Subidos en la 'nube'
Los libros de texto ya no bastan. Las aulas se rinden al mundo digital. Lo ¨²ltimo es completar los contenidos de siempre con los de plataformas educativas en Internet
Bienvenido al aula nueva. Una clase en la que el profesor de conocimiento del medio no habla de volcanes con una fotograf¨ªa delante o con los estudiantes pendientes del libro. La tecnolog¨ªa permite reproducir una erupci¨®n volc¨¢nica en pantalla grande y en varias dimensiones ante los ojos de los alumnos, que pueden, adem¨¢s, all¨ª mismo escuchar c¨®mo suena ese fen¨®meno de la naturaleza. El universo que ha abierto la entrada en la escuela de las nuevas tecnolog¨ªas es infinito: pizarras que hablan, juegos interactivos, contenidos renovables al segundo y una gran nube virtual (las plataformas educativas) en la que docentes y editoriales pueden compartir contenidos al estilo de lo que ocurre con Wikipedia en el mundo de los adultos.
Una de las claves del aprendizaje del siglo XXI son las pizarras digitales. Todos los centros p¨²blicos madrile?os de educaci¨®n infantil, primaria y educaci¨®n especial de la regi¨®n disponen, al menos, de dos pizarras. Son 1.874 en 964 centros educativos, m¨¢s las disponibles en 253 de los 334 institutos de secundaria de la regi¨®n, seg¨²n datos oficiales.
La p¨²blica tiene dos pizarras digitales por centro
Nadie quiere quedarse atr¨¢s. Los centros privados llevan ya tiempo apostando por las tecnolog¨ªas. "El papel va a desaparecer en tres a?os, ya mismo veremos a los estudiantes con tabletas en las que llevar¨¢n todos los contenidos de sus libros de texto, se acabaron los problemas de espalda", pronostica Gabriel Castellano, presidente del CICAE (C¨ªrculo de Calidad Educativa), el colectivo que representa a una treintena de centros privados de ¨¦lite en Madrid.
"El presente es Internet", se?ala Jos¨¦ Moyano, presidente de ANELE (Asociaci¨®n Nacional de Editores de Libros y Material de Ense?anza). Las editoriales est¨¢n haciendo un esfuerzo para adaptarse a los tiempos, para ir tan r¨¢pido como la evoluci¨®n de las tecnolog¨ªas. ANELE, que aglutina a 40 editoriales que copan 98% del mercado, impulsa la plataforma de contenidos Atria. Un cat¨¢logo con m¨¢s de 2.000 productos que combinan el ya viejo libro de papel con propuestas digitales para el profesor y el alumno y complementos de autoevaluaci¨®n. Trabajan por separado con distintas comunidades aut¨®nomas. Moyano destaca los avances en las aulas de Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco, que se sumaron al programa estatal Escuela 2.0, que anunci¨® el anterior Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2009 y que Madrid rechaz¨®. El trabajo de las editoriales convive con el de los docentes. "Su labor es complementaria. Si un profesor se siente capacitado, debe poder crear sus propios materiales", afirma Moyano.
Y hay una pata m¨¢s: las plataformas institucionales. La Comunidad de Madrid impulsa la suya desde 2002. Se llama Educamadrid y cuenta con la colaboraci¨®n de un grupo de trabajo de profesores desde el nivel de infantil hasta especialistas en educaci¨®n de adultos. En Educamadrid, alumnos y profesores pueden acceder a enciclopedias, herramientas de c¨¢lculo y enlaces a otras plataformas.
Adem¨¢s, uno de cada cinco alumnos madrile?os (los 228.000 estudiantes de los 334 institutos) convive desde 2009 con otro sistema que tiene informados a sus padres casi en tiempo real de lo que hacen y de sus resultados. El horario semanal, la asistencia o las notas son datos que los padres pueden consultar por Internet en un portal escolar, por correo electr¨®nico o a trav¨¦s de un mensaje de m¨®vil. Un chivato digital que pone dif¨ªcil saltarse una clase.
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