La crisis revitaliza las adormecidas AMPAS
Las asociaciones de padres reclaman una ense?anza mejor para sus hijos. La partida presupuestaria para estas entidades cae un 90%
La asociaci¨®n de padres del instituto Serra de Mariola de Muro de Alcoi (Alicante) ha costeado este g¨¦lido invierno parte del gasto en calefacci¨®n del centro; en una escuela de Valencia los padres se prestaron a pagar la pintura de las aulas ¡ªque estaban en ¡°p¨¦simas condiciones higi¨¦nicas¡±¡ª y en otra costearon la alarma y patrullaron ante tanto robo; de los combativos centros educativos de la obrera Vallecas (Madrid) salieron las denunciadas camisetas de la marea verde¡ Y as¨ª un largo etc¨¦tera. Cuando la crisis aprieta y los recortes atenazan, los padres m¨¢s que nunca se ven obligados a velar por la calidad de la ense?anza de sus peque?os. Pero ?est¨¢n dispuestos a hacerlo?
Eso en teor¨ªa, porque en la pr¨¢ctica el compromiso de los progenitores ¡ªque se jactan de estar pendientes de los deberes de sus hijos¡ª con la escuela desciende seg¨²n crece el ni?o. Seg¨²n el estudio La participaci¨®n de las familias en la escuela p¨²blica (2008), de Jordi Garreta para la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), algo m¨¢s de la mitad de las familias (el 57,5%) pertenece a la asociaci¨®n. Pero a partir de ah¨ª todo son cifras decrecientes: van a las actividades un 32%, a las reuniones un 18,3% y a la engorrosa organizaci¨®n un p¨ªrrico 4%. Tradicionalmente, en primaria la implicaci¨®n en las AMPAS es mayor, pues las actividades extraescolares resultan a menudo una ni?era pr¨¢ctica, barata y con la que adem¨¢s aprenden algo. Pero en secundaria a los padres les suele preocupar casi solo la evoluci¨®n acad¨¦mica del ni?o.
¡°En las AMPAS [Asociaci¨®n de Madres y Padres de Alumnos], como en todo movimiento que representa a mucha gente, son pocos los que se meten a hacer cosas. Es el efecto gorr¨®n: ¡®si s¨¦ que alguien va a hacer el trabajo, para qu¨¦ me voy a implicar yo¡¯. Pero si algo falla, la cosa cambia. Y ahora las familias, si ven que peligran las AMPAS, y por tanto servicios como el comedor o las actividades extraescolares, reaccionan¡±, sostiene Jordi Garreta, de la Universidad de Lleida. Porque son estos servicios por los que los padres valoran a estas asociaciones, dejando muy atr¨¢s su orientaci¨®n pedag¨®gica. ¡°Piensan: para qu¨¦ me voy a quedar reunido hasta las once de la noche y que la gente me diga que de esto saco algo¡±. Aunque tambi¨¦n hay AMPAS cerradas, ¡°de un grupo de amigos¡±, en las que es dif¨ªcil proponer algo nuevo, advierte Garreta.
Las ayudas p¨²blicas han descendido entre un 20% y un 40% este curso
¡°Todo movimiento reivindicativo se hab¨ªa ido acomodando en los ¨²ltimos a?os, pero ahora con la situaci¨®n econ¨®mica y los ajustes hay una respuesta social evidente. Los recortes no pueden pagarlos siempre los mismos¡±, dice airado Jes¨²s Mar¨ªa S¨¢nchez, presidente de la progresista Ceapa, que re¨²ne a 12.000 AMPAS. La educaci¨®n espa?ola ha visto recortado su presupuesto (el de las Comunidades y el Gobierno) en los ¨²ltimos dos a?os en m¨¢s de 3.400 millones de euros. ¡°Lo que est¨¢ proponiendo Educaci¨®n merece que se le conteste. No podemos dejarnos llevar por la corriente y el sitio para dar respuesta son las AMPAS y las federaciones¡±, a?ade.
Luis Carbonel, presidente de la conservadora Confederaci¨®n Cat¨®lica de Padres de Alumnos (Concapa), quiere ser tambi¨¦n optimista. ¡°La participaci¨®n es baja, pero est¨¢ creciendo y las familias est¨¢n m¨¢s informadas¡±. En su opini¨®n, los padres tienen que exigir al colegio, desde el respeto, explicaciones acad¨¦micas a final de curso ¡ª¡°cu¨¢ntos suspensos ha habido, por qu¨¦, cu¨¢l es el plan del siguiente a?o...¡±¡ª, y tambi¨¦n econ¨®micas. ¡°Nosotros pagamos los impuestos, somos due?os de ese dinero, y tenemos que saber si se malgastan los recursos. A veces hay un oscurantismo que no es bueno¡±, plantea.
La sinton¨ªa entre la direcci¨®n, los profesores y los padres es fundamental para el buen funcionamiento del centro y tiende a ir a mejor. ¡°Desde hace 10 o 15 a?os en las facultades de Magisterio se estudia la relaci¨®n entre la escuela y las familias¡±, subraya Garreta. La presencia conjunta en las manifestaciones de Madrid, la reciente marea verde contra los recortes, dan idea de la afinidad. ¡°Ya no nos ven como intrusos¡±, se felicitan en la Ceapa.
¡°Somos ocho padres los que vamos a las reuniones, gestionamos el comedor, las actividades escolares, las fiestas¡ Solo tenemos ayuda de las madres de p¨¢rvulos en [el festejo de] la Casta?ada¡±, se queja Mar¨ªa del Mar Arroba. Ella es la secretaria del AMPA de un colegio de Torredembarra (Tarragona). La crisis de la construcci¨®n y el turismo ha pasado factura a este pueblo de playa ¡ª¡°hay gente que funcionaba muy bien que ahora no tiene nada¡±¡ª y eso se ha trasladado a la escuela. ¡°Los padres se han preocupado mucho del intercambio de libros, hay muchas menos actividades que antes porque las familias no pueden pagar la cuota. Eso s¨ª, seguimos haci¨¦ndolo entre ocho¡±, se desespera esta madre, trabajadora en una inmobiliaria, que anima a los padres a que no solo comenten en los corrillos a la salida de clase. ?nicamente los padres de unos 15 de los 500 ni?os del colegio no son socios. Otro cantar es la implicaci¨®n. El Ayuntamiento les ayuda en el pago de cosas puntuales, como unas cortinas para la sala de siesta de los m¨¢s peque?os.
Las asambleas de progenitores se han vuelto m¨¢s numerosas
Todo se complica ahora, pues muchas de las antiguas ayudas p¨²blicas a las que estas asociaciones pueden optar se han evaporado en los ¨²ltimos meses. ¡°Entre un 20% y un 60%¡±, calcula S¨¢nchez, ¡°un porcentaje muy superior a los recortes que est¨¢n aplicando las autonom¨ªas a otras partidas presupuestarias¡±. En Catalu?a este a?o no han podido acceder a ning¨²n tipo de subvenci¨®n porque han dejado de convocarse. El curso pasado en Barcelona, por ejemplo, gracias a los 367.000 euros sufragados por el Ayuntamiento y la Generalitat, 141 AMPAS ten¨ªan actividades extraescolares, servicio de acogida matinal y escuelas abiertas en julio, de las que se beneficiaban unos 6.000 ni?os. ¡°Los partidos tienen que entender que con la crisis no se puede castigar la supervivencia de las AMPAS. Es un error grave porque son un veh¨ªculo fundamental para formarse y educar as¨ª mejor a los hijos¡±, subraya Carbonel, de Concapa.
En marzo de 2011 su federaci¨®n y Ceapa, representantes en total de 11 millones de alumnos, pidieron al Gobierno en un encuentro conjunto ¡°fomentar los cauces de participaci¨®n de los padres y madres del alumnado otorgando soporte normativo y econ¨®mico¡± a su movimiento.
Una demanda que, un a?o despu¨¦s, ha ca¨ªdo en saco roto: los presupuestos del Ministerio de Educaci¨®n han fulminado pr¨¢cticamente, con una reducci¨®n de un 90%, los fondos para las federaciones de AMPAS: ser¨¢n 43.000 euros en 2012, seg¨²n el proyecto de Presupuestos Generales enviado al Parlamento. ¡°Este recorte puede suponer la desaparici¨®n de la Ceapa, que tiene 30 a?os de historia¡±, ha dicho S¨¢nchez. Por su parte, Luis Carbonel, de Concapa, explica por tel¨¦fono que ellos a¨²n no han repasado esa cifra del presupuesto, pero est¨¢ de acuerdo en que un recorte semejante supondr¨ªa su pr¨¢ctica desaparici¨®n. Con ese dinero, las confederaciones de asociaciones de padres mantienen sus estructuras. Las federaciones regionales tienen presupuesto de las Comunidades (que tambi¨¦n se ha recortado en muchas de ellas).
"Los padres inmigrantes a veces se sienten acosados", lamentan en Ceapa
Finalmente, en las de cada centro, los padres suelen pagar directamente una cuota. En los p¨²blicos, esta es casi simb¨®lica ¡ªde 15 a 20 euros al a?o¡ª, pero en los concertados puede rondar entre 40 y 60 euros por trimestre. Se dan casos en los que este dinero se destina a otros fines ¡ªfinanciaci¨®n encubierta del concertado¡ª, y su pago, aunque voluntario, a menudo resulta forzoso en la pr¨¢ctica.
En la AMPA del IES Sierra de Guadarrama no han parado desde que empez¨® la marea verde contra los recortes en Madrid. Recorrieron a pie los 45 kil¨®metros que separan Soto del Real de la capital con una antorcha y un manifiesto para la Consejer¨ªa, y recaudaron fondos para los profesores en huelga. El claustro de docentes ha decidido, sin embargo, destinar estos 1.600 euros a comprar material. ¡°Normalmente, a las asambleas iban cuatro o cinco padres, pero este a?o van 200¡±, rememora orgulloso Salvador Men¨¦ndez, cartero y su presidente. Unas 180 familias de las 850 del centro son socias.
El instituto recibe alumnos de cuatro pueblos, pero solo el Ayuntamiento de Soto del Real les ayuda con 1.800 euros, 300 menos que el curso anterior. Men¨¦ndez, aunque combativo, agradece a la Direcci¨®n Territorial que al final han perdido seis profesores, la mitad de los anunciados en un principio.
La actividad de las AMPAS ¡ªantes APAS, sin la M de madres¡ª se remonta al franquismo. La Ley de Asociaciones de 1964 y, especialmente, la Ley General de Educaci¨®n de 1970, les dieron forma incidiendo en la necesidad de que se constituyesen. Las familias quer¨ªan fomentar entonces una ense?anza de calidad, laica y gratuita que era escasa. Ya en la Transici¨®n, un momento de fort¨ªsima presi¨®n democr¨¢tica, las asociaciones ganaron representatividad institucional y actividad con la gesti¨®n del comedor y las actividades extraescolares. Aunque en opini¨®n de Garreta ¡°se frena la v¨ªa reivindicativa con una notable p¨¦rdida de vitalidad, ilusi¨®n y participaci¨®n directa¡±, pese a que se aprueba en 1985 la Ley Org¨¢nica de Derecho a la Educaci¨®n, que sienta los cimientos de la forma de participaci¨®n de las familias. A mediados de los noventa la fuerte llegada de inmigrantes trastoca las previsiones, pues la ense?anza concertada se resiste a recibir a estos ni?os en sus aulas, y cae toda la presi¨®n sobre la p¨²blica.
Las madres han sido tradicionalmente las encargadas de relacionarse con el colegio, as¨ª que su incorporaci¨®n al mercado laboral ha resentido esta labor. Conciliar es casi imposible, aunque tiene tambi¨¦n sus efectos positivos. ¡°Lo que ha hecho mucho da?o es que en muchos sitios se ha aplicado el horario continuo y las clases terminan a las dos y media o las tres. Antes aprovech¨¢bamos que eran hasta las cinco para hacer cosas¡±, explica S¨¢nchez, de Ceapa.
Los ni?os con padres implicados en la escuela suelen ser mejores estudiantes
La implicaci¨®n de los padres en el d¨ªa a d¨ªa del colegio es fundamental, no solo para la buena marcha de los servicios del centro. Tanto que las posibilidades de ¨¦xito escolar del ni?o crecen: suelen aprender m¨¢s, se portan mejor en clase, faltan menos y le dedican m¨¢s tiempo a sus deberes. Lo argumentan Miguel ?ngel Santos Rego y Mar¨ªa del Mar Lorenzo Moledo, profesores de Teor¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad de Santiago de Compostela. Y enumeran a¨²n m¨¢s beneficios en el caso de los inmigrantes en su estudio La participaci¨®n de las familias inmigrantes en la escuela. La presencia de estos en las actividades reduce los prejuicios y les ayuda a integrarse en la sociedad.
Estos investigadores realizaron en 2008 una encuesta entre los padres de ni?os de la ESO en Galicia y los resultados no fueron muy halag¨¹e?os. El 71,2% de los padres y el 33,3% de las madres gallegos no asist¨ªan a las reuniones que convocaba la escuela, frente al 86,9% de los padres y el 53,3% de las madres inmigrantes. Y a¨²n m¨¢s demoledores resultaron los datos de implicaci¨®n en la AMPA: tan solo un 15% de ellos y el 24 % de ellas. En el caso de los extranjeros baj¨® al 8% y 15% respectivamente. Los latinoamericanos y magreb¨ªes, seg¨²n este documento gallego, suelen comprometerse menos que los padres de Europa del Este.
En una escala de 1 a 5 en el estudio de Garreta, las familias de origen comunitario (2,25) ser¨ªan las m¨¢s participativas, seguidas, a poca distancia, por las latinoamericanas (2,17), europeas del Este (1,82), subsaharianas (1,79), magreb¨ªes (1,69) y, en ¨²ltimo lugar, gitanas (1,40). ¡°Efectivamente, los padres de inmigrantes participan poco. No solo porque no conozcan en idioma, sino porque tienen horarios inestables. Pero tambi¨¦n, y es l¨®gico, porque se sienten acosados. Hay quien dice: ¡®por qu¨¦ se queda la ayuda al comedor un extranjero y no yo¡¡±, lamenta el presidente de Ceapa. Quiz¨¢ en esta revitalizaci¨®n al fin extranjeros y espa?oles unan fuerzas por sus hijos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.