La negativa de una belga a aceptar la ¡®ley antiburka¡¯ sacude a Bruselas
Dos detenidos y dos polic¨ªas heridos en los incidentes desatados tras la detenci¨®n de una mujer que se neg¨® a quitarse el 'niqab'
Muchos polic¨ªas a pie y en veh¨ªculos, un par de paradas de autob¨²s da?adas, algunos escaparates rotos, peque?os grupos dispersos de j¨®venes ociosos y una cerril ley del silencio cohabitaban este viernes en el centro de Molenbeek, una comuna de Bruselas, con el multicolor ir y venir cotidiano de los vecinos de cualquier localidad con fuerte presencia musulmana. Un cuadro de paz enga?osa, dado que sobre la localidad reg¨ªa la prohibici¨®n de formar grupos de m¨¢s de cinco personas tras las algaradas callejeras provocadas en la tarde-noche del jueves por la detenci¨®n de una musulmana cubierta con el niqab, velo isl¨¢mico integral que solo deja ver los ojos, en contra de la prescripci¨®n legal belga que obliga a mostrar el rostro en los lugares p¨²blicos. Es el primer incidente grave en B¨¦lgica por aplicaci¨®n de la llamada ley antiburka.
Los j¨®venes no quer¨ªan hablar de lo ocurrido, ¡°cosas sin importancia¡±, seg¨²n los m¨¢s locuaces. En los comercios y entre las transe¨²ntes nadie sab¨ªa nada ni hab¨ªa o¨ªdo nada, y cada cual remit¨ªa al vecino. En su despacho del Ayuntamiento, junto a la comisar¨ªa que centr¨® las furias callejeras, el concejal Jamal Ikazban explica c¨®mo ¡°una mujer fue detenida en la comuna vecina de Jette por no querer identificarse y mostrar su rostro a la polic¨ªa, que la trajo a esta comisar¨ªa porque aqu¨ª hay mujeres polic¨ªas¡±.
Un centenar de j¨®venes intent¨® asaltar la comisar¨ªa donde estaba la arrestada
Lo que pas¨® dentro est¨¢ pendiente de investigaci¨®n en profundidad. La versi¨®n oficial habla de la resistencia de la mujer a mostrar su rostro, de un cabezazo suyo que rompi¨® la nariz a una agente, de la conmoci¨®n cerebral de la musulmana y del traslado de ambas a un hospital. El incidente trascendi¨® de inmediato gracias a redes sociales y mensajes telef¨®nicos.
La comisar¨ªa se vio pronto cercada por alrededor de un centenar de j¨®venes airados. Los sitiados recibieron refuerzos de la polic¨ªa local y federal mientras las fuerzas vivas de la comunidad trataban de aplacar los ¨¢nimos. Al final, un par de polic¨ªas heridos, dos autobuses apedreados y dos detenidos por tirar piedras.
El concejal Ikazban, que ha denunciado a la polic¨ªa federal por maltrato a su persona durante los choques, atribuye el grueso de los incidentes ¡°a un grupo de extremistas llegados de Amberes¡±, un eufemismo para referirse a Sharia4Belgium, un grupo radical con sede en la ciudad norte?a cuyo l¨ªder fue condenado en mayo por incitaci¨®n al odio contra los no musulmanes.
El concejal del distrito atribuye el grueso de los incidentes "a un grupo de extremistas"
Los medios belgas identifican a la musulmana origen del conflicto como una belga conversa, extremo que no fue posible confirmar con el portavoz policial. El que sea belga podr¨ªa explicar su mayor capacidad de desaf¨ªo a la ley que, desde julio de 2011, proh¨ªbe llevar el rostro totalmente cubierto. Ya en 2005, la primera occidental en inmolarse en un ataque suicida en Irak fue una belga de Charleroi, radicalizada en el islam tras dos matrimonios con musulmanes.
El incidente de Molenbeek, el primero de calado en el pa¨ªs como consecuencia de la aplicaci¨®n de la ley antiburka, se produce al tiempo que se recrudece en el pa¨ªs el debate sobre la integraci¨®n de unas minor¨ªas cada vez m¨¢s presentes en la sociedad belga. Presentes, pero encerradas en su barrios-gueto, como Molenbeek y sus alrededor de 90.000 habitantes azotados por un 30% de paro, donde el tendero al que se pregunta sobre los sucesos habla solo ¨¢rabe.
El viceprimer ministro y ministro de Exteriores, Didier Reynders, provoc¨® recientemente una algarada verbal al equiparar Molenbeek con el extranjero y ha reincidido en la idea al considerar como un ¡°enorme problema¡± la segregaci¨®n que se da en Bruselas, donde viv¨ªan hace una d¨¦cada del orden de 170.000 musulmanes, el 18% de la poblaci¨®n, seg¨²n censos y estimaciones poco fiables. Para el ministro, Molenbeek es ejemplo del ¡°flagrante fracaso de la pol¨ªtica de integraci¨®n¡±.
Es el primer incidente de calado
por la norma que proh¨ªbe ocultar
el rostro en lugares p¨²blicos
Palabras que ponen en el disparadero al concejal socialista Ikazban, que se pregunta qu¨¦ quiere decir integraci¨®n ¨Cpara ¨¦l crear igualdad de oportunidades en la educaci¨®n para tener igualdad de oportunidades en la vida- y reprocha al liberal Reynders, responsable belga de Finanzas durante una d¨¦cada, que no diera a Molenbeek el dinero que necesita una comuna en plena expansi¨®n demogr¨¢fica.
La ley antiburka belga impone una multa de 137,50 euros a quienes oculten su rostro en espacios p¨²blicos, sanci¨®n que puede llegar hasta los siete d¨ªas de reclusi¨®n, en funci¨®n de las circunstancias. La mujer protagonista de este suceso pasa por reincidente.
En B¨¦lgica, donde hay censados unos 600.000 musulmanes, se estima que antes de la entrada en vigor de la ley hab¨ªa del orden de 250 portadoras del niqab, que aceptaron el cambio legislativo sin mayores incidentes, m¨¢s all¨¢ de las amenazas en su momento de algunos varones de no dejarlas salir de casa.
Francia tambi¨¦n
aprob¨® el a?o pasado
una medida similar
A B¨¦lgica se le adelant¨® por meses Francia en la prohibici¨®n legal de ocultar el rostro, medida que fue adoptada en abril del 2011 en Par¨ªs, informa Ana Teruel. La ley prev¨¦ una multa de 150 euros o un cursillo de ciudadan¨ªa, sanci¨®n que desde entonces ha sido impuesta a unas 300 mujeres en todo el pa¨ªs. A pesar de lo dif¨ªcil que resulta contabilizar el n¨²mero de mujeres que se cubren con la pol¨¦mica prenda, el entonces ministro del Interior, Claude Gu¨¦ant, estim¨® en enero que se hab¨ªa reducido a la mitad su uso. En el momento de aprobarse la ley, las autoridades calculaban que eran unas 2.000 las afectadas, el 88% de ellas de nacionalidad francesa y el 35% descendiente de familias francesas.
El Gobierno de Fran?ois Hollande mantendr¨¢ la ley. El nuevo presidente ya anunci¨® que, ¡°por supuesto¡±, mantendr¨ªa la legislaci¨®n inspirada por Nicolas Sarkozy, a pesar de las reticencias que levant¨® en su d¨ªa entre los socialistas. El hoy titular de Interior, Manuel Valls, que defiende una "laicidad exigente", fue uno de los 14 diputados socialistas que votaron a favor de la ley en la Asamblea Nacional, mientras el resto del grupo se abstuvo.
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