¡°Veremos el desastre de la ciencia dentro de 10 a?os¡±
La cient¨ªfica que pilotar¨¢ la reforma universitaria es la ¨²nica presidenta de una real academia, la de farmacia
¡°Me peleo con las neuronas todo el rato¡±. Mar¨ªa Teresa Miras, investigadora en neurociencia y zambullida en los mecanismos relacionados con el alzh¨¦imer, tiene m¨²ltiples registros. Esta catedr¨¢tica de Biolog¨ªa Molecular es la ¨²nica mujer al frente de una gran Real Academia, la de Farmacia. Presidenta desde 2007 de la docta casa con mayor presencia femenina (ocho acad¨¦micas de 46) y enemiga de las cuotas: ¡°La diferencia la cura el tiempo. En 20 a?os, la paridad ir¨¢ en nuestra contra, porque seremos m¨¢s mujeres¡±.
¡°Las academias son instituciones venerables. O se mueven, o se quedan obsoletas. El mundo se mueve muy deprisa y hay que alcanzarlo. Y eso hay que hacerlo con gente que tiene una cierta edad¡±, dice ¡°sin queja¡± por la suya. Esta cient¨ªfica, que en mayo se convertir¨¢ en acad¨¦mica tambi¨¦n en Francia, es partidaria de importar de all¨ª la jubilaci¨®n para sus colegas ¡ªahora vitalicios, un problema ¡°grav¨ªsimo¡±¡ª. ¡°Aqu¨ª se entra muy tarde, pero ser¨ªa bueno que se jubilaran a los 80, sobre todo, si llevan mucho tiempo sin asistir. Ser¨ªa una forma de revitalizar las academias¡±.
La farmac¨¦utica Miras (Carballi?o, Ourense, 1948) es de amplio espectro: se preocupa hasta de las grietas de la sede de la Real Academia Nacional de Farmacia a ra¨ªz de las obras del colindante Colegio de Arquitectos de Madrid. En el restaurante decide r¨¢pido: lasa?a de verdura; un solo plato basta. Y ah¨ª aborda otras grietas, las de la recortada investigaci¨®n. ¡°Ahora no entra nadie y a los buenos los echamos a la calle. No puede ser que durante varios a?os no haya plazas y que luego salgan todas de golpe, porque entonces entran juntos buenos y malos. Compiten lo nefasto, que se dedica al pasilleo, y lo bueno, que se dedica a su trabajo. Y se echa a perder el sistema, como ha sucedido en crisis anteriores. Veremos el desastre dentro de 10 a?os¡±, pronostica.
La presidenta come y habla despacio, con tiempo para pensar. ¡°No se pueden mantener alegr¨ªas de centros a lo largo de toda Espa?a con equipamientos de lujo que no est¨¢n funcionando por falta de t¨¦cnicos para mantenerlos. Se solucionar¨ªa con uno bien montado, pero cada comunidad aut¨®noma quiere tener su gran centro con su gran equipamiento¡±, reflexiona al aire de la crisis econ¨®mica.
¡°Me estuvo buen¨ªsimo¡±, dice con un giro galaico al acabar el plato. Su origen ha sido una escuela: ¡°Cuando creces en Galicia, te das cuenta de que una pregunta tiene muchas posibilidades, y las respuestas, tambi¨¦n. Me pasa lo mismo en ciencia: necesito una buena pregunta para que los resultados sean de verdad una respuesta¡±.
Segura de que ¡°la ciencia tiene que ser deudora de la l¨®gica¡±, Miras rellenar¨ªa ¡°ya mismo¡± una casilla del 0,7% para investigaci¨®n en la declaraci¨®n fiscal. ¡°Investigar en Espa?a es llorar, porque tenemos miedo a decir la verdad: enviamos a los mejores con dinero p¨²blico al extranjero y all¨ª les despojan de las ideas de origen¡±. La renta de su aprendizaje no revierte luego en Espa?a, plantea.
Las cosas ya no son como cuando Miras empez¨® en un laboratorio franc¨¦s. ¡°La vida del investigador se ha vuelto inhumana por la cantidad de horas y viajes necesarios, y por la precariedad¡±. Y s¨ª, ella que investiga el alzh¨¦imer, lo teme. ¡°Sobre todo, por el entorno, que es el gran problema¡±.
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