Neandertales de Cantabria
El yacimiento de la Cueva de Esquilleu acredita la perduraci¨®n de grupos de aquella especie humana en el territorio hasta fechas muy recientes
La regi¨®n de Cantabria se ha convertido en una de las zonas de mayor inter¨¦s en el estudio del final del Musteriense a escala europea. Las particularidades ecol¨®gicas y geogr¨¢ficas del ambiente monta?oso de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y en concreto de la comarca de la Li¨¦bana (Cantabria) ofrecen una imagen especialmente atractiva para el an¨¢lisis de las ¨²ltimas fases de perduraci¨®n de grupos de neandertales, autores del tecnocomplejo Musteriense.
El proyecto de investigaci¨®n en la Cueva de El Esquilleu (Cantabria), liderado por un grupo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid ha desarrollado desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, con el fin de revelar las claves del final de estos grupos humanos en el norte peninsular,
La Cueva de El Esquilleu ha proporcionado a lo largo de estos a?os una secuencia sedimentaria excepcionalmente bien conservada con una riqueza enorme en restos arqueol¨®gicos y faun¨ªsticos cuyo estudio, acometido por un conjunto amplio de investigadores de distintos pa¨ªses permite comprender la evoluci¨®n de los grupos musterienses en los momentos de solapamiento entre ambas poblaciones. Un estudio detallado y anal¨ªtico de los diferentes m¨¦todos de producci¨®n de utillaje l¨ªtico, de las especies animales cazadas, as¨ª como las evidencias de fuego y perduraci¨®n en la ocupaci¨®n de la cueva, acreditan la perduraci¨®n los grupos neandertales en nuestro territorio hasta fechas muy recientes.
El intervalo inferior y m¨¢s antiguo, documenta una mayor complejidad funcional en la cueva. Los intervalos que denominamos Quina y Levallois, suponen el momento con m¨¢s alta densidad de restos y una mayor organizaci¨®n en la explotaci¨®n del entorno, dentro de un modelo de ocupaci¨®n estructurado, en el que la Cueva representar¨ªa un espacio residencial de car¨¢cter relativamente duradero. La ocupaci¨®n en estos niveles acredita el empleo de las zonas monta?osas de Picos de Europa, como espacios de explotaci¨®n ocupados de forma estacional en el que la ausencia de restos de carn¨ªvoros, acredita el car¨¢cter semipermanente en la ocupaci¨®n de la cueva.
Sin embargo, en el tramo superior de la secuencia, es decir, durante los ¨²ltimos momentos de la pervivencia de los neandertales, la organizaci¨®n de estos grupos humanos sufri¨® cambios dr¨¢sticos. As¨ª, la explotaci¨®n de materias primas l¨ªticas fue muy poco selectiva y extremadamente pr¨®xima. La producci¨®n se encontraba sobre todo dirigida a la elaboraci¨®n de elementos apuntados, posiblemente destinados a la caza y su tratamiento, en lo que se configura como lo que definimos como un modelo de alta fragmentaci¨®n de la cadena operativa. Este proceso de gradual desaparici¨®n de estos grupos, debi¨® de producirse en cronolog¨ªas que podr¨ªan llegar hasta hace 22.000 a?os, momento en el que los sapiens est¨¢n plenamente implantados en nuestro territorio.
En esos momentos finales, la Cueva de El Esquilleu dej¨® de funcionar como un lugar de integraci¨®n de los grupos de neandertales dentro del territorio. Los cambios en las condiciones clim¨¢ticas y la disponibilidad de recursos, produjeron transformaciones hacia patrones de mayor movilidad y menor car¨¢cter residencial. Sin embargo, estos ¨²ltimos grupos musterienses no fueron capaces de innovar, y recurrieron a estrategias ¡°cl¨¢sicas¡± dentro de lo que hab¨ªan sido los modos de vida que les hab¨ªan permitido subsistir durante centenares de miles de a?os en nuestro continente.
Las investigaciones han permitido concluir como son precisamente las pautas de tipo cultural y social de los neandertales, las que debieron contribuir de forma decisiva a la extinci¨®n de estos grupos. Las dataciones recientemente publicadas indican una estrecha correlaci¨®n entre los eventos clim¨¢ticos y los cambios en el comportamiento de estos grupos humanos, Este proceso confirma la existencia de un marcado aislamiento en el seno de los ¨²ltimos grupos musterienses, tal y como recientemente se ha documentado a trav¨¦s de pruebas de tipo gen¨¦tico. Por ello, si quisi¨¦ramos analizar las causas de la extinci¨®n de nuestros parientes, tendr¨ªamos que examinar sus propios modelos socioculturales y en especial, aquellos que aplicaron en sus momentos finales. La falta de innovaci¨®n y en especial, la ausencia de circuitos de comunicaci¨®n fluidos debieron ser los elementos clave de la extinci¨®n.
El proyecto de investigaci¨®n en la Cueva de El Esquilleu (Cantabria) es fruto del apoyo de la Consejer¨ªa de Cultura y Deporte de Cantabr¨ªa y del Ministerio de Cultura a trav¨¦s de sus proyectos de I+D.
Javier Baena y Felipe Cuartero son investigadores del departamento de Prehistoria y Arquelog¨ªa (Universidad Aut¨®noma de Madrid), Elena Carri¨®n es subdirectora general de Museos Estatales y Hannah Fluck es investigadora del Centre for the Archaeology of Human Origins (Universidad de Southampton, Reino Unido)
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