El bar de los fumadores insumisos
Un local de Valencia desaf¨ªa la ley y permite a sus clientes consumir tabaco
"?Me sirve un caf¨¦ y me da fuego, por favor?" es una pregunta habitual en el bar Rodrigo, un local de Valencia que, a pesar de encontrarse en una esquina poco transitada de la ciudad, casi todo el barrio conoce por su permisividad a la hora de fumar en su interior. M¨¢s de 13 meses despu¨¦s de la entrada en vigor de la actual ley antitabaco, este establecimiento planta cara y desaf¨ªa a las autoridades.
Antes del 1 de enero de 2011, encender un cigarrillo mientras com¨ªas o elegir un espacio sin humo eran dos opciones a la hora de escoger restaurante. Desde entonces, la mayor¨ªa de los locales se acogi¨® a la legislaci¨®n y alter¨® su funcionamiento de muchas maneras. Algunos retiraron la pared frontal para dejar m¨¢s superficie al aire libre; otros se aprovisionaron de mesas de terraza y radiadores y ofrec¨ªan servicio fuera del recinto; unos pocos, como el bar Rodrigo de Valencia, permanecieron firmes en su postura de atender solo a la ley anterior.
El bar Rodrigo no llama especialmente la atenci¨®n. Un ventanal ocupa todas las paredes. En la televisi¨®n encendida hay una telenovela y un corcho con im¨¢genes taurinas se cuartea encima de una m¨¢quina de tabaco y dos tragaperras. Mientras, los parroquianos toman una ca?a en silencio con un pitillo en la mano. La pareja de propietarios, conocida por los vecinos y que ha aparecido a cara descubierta en varios medios, ya acumula tres sanciones. Dos de 10.000 euros y una de 600 euros. Su historia se remonta a la primera semana de la entrada en vigor de la ley: "Desde el d¨ªa 2 de enero hasta el 6 tuvimos que echar a todos los camareros. El 7 decidimos volver a dejar fumar: era eso o cerrar el bar", dice la mujer. No hace falta que lo expliquen: en la puerta, al lado de sendos carteles con el precio de almuerzos y desayunos populares, un peque?o folio parcialmente rajado indica que "desde el 7 de enero en este establecimiento se puede fumar". No es una mera cuesti¨®n insurreccional: "Nos gastamos 35.000 euros en la obra para habilitar dos zonas cuando se firm¨® la primera ley, ?qui¨¦n nos paga a nosotros eso?", repiten los due?os "y, adem¨¢s, todo el mundo fuma. Bajan las persianas y lo hacen. Nosotros, por lo menos, damos la cara".
Unos 300 inspectores se encargan de velar por el buen funcionamiento de la ley en 35.000 locales. Durante 2011, la Consejer¨ªa de Sanidad recibi¨® 822 denuncias, es decir, unas 2,5 diarias de media. La mitad ya se ha tramitado y 245 de esta mitad ya est¨¢n resueltas administrativamente, seg¨²n fuentes de la consejer¨ªa. En todo el a?o se cuentan 169 sanciones. Unas penas que pueden ir desde los 30 euros en casos leves hasta los 600.000 euros si es muy grave o hay reincidencia.
En la barra de este local, delante del grifo de cerveza y entre dos filas de bandejas con sepia, tortilla o ensaladilla, una botella de cristal indica: "Donaci¨®n para multas". "La gente s¨ª que ayuda", relatan los due?os. Aun as¨ª, han notado la crisis: "Que se pueda fumar no atrae a m¨¢s gente porque con la crisis nadie tiene dinero", certifica Rodrigo. "Ahora mismo estamos yo, mi marido y una cocinera", relata ella. Las multas todav¨ªa no las han pagado, pero tienen un abogado que lleva el caso y que les est¨¢ costando su dinero: "Preferimos seguir as¨ª. Somos personas libres, no atadas como borregos. Y la Constituci¨®n no puede cambiarse as¨ª como as¨ª", concluyen los due?os.
Seg¨²n una encuesta publicada recientemente por la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (Separ), la proporci¨®n de fumadores desde la implantaci¨®n de la ley es del 20%, un peque?o repunte con respecto al a?o anterior (19,5%). El grupo donde m¨¢s ha aumentado el h¨¢bito es el de los j¨®venes de entre 13 y 40 a?os. La Separ destac¨® que solo un 27% de fumadores hab¨ªa intentado dejarlo. Los datos positivos solo corresponden a los fumadores pasivos: se han reducido del 49,5% en 2005 al 37,8% a finales de 2011. Los bares, con o sin ley, esgrimen el mismo argumento: "La gente ni fuma ni va a los bares porque no hay crisis", responde cortante un hostelero que fuma, este s¨ª, a la puerta de su local.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.