Rousseff veta la amnist¨ªa a los deforestadores de la Amazonia

La l¨ªder brasile?a, Dilma Rousseff, ha impuesto esta tarde su veto presidencial a algunos puntos pol¨¦micos del nuevo C¨®digo Forestal aprobado por el Congreso el pasado abril, entre ellos la amnist¨ªa a los grandes terratenientes que deforestaron parte de la Amazonia hasta 2008. En total, la mandataria se ha opuesto a 18 de los 84 art¨ªculos que contiene la ley. El Gobierno debe presentar sus alegaciones al Senado en las pr¨®ximas 48 horas.

El nuevo texto, que sustituye al de 1965, hab¨ªa sido aprobado ya el a?o pasado en el Congreso. Pero fue rebajado cuando lleg¨® al Senado, que elimin¨® la amnist¨ªa a los deforestadores. El art¨ªculo fue de nuevo introducido en la votaci¨®n final de la C¨¢mara baja.

Rousseff consider¨® una derrota de su Gobierno la aprobaci¨®n de la nueva ley en el Congreso

No se ha tratado de una decisi¨®n f¨¢cil para la presidenta, y menos en v¨ªsperas de la cumbre R¨ªo+20, la conferencia mundial sobre medio ambiente organizada por la ONU que se celebrar¨¢ en la ciudad brasile?a el mes pr¨®ximo. Rousseff, que consider¨® una derrota de su Gobierno la aprobaci¨®n del nuevo C¨®digo, claramente inclinado hacia las exigencias de los grandes terratenientes que forman mayor¨ªa en el Congreso, se ha visto presionada desde varios frentes.

Los partidarios de la versi¨®n aprobada afirman que el veto significa disminuir la producci¨®n de alimentos, que los pobres acabar¨¢n pagando m¨¢s caros. Para los ambientalistas, que ayer acamparon frente al palacio presidencial para pedir a Rousseff que vetara la totalidad del C¨®digo y presentaron en su apoyo dos millones de firmas recogidas en varios pa¨ªses del mundo, se trata de un texto ¡°horrible". "Es el texto de la deforestaci¨®n de la selva¡±, afirm¨® Pedro Abranovay, director de Avaaz, la instituci¨®n que recogi¨® los dos millones de firmas.

Bajo el lema Veta, Dilma, se cre¨® en las redes un gran movimiento popular para pedir a la mandataria que vetara la amnist¨ªa a los deforestadores. Participaron en la campa?a artistas, escritores, cineastas y otras personalidades de renombre. Sin duda, Dilma no se pod¨ªa presentar a R¨ªo+20 sin haber por lo menos vetado los art¨ªculos m¨¢s pol¨¦micos de la nueva legislaci¨®n ambiental brasile?a. Y as¨ª lo ha hecho. No ha cargado contra el texto ¨ªntegro, ya que ello hubiese significado un enfrentamiento frontal con el Congreso, pero ha puesto sus tijeras en los art¨ªculos m¨¢s pol¨¦micos, como la amnist¨ªa a los que en los ¨²ltimos a?os acabaron con un 22% de la Amazonia. Adem¨¢s, ha protegido a los peque?os labradores que poseen hasta cuatro hect¨¢reas de tierra para sus cultivos.

Los ecologistas presentaron
dos millones de firmas a la mandataria para pedir su veto

En realidad, lo que ha hecho el Gobierno de Rousseff ha sido mantener pr¨¢cticamente el texto aprobado por el Senado, y que fue despu¨¦s derrotado en la C¨¢mara baja, donde los grandes terratenientes mantienen una gran influencia sobre un grupo mayoritario de diputados.

A¨²n as¨ª, existe una gran divergencia entre los diferentes puntos de vista, incluso entre los que se sit¨²an a medio camino entre los ambientalistas y las grandes empresas que se nutren del llamado agronegocio. En esa zona intermedia se sit¨²an desde los ganaderos hasta los grandes productores de soja, por ejemplo.

Para algunos, el texto aprobado en el Congreso cubre el gran vac¨ªo que exist¨ªa en la legislaci¨®n ambiental brasile?a. Para otros, lo importante es que el nuevo C¨®digo pueda contribuir a combinar desarrollo econ¨®mico y defensa del medio ambiente, es decir una econom¨ªa sostenible que ni convierta la Amazonia en un santuario inviolable, que impida desarrollo y riqueza para todos, ni la deje sin reglas claras a merced de los grandes especuladores, como ha ocurrido hasta el presente.