¡°Portugal tiene que morder o le morder¨¢n¡±
La viuda de Saramago ultima la apertura de una fundaci¨®n en Lisboa
Ocupada con la pr¨®xima inauguraci¨®n ¡ªantes de que termine la primavera¡ª de la sede de la Fundaci¨®n Jos¨¦ Saramago, al pie de la Alfama, en el coraz¨®n de Lisboa, la periodista y traductora Pilar del R¨ªo, viuda del escritor, anda con prisas y reuniones y convocatorias cada vez m¨¢s de ¨²ltima hora. Pero se toma su tiempo para elegir con cuidado un precioso restaurante del Barrio Alto lisboeta que en una mesa de un rinc¨®n luce una plaquita dorada clavada en 1980: ¡°Mesa preferida de Jos¨¦ Saramago¡±. Al premio Nobel le gustaba el sitio ¡ªpeque?o, acogedor, tranquilo¡ª por dos razones: ¡°Por el ambiente normal y por la comida tradicional portuguesa¡±, aclara. En las paredes cuelgan cientos de fotograf¨ªas de visitantes ilustres, de pol¨ªticos espa?oles y portugueses, de escritores, intelectuales y actores y, entre ellas, muchas de Saramago, siempre sentado a su mesa preferida.
El propietario la agasaja en cuanto la ve entrar. Ella sabe qu¨¦ pedir desde el primer momento y aconseja al periodista con tal convicci¨®n que es imposible sustraerse. Pilar del R¨ªo, de 62 a?os, habla mucho mientras come y r¨ªe y explica y cuenta. Comenta que la casa que ella y Saramago, fallecido en junio de 2010, compartieron en vida en Lanzarote va a cumplir el domingo 18 de marzo un a?o abierta al p¨²blico. ¡°Quise y quiero que la casa de Jos¨¦ se llenara de vida, que la gente entre y mueva el aire donde, por otro lado, todo est¨¢ tal y como estaba cuando Jos¨¦ viv¨ªa. Tal vez en la fundaci¨®n de Lisboa que se va a abrir pr¨®ximamente vaya a estar el esp¨ªritu de Saramago, pero all¨ª, en Lanzarote, en su casa, est¨¢ el esp¨ªritu de Jos¨¦¡±. Y a?ade, mientras deja de lado el exquisito arroz con grelos (la elecci¨®n era acertada, claro): ¡°Con el tiempo, ser¨¢ una suerte de Isla Negra nuestra¡±, refiri¨¦ndose a la famosa casa del universal poeta chileno Pablo Neruda.
El amable due?o del restaurante se acerca un par de veces para preguntar si todo va bien y despu¨¦s, tras retirar los platos, acarrea un carrito de ruedas con los excelentes postres de la casa. Pilar le responde en espa?ol que todo est¨¢ estupendo pero que hoy no hay tiempo para postres. Habla siempre en espa?ol. En la calle y a sus colaboradores. Y lo explica: ¡°La mejor manera de entendernos es que cada uno hable su lengua¡±.
Esto es Portugal, as¨ª que hay que mencionar la crisis, su omnipresencia, sus ahogos y estragos. Y Pilar del R¨ªo, que se define como amiga ¡°en pisar todo tipo de charcos¡±, tiene ganas de hacerlo: ¡°Lo que yo me pregunto es c¨®mo es posible que esto no se haya parado ya¡±. Y a?ade, refiri¨¦ndose a los j¨®venes: ¡°Lo del 15-M est¨¢ bien. Lo de los indignados est¨¢ bien. Pero no es suficiente con un corte de mangas. Hay que pasar a la acci¨®n. A m¨ª me gusta la acci¨®n. Hay que salir a mordiscos, a dentelladas. Y Portugal tiene que morder. O les van a morder¡±. Para un momento. Mira al interlocutor y prosigue: ¡°Y que conste que no hablo de los Gobiernos, hablo de algo que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de los Gobiernos, por encima de ellos. No podemos tolerar que unos francotiradores amarguen la vida al 99%, que nos tengan a todos acojonados por si perdemos el trabajo o la casa o las dos cosas¡±.
Despu¨¦s se levanta, se despide con cordialidad de los due?os del restaurante y se dispone a regresar a la fundaci¨®n. Lo hace a pie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.