El tijeretazo en servicios sociales afectar¨¢ a miles de familias
La rebaja del presupuesto limar¨¢ los recursos de albergues o ayuda a domicilio El sector teme que se desmorone el empleo
Los servicios sociales b¨¢sicos son para las personas pobres o con necesidad de asistencia p¨²blica como el m¨¦dico de familia ante los primeros s¨ªntomas de enfermedad. Es la primera puerta a la que se llama, donde habr¨¢ un trabajador social que atender¨¢ a aquellos que no pueden pagar su hipoteca, a los menores en desamparo, a los que no les llega para agua, luz, calefacci¨®n, a personas sin hogar y en riesgo de exclusi¨®n, pero tambi¨¦n gestionan las cl¨¢sicas ayudas a domicilio, por ejemplo.
El colectivo de usuarios de servicios sociales ha crecido m¨¢s de un 39% en los ¨²ltimos a?os, con los rigores de la crisis, hasta alcanzar a casi ocho millones de personas. Pues bien, el a?o pasado los presupuestos del Estado preve¨ªan contribuir a la atenci¨®n de 6,5 millones de personas y finalmente dieron para colaborar con 6,7 millones. Con lo presupuestado ahora, el Gobierno calcula que solo alcanzar¨ªa para 3,4 millones de personas, de tal forma que pr¨¢cticamente la mitad de los posibles beneficiarios quedar¨ªan enteramente a merced de los recursos auton¨®micos o municipales.
El n¨²mero de usuarios que pide apoyo se ha elevado un 39%
La aportaci¨®n del Estado para los servicios sociales municipales (10%) es m¨ªnima respecto a lo que ponen las comunidades (30%) y las corporaciones locales (60%). A pesar de ello, el ajuste de Rajoy ¡ªse han perdido 36 millones de 86¡ª obligar¨¢ a un esfuerzo extra en los presupuestos auton¨®micos, municipales, y posiblemente el ciudadano tenga que aumentar su aportaci¨®n para recibir un servicio como la ayuda a domicilio. ¡°El escenario, sin embargo, puede ser a¨²n peor. Si las comunidades tambi¨¦n reducen en sus cuentas la financiaci¨®n en esta ¨¢rea, el ahogo de las arcas locales ser¨¢ dram¨¢tico¡±, vaticina el presidente de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez.
Estos 50 millones que ha presupuestado el Gobierno cubren apenas un 10% del total de la financiaci¨®n para esta materia. Pero la rebaja preocupa en el sector tambi¨¦n por el desempleo que podr¨ªa ocasionar. ¡°Hay que tener en cuenta que alrededor del 40% de lo que destina el Gobierno es para el cap¨ªtulo de personal y un 57% para las prestaciones que se conceden. Si se dan menos prestaciones pueden producirse despidos, tanto entre los trabajadores precarios de las instituciones p¨²blicas, que lo son muchos de ellos, como en las empresas prestadoras de servicios, y la poblaci¨®n quedar¨¢ desatendida¡±, afirma Ram¨ªrez.
El reparto de los recursos totales que se destinan a servicios sociales b¨¢sicos es desigual. Entre los usuarios, no todos reciben dinero, porque muchas de estas personas acuden en busca de informaci¨®n, asesoramiento o para cumplimentar tr¨¢mites. Como en la consulta del m¨¦dico, no todos salen con una receta para medicinas. Cuando s¨ª reciben dinero se trata de ayudas muy puntuales y de un monto diverso: no es lo mismo un cheque para pagar la calefacci¨®n un mes, que para abonar dos recibos de la hipoteca, o para ropa o alimentos.
El a?o pasado se contaba con 86 millones, ahora solo ser¨¢n 50
¡°Los datos sobre estas partidas contenidos en los presupuestos son una falacia. Incorporan centros, profesionales, usuarios... como si todo eso se pudiera atender con 50 millones de euros, y los reduce proporcionalmente al recorte. Eso es falso¡±, advierte Ram¨ªrez. Pero, a modo de indicador, en las cuentas p¨²blicas presentadas el martes por el Gobierno se prev¨¦ que el descenso del presupuesto estatal afectar¨¢ a numerosas partidas a las que contribu¨ªa en mayor o menor medida. Los documentos del proyecto de Presupuestos Generales mencionan que en lugar de hacer aportaciones para 1.328 centros sociales, como ocurr¨ªa el a?o pasado, solo habr¨¢ para 788; en lugar de los cinco comedores sociales de 2011, habr¨¢ dinero para 3; las 25 miniresidencias y pisos tutelados pasar¨ªan a 14; donde hubo recursos para 10 albergues ahora solo habr¨ªa para seis. Respecto a la ayuda a domicilio, uno de los servicios municipales m¨¢s extendidos y conocidos por los ciudadanos, el presupuesto prev¨¦ que en lugar de contribuir en alguna medida (que nunca es mucha) al sostenimiento de una ayuda para 600.000 usuarios, como ocurr¨ªa el a?o pasado, este ejercicio solo podr¨ªan colaborar con 423.000 personas.
Los profesionales de los servicios sociales han recibido como un pu?etazo esta merma en sus ya magros recursos. ¡°Somos nosotros los que tenemos que ver la cara y atender a los millones de personas que vienen a nuestras oficinas solicitando desesperadamente una ayuda. ?C¨®mo les explicamos que el Estado se olvida de ellos en una situaci¨®n como la que est¨¢n pasando?¡±, pregunta Ram¨ªrez. Advierten de que una situaci¨®n como esta, ¡°con las altas tasas de paro, los niveles de pobreza derivando peligrosamente hacia la exclusi¨®n social y los exhaustos recursos de las familias, no puede sino poner en peligro la paz y la cohesi¨®n sociales, mantenidas milagrosamente hasta ahora¡±.
El a?o pasado, el Plan Concertado se recort¨® en nueve millones de euros, algo muy criticado por los trabajadores sociales. Tambi¨¦n el ministro Eduardo Zaplana, en la ¨¦poca de Aznar, meti¨® la tijera y lo redujo un 6%. Hasta entonces nunca se hab¨ªa rebajado esa partida, que naci¨® en los ochenta, siempre raqu¨ªtica. Pero esta ca¨ªda, la m¨¢s dr¨¢stica, llega justo cuando los servicios sociales necesitan m¨¢s refuerzo.
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