Freno a las sillas de ruedas
La reforma sanitaria establece el copago para las personas que usan pr¨®tesis Los afectados aseguran que esto ser¨¢ un hachazo para su integraci¨®n social y laboral El ahorro se pagar¨¢ en gastos sociales, advierten
El ahorro previsto por el Gobierno en su decreto sanitario para prestaciones como las pr¨®tesis ¡ª700 millones¡ª puede ser escaso comparado con el golpe que, dicen, sufrir¨¢ un colectivo, el de las personas con discapacidad, ya acostumbrado a perder. Los responsables de las organizaciones que los representan aseguran que la p¨¦rdida de poder adquisitivo que entra?a para ellos la reforma dar¨¢ un tiro mortal a la todav¨ªa precaria integraci¨®n de estas personas: integraci¨®n social y en el mercado laboral. Hay quien asegura que para los m¨¢s vulnerables, un nuevo ahogo econ¨®mico en estas circunstancias podr¨ªa devolver al encierro en sus casas a aquellos que ya se hab¨ªan atrevido a salir a la calle con su silla de ruedas, coger un autob¨²s, comprar el pan...
El decreto afecta directamente a los discapacitados f¨ªsicos que necesitan las pr¨®tesis externas ¡ªsillas de ruedas, piernas ortop¨¦dicas, cors¨¦s¡ª, por las que se establece un copago igual que el de los f¨¢rmacos. Existe desde mediados de los noventa un cat¨¢logo nacional que define el precio de estos aparatos y el periodo de renovaci¨®n amparado por la sanidad p¨²blica. La fecha es el primer problema: solo ocho comunidades han avanzado en alguna medida en la renovaci¨®n de ese cat¨¢logo incorporando productos y solo tres, Andaluc¨ªa, Catalu?a y Galicia financian al 100% lo que cuesta cada cosa.
Los discapacitados
m¨¢s j¨®venes reclaman pr¨®tesis est¨¦ticas
As¨ª que Espa?a est¨¢ dividida en dos. Por un lado las comunidades que siguen con el cat¨¢logo original, que obligan al discapacitado a adelantar lo que le cuesta el producto y luego la Administraci¨®n le reembolsa el precio que figura en el cat¨¢logo. Como es un precio muy antiguo estos ciudadanos, en la pr¨¢ctica, ya pagan parte de sus pr¨®tesis, hasta el coste real del mercado. En el resto de las comunidades (con algunas diferencias) el sistema es algo menos oneroso, puesto que es el despacho de ortopedia el que se encarga de adelantar este pago y pasar la factura a la Administraci¨®n.
As¨ª como para los medicamentos hay un plazo de dos meses para aplicar el copago, en este caso el calendario ser¨¢ de medio a?o porque est¨¢ pendiente, dicen en el Ministerio de Sanidad, la renovaci¨®n de ese cat¨¢logo. Esta es la en¨¦sima promesa de que los aparatos que incluye, anticuados y pesados, se sustituir¨¢n por otros m¨¢s modernos y, por tanto, de precios actualizados.
Mientras ello ocurre, ya se sabe que rentas no muy altas, por encima de 1.600 euros mensuales, tendr¨¢n que hacer frente a la mitad del producto que compren. Y las inferiores a 22.000 euros anuales (el l¨ªmite para hacer la declaraci¨®n de la renta) el 40%; los pensionistas, un 10%. ¡°Pero no se puede comparar lo que cuesta una caja de pastillas, normalmente, con una silla de ruedas¡±, advierte Rosa Fern¨¢ndez, secretaria t¨¦cnica de la Federaci¨®n Espa?ola de Ortesistas y Protesistas (Fedop).
Una aproximaci¨®n al viejo cat¨¢logo
- Silla de ruedas de acero adaptada. Renovaci¨®n cada 24 meses. 300 euros.
- Silla de ruedas para par¨¢lisis cerebral con accesorios y asiento adaptado. 36 meses. 2.500 euros.
- Cors¨¦ de Chenau. 6 meses. 1.200 euros.
- ?rtesis de marcha para pacientes parapl¨¦jicos, a medida. 36 meses. 3.500 euros.
- ?rtesis de marcha de pie para hemiplejias. 24 meses. 400 euros.
- Plantillas a medida, un par: 6 meses. 75-150 euros.
- ?rtesis de marcha DAFO para ni?os. 6 meses. 400 euros.
- Pr¨®tesis para amputaci¨®n desde el muslo, a medida. 36 meses. 3.800 euros.
- Pr¨®tesis mioel¨¦ctrica de mano, a medida. 36 meses 12.000 euros.
- Pr¨®tesis de mama externa adaptada. 24 meses. 200 euros.
- Prenda de presoterapia para lifedemas, a medida. 6 meses. 300 euros.
- Cojines antiescaras. 6 meses. 70-320 euros.
La poblaci¨®n con cualquier tipo de discapacidad que se declara activa no es mucha. De 1,48 milones en edad laboral, son 526.000, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del INE. El paro les afecta en mayor medida que a la poblaci¨®n general. No obstante, este decreto solo ata?e a los discapacitados f¨ªsicos (aunque el medicamentazo pesa sobre todos ellos).
A pesar de ello, son los j¨®venes los que estaban, despu¨¦s de muchos a?os de estigma, sacando la cabeza. Una mayor formaci¨®n les estaba lanzando al mercado laboral. ¡°Pero no, parece que tenemos que volver a la mendicidad¡±, dice airado Javier Font, presidente del CERMI en Madrid. El CERMI es la gran plataforma que a¨²na a las asociaciones, muchas y variadas, de discapacidad en Espa?a. Font pertenece a la directiva nacional. Y sigue, enfadado: ¡°Est¨¢n desmantelando el Estado de bienestar, pero deben saber que lo que dejen de gastar por un lado lo gastar¨¢n por otro, porque est¨¢ demostrado que a menor gasto sanitario, mayor gasto social. Algunos de los afectados se plantear¨¢n volver con sus pensiones a casa y optar a las ayudas a las que tendr¨¢n derecho en el ¨¢rea social, una vez abandonado el trabajo¡±. El colectivo, dice, es de rentas bajas, a pesar de que pueden sumar (siempre con la variedad a la que acostumbra Espa?a) un salario a sus pensiones de incapacidad. ¡°Esto les complicar¨¢ los ingresos, el terreno ganado en el ¨¢mbito laboral, pero tambi¨¦n, que no lo olviden, la calidad de vida conquistada¡±. Para ejemplificar esto ¨²ltimo baste un ejemplo, el que presta con nombre y apellidos, que no siempre es f¨¢cil, por aquello del estigma, Estela Cerezo: ¡°Tengo 36 a?os, un marido que acaba de salir del paro y dos hijos. Nac¨ª con un f¨¦mur m¨¢s corto que el otro y mi pierna va metida en la ortopr¨®tesis. Hay pr¨®tesis m¨¢s baratas, pero la m¨ªa cuesta 7.000 euros; solo el pie son 3.000 porque puede meterse en un zapato plano y en uno de tac¨®n. Echen un vistazo a los escaparates...¡±. El pie m¨¢s caro que financia el cat¨¢logo son 300 euros y ella tiene 36 a?os: quiere sandalias, tacones... ¡°Echen un vistazo a los escaparates¡±.
El resto de su relato es el papeleo para que le reembolsen parte de lo comprado, formularios, visitas, recursos, para una mujer que trabaja y tiene dos hijos.
A todo esto hay que a?adir que uno no compra una silla de ruedas para siempre, mucho menos una pierna ortop¨¦dica, menos a¨²n si se es peque?o y hay que ir adapt¨¢ndola al crecimiento... ¡°Y hay que hacer pruebas y m¨¢s pruebas hasta que todo encaja perfectamente, ya les aseguro que no es agradable... En vez de ir a mejor estamos yendo a peor, con esos aparatos antiguos del cat¨¢logo y sin tener en cuenta la vida actual. Y ahora, encima, acabar¨¢n cobr¨¢ndonos m¨¢s. Yo exijo, es mi salud, no es solo est¨¦tica¡±, zanja Estela Cerezo.
Los afectados se quejan del atrasado cat¨¢logo de prestaciones
Cierto. No es en absoluto descartable que el ahorro que se consiga se pierda por los nuevos gastos en salud, porque estas personas, a poco que abandonan sus cuidados o no dispongan de los aparatos m¨¢s modernos, ven su salud resentida.
¡°La ortopr¨®tesis que llevo en el brazo ahora es mejor, pero antes pesaba much¨ªsimo, siempre ten¨ªa problemas de espalda, y a¨²n tengo, voy al fisio muchas veces y me lo pago yo. Lo m¨ªo es de nacimiento, no sabr¨ªa vivir sin ello, no lo concibo, no saldr¨ªa de casa si no puedo pagarlo...¡±, dice Cristina, otra mujer trabajadora, de 29 a?os. Pero tiene la suerte, a?ade, de que su madre le adelanta el dinero cuando tiene que renovar la pr¨®tesis. La familia, otra vez, como siempre, sosteniendo el bienestar en esta crisis. El falso brazo lleva un guante, que la tinta del peri¨®dico y el tinte de la ropa ensucian con m¨¢s frecuencia de la que el cat¨¢logo permite renovar con ventajas econ¨®micas. Y Cristina cobra unos 1.200 euros mensuales. Echen, de nuevo, un vistazo a los escaparates.
Est¨¦tica y salud, que a veces se funden en una sola: no es lo mismo arrastrar un entramado de hierros que una pieza de fibra de carbono. A pesar de todo, las ortopr¨®tesis no son la parte del le¨®n en este asunto. Se venden, dicen en el sector, unas 400 piernas al a?o y unos 150 brazos en toda Espa?a. ¡°Esto no arruina a un pa¨ªs¡±, dice Rosa Fern¨¢ndez, de Fedop.
Las sillas de ruedas, tambi¨¦n muy caras, se cuentan, sin embargo, por miles. En una de ellas se sienta cada d¨ªa Carme Riu, la presidenta de la asociaci¨®n catalana de mujeres con discapacidad f¨ªsica Dones no Est¨¢ndars. Las sillas de ruedas son, quiz¨¢, el asunto m¨¢s espinoso. Son caras, s¨ª, pero quienes las usan necesitan tambi¨¦n cuidados m¨¢s delicados. ¡°Tuve polio con siete a?os, pero anduve hasta los 55. Ahora tengo 60 y los brazos desgastados. Los que vamos en silla de ruedas necesitamos ponernos en pie, aunque sea una hora al d¨ªa, porque, si no, viviremos menos, nuestros ¨®rganos necesitan que nos pongamos de pie. Yo lo hago, con dos bitutores en las piernas, con botas especiales, y hay quien necesita un elevador. Y los cors¨¦s. Si no tenemos todo esto, viviremos menos, es as¨ª de sencillo¡±, dice despu¨¦s de haber desgranado una serie de precios de varios ceros cada uno.
Riu asegura que no atender estos requerimientos sanitarios se pagar¨¢ en di¨¢lisis, por ejemplo, cuyo transporte tambi¨¦n est¨¢ incluido en el nuevo caj¨®n del copago... ¡°Conf¨ªo, y no s¨¦ por qu¨¦, en que rematen todo esto con un poco de criterio, que piensen en que hay personas detr¨¢s de todo ese supuesto ahorro. Esas personas necesitan esas cosas porque, si no, se morir¨¢n y eso ser¨¢¡±, dice con dureza y sin pelos en la lengua, como siempre, ¡°un homicidio inducido por el Estado de bienestar¡±.
Los aparatos
ortop¨¦dicos son caros y hay que renovarlos
Las sillas de ruedas son caras, se dec¨ªa, y se cuentan por miles. Solo en Andaluc¨ªa, seg¨²n aproximaciones del sector, se gastan alrededor de 20 millones de euros por este concepto, alrededor de nueve en Galicia, esas comunidades donde est¨¢n financiadas por completo. Pero en ellas se sientan muy distintas personas que, seguramente, cabe organizar por nivel de gravedad o renta. El ministerio asegura que todo ese detalle est¨¢ por verse. Que quiz¨¢ haya excepciones cuando se afine la letra gorda. Pero los afectados afirman que all¨¢ donde no pagaban ahora empezar¨¢n a pagar con los m¨ªnimos que plantea el decreto, y donde ya se aplicaba copago quiz¨¢ se quedar¨¢n como est¨¢n. Porque las comunidades solo tienen margen para mejorar los l¨ªmites del Gobierno. En todo caso, el decreto ya advierte de que si alguna pretende aliviar la carga econ¨®mica de estos usuarios lo har¨¢ de su bolsillo propio. Quiz¨¢ para preservar una posible deuda con las empresas de ortopedia, como la que se ha contra¨ªdo con las empresas farmac¨¦uticas.
En el sector de la ortopedia creen que no est¨¢ de m¨¢s que se reorganice un poco el variad¨ªsimo panorama que ofrecen las comunidades, y, como los afectados, opinan que hay que actualizar el cat¨¢logo, incluir mejoras t¨¦cnicas en los productos y adecuar los precios, muy lejos de lo que ahora paga la Administraci¨®n por ellos. Pero tambi¨¦n avisan de que no cargar¨¢n con la deuda. Mientras tanto, un estudio elaborado en la ciudad de Barcelona hace cinco a?os cifraba en 27.000 euros anuales m¨¢s los que necesitaba una persona con discapacidad para hacer una vida normalizada respecto a la poblaci¨®n general. ¡°Son demasiados, solo falta que encimas nos recorten lo que ya tenemos¡±, dice Carme Riu.
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