque los Mossos d¡¯Esquadra andan al acecho. ¡°A veces esperan fuera para pillarte la bolsa y que pagues una multa. Por eso hay que llevar la marihuana en un lugar ¨ªntimo¡±, tercia Ecila, que se arremolina tambi¨¦n junto al sof¨¢.
La consigna para los m¨¢s de 5.000 socios que la entidad ha aglutinado en dos a?os de vida es clara: mejor llevar la bolsa entre la ropa interior y la piel. ¡°La polic¨ªa est¨¢ muy pesada, te sientes acosado¡±, explica Javi, orgulloso de ser ¡°uno de los primeros socios¡±. Para este hombre de 31 a?os, con estudios de marketing y empresariales, pertenecer a un club de fumadores solo conlleva ventajas: ¡°Ya soy mayor para ir por la calle comprando mar¨ªa a LOS camellos. Acabas cansado y es peligroso. Con esta f¨®rmula no das de comer a los narcos y sabes que la marihuana no tendr¨¢ infecciones ni estar¨¢ adulterada¡±, comenta.
La asociaci¨®n cultiva el cannabis en peque?as plantaciones y, despu¨¦s, la suministra a sus socios. A cada uno le corresponde una cuota. ?D¨®nde est¨¢n las plantas? Es el secreto mejor guardado por la junta directiva. ¡°?Yo soy muy curioso y nunca he sabido d¨®nde est¨¢n!¡±, admite Javi, que ve ¡°muy positivo¡± el convenio firmado entre la asociaci¨®n y el Ayuntamiento de Rasquera (Tarragona) para cultivar cannabis en siete hect¨¢reas de terreno. Pese a que los ojos de los poderes p¨²blicos (fiscal¨ªa, Abogac¨ªa del Estado, Generalitat, delegaci¨®n del Gobierno) est¨¢n puestos sobre esa iniciativa, Javi defiende que es una forma de ¡°incentivar la econom¨ªa¡± y ¡°crear empleo¡±.
Tambi¨¦n Mario, que tiene 26 y se sienta junto a ¨¦l en el viejo sof¨¢ azul, est¨¢ encantado con la idea. ¡°Aqu¨ª vienen abogados, m¨¦dicos y gente de todo tipo a fumar. Hay que normalizar el consumo de cannabis, porque quien lo quiera lo va a conseguir igual. Con esta f¨®rmula es m¨¢s seguro, todo est¨¢ controlado. Una vez compr¨¦ en la calle una planta con un hongo que provoca infecci¨®n pulmonar¡¡±, recuerda. Por fortuna, dice, se dio cuenta antes de consumirla.
Fumo desde los 16 y soy una persona completamente normal, con pareja y trabajo fijo
La asociaci¨®n opera sin ¨¢nimo de lucro, pero mueve mucho dinero. Prueba de ello es que est¨¢ a punto de inaugurar un nuevo local social, mucho m¨¢s amplio, junto a la estaci¨®n de Francia de Barcelona. Adem¨¢s, si el proyecto con Rasquera sale adelante, abonar¨¢ en dos a?os 1,3 millones por las plantaciones. ¡°La gente paga una cuota de diez euros al a?o, m¨¢s 20 por cada tres gramos. El dinero se destina tambi¨¦n a otras actividades para los socios¡±, explica una abogada de la entidad, Laura, arrodillada tambi¨¦n junto a la mesa donde descansa el tablero de parch¨ªs. El consumo medio, dicen, es de unos 27 gramos por semana.
Mientras las risas (y el humo) se amplifican en el local, dominado por los tonos verdes, Laura relata que los socios ¡ªsu ingreso se permite a partir de los 21 a?os, porque es ¡°cuando el cerebro ya est¨¢ plenamente formado y no sufre da?os¡±¡ª no solo acuden por diversi¨®n. ¡°Hay gente que da a la marihuana un uso terap¨¦utico, o que fuma antes de irse a dormir porque le relaja¡±, indica. ¡°Yo la uso tambi¨¦n porque soy muy nervioso. Fumo desde los 16 y soy una persona completamente normal, con pareja y trabajo fijo¡±.
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