¡°A los cinco a?os ya me escond¨ªan el timple¡±
La obra del m¨²sico canario se recopila en un volumen exhaustivo
Parece raro hablar del timple, el alma del folclore canario, mientras se desayuna, pues este mito viviente de la historia de los instrumentos musicales se asocia en las islas a la parranda nocturna, a las madrugadas sin luz el¨¦ctrica de los pueblos perdidos o de los muelles a?orantes.
Desde mediados del siglo XVIII, cuando lo fabricaron por primera vez, ¡°imitando un barco de vela¡±, los carpinteros de ribera en La Caleta de Famara (Lanzarote), el timple est¨¢ en las manos de los canarios que quieren contar sus penas, casi siempre, o sus alegr¨ªas.
Y al timple est¨¢ amarrado ¡°desde que ten¨ªa cinco a?os¡± este hombre, Luis Totoyo Millares, que naci¨® en Las Palmas de Gran Canaria hace 77 a?os en el seno de una familia de artistas inolvidables, como sus hermanos los poetas Agust¨ªn y Jos¨¦ Mar¨ªa y los pintores Manuel y Eduardo.
Pues este hombre, Totoyo, naci¨® ¡°casi con el timple; a los cinco a?os lo descubr¨ª, y me lo ten¨ªan que quitar de las manos¡±. Sus 70 a?os de relaci¨®n con este instrumento que ¨¦l puso en la geograf¨ªa musical del mundo est¨¢n recogidos ahora en un volumen (Totoyo Millares, La leyenda del timple) que le ha preparado el m¨²sico Manuel Gonz¨¢lez Ortega con el apoyo del Gobierno de Canarias y la Fundaci¨®n Autor de la SGAE.
Fue tan precoz en su contacto con ese instrumento que su amigo el folclorista Julio Fajardo dijo de ¨¦l que era ¡°un peque?o Mozart¡±. Lo ha llevado por todo el mundo. En S?o Paulo lo toc¨®, interpretando la Misa Sabande?a, ante canarios ¡°que lloraban como si fueran ni?os¡±, porque el timple ¡°es la base sentimental de las melod¨ªas que m¨¢s nos distinguen, como la fol¨ªa¡±. Est¨¢ copiado, dice Totoyo, ¡°del guitarrito aragon¨¦s¡±, pero ya es parte ¡°de la esencia canaria¡¡±. ¡°El timple se lleva bien con la voz, y puede defenderse solo, pero necesita de la guitarra; es a la guitarra lo que el viol¨ªn al piano¡±. A su edad llega ¡°hecho un chaval¡± gracias a desayunos que aqu¨ª repite: un Actimel (¡°?se puede hacer publicidad?¡±) que no perdona jam¨¢s; ¡°lo combino con una cucharada de miel con cera; y luego me fabrico una especie de alpargata con un cruas¨¢n grande al que a?ado una loncha de jam¨®n cocido y un trozo de queso de plato; eso, tomate y lechuga y una tortilla francesa¡ ?Y luego puedes hacer lo que te d¨¦ la gana!¡±.
Ha sido maestro de 40.000 alumnos (entre ellos, el ministro Jos¨¦ Manuel Soria y el exministro Juan Fernando L¨®pez Aguilar, y ha ense?ado su t¨¦cnica a gente como Paul Newman, Ava Gardner y Gregory Peck), pero entre sus disc¨ªpulos favoritos est¨¢ el ahora legendario Jos¨¦ Antonio Ramos, recientemente fallecido; ¡°era capaz de hacerlo todo con el timple, rock, folclore, lo que hubiera querido¡±.
Es un hombre de izquierdas, el momento actual lo tiene ¡°indignado, y esto es decir poco¡±, pero la m¨²sica sigue siendo para ¨¦l el alivio, ¡°como dijo el escritor Luis Ortega, la m¨²sica es el caudal mayor para llegar a los corazones¡±. Y el timple, ¡°esta especie de m¨¢stil de barco de pesca¡±, lo amansa, le llena el alma ¡°de esa misteriosa sabidur¨ªa que tienen los hombres que lo inventaron tomando ron al borde del mar, cantando fol¨ªas y malague?as para matar las penas o las esperas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.