¡°Espa?a fue mi primer amor¡±
El exministro de Exteriores ruso dice que no hay pol¨ªticos de la talla de Su¨¢rez
Ha sido secretario del Consejo de Seguridad de Rusia (2004 a 2007) y ministro ruso de Exteriores (1998 a 2004), pero lo de posar no es lo suyo, aunque se somete con deportividad. Liberado del castigo, se adentra en la entrevista recordando complacido que tuvo mucha suerte con sus jefes y con las ¡°casualidades¡± que marcaron su destino. No fue ?gor Ivanov quien decidi¨® estudiar espa?ol, sino que se lo impuso el decano de su facultad en 1963, y en aquella ¨¦poca sovi¨¦tica ¡°no era bueno discutir¡±. Pero no fue la lengua lo que le cautiv¨® sino el que sus profesores fueran ni?os de la guerra. ¡°Hablaban siempre de Espa?a. Lo que te contaban no ven¨ªa en los libros. Te ense?aban el sabor de Espa?a¡±, comenta.
Sin embargo, el primer trabajo de ?gor Ivanov (Mosc¨², 1945) fue en Cuba en 1967 y 1968, aunque al a?o siguiente realiz¨® su primer viaje a Espa?a. ¡°Fui como int¨¦rprete de la delegaci¨®n de baloncesto. Como era un hecho ins¨®lito, Santiago Bernab¨¦u fue a buscarnos al aeropuerto, pero cuando nos fuimos no vino a despedirnos. Creo que estaba enfadado porque gan¨® el CSKA¡±, dice entre risas.
Viv¨ª una de las p¨¢ginas m¨¢s interesantes de la historia moderna: la Transici¨®n¡±
Ivanov ingres¨® en la Academia de Ciencias. ¡°All¨ª el joven investigador se encontr¨® con el prestigioso Yevgueni Primakov y nunca imagin¨¦ que aquella relaci¨®n me llevar¨ªa un d¨ªa al Gobierno de Rusia¡±, afirma.
No lo pens¨® porque apenas tuvo tiempo de investigar. En 1972, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Espa?a, que a¨²n no ten¨ªan relaciones diplom¨¢ticas, acordaron intercambiar misiones comerciales. ¡°El Ministerio de Exteriores sovi¨¦tico carec¨ªa de expertos en Espa?a y cuando se puso a buscar no tuvo que mirar muy lejos: yo estaba casado con la hija del viceministro de Exteriores, Yekaterina Kozyreva, con la que llevo m¨¢s de 40 a?os¡±, se?ala dando un sorbo al caf¨¦ con que acompa?a este rato que ha logrado robar a su apretada agenda de presidente del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia. Viene de una reuni¨®n en Washington el d¨ªa anterior, llega a Berl¨ªn para participar en la conferencia del Foro de Luxemburgo para Prevenir una Cat¨¢strofe Nuclear y vuelta al avi¨®n otra vez.
¡°Pens¨¦ que iba a Espa?a para dos o tres a?os y estuve 10 seguidos, porque en 1977 se establecieron relaciones diplom¨¢ticas y me integr¨¦ en la embajada. Viv¨ª una de las p¨¢ginas m¨¢s interesantes de la historia moderna: la Transici¨®n¡±. Cuenta que particip¨® en miles de reuniones, que conoci¨® a la familia real, a pol¨ªticos ¡ª¡°ya no los hay de la talla de Su¨¢rez¡±¡ª, artistas ¡ªde Berlanga a Bardem¡ª, sindicalistas y profesores. ¡°Muchos periodistas me criticaron como si fuera el jefe del KGB en Madrid, pero tuvimos buena relaci¨®n. La Transici¨®n me ense?¨® mucho. Espa?a fue mi primer amor¡±.
Ya en Mosc¨², cuando Eduard Shevardnadze se convirti¨® en ministro de Exteriores (1985-1991), le propuso ¡ª ¡°tal vez porque soy medio georgiano¡±¡ª ser su jefe de Gabinete, lo que le permiti¨® vivir la ¨¦poca m¨¢s activa de la diplomacia sovi¨¦tica.
Espa?a volvi¨® a cruz¨¢rsele en 1991, pero dio la casualidad de que el d¨ªa que Mija¨ªl Gorbachov firmaba, durante sus vacaciones en Crimea, el nombramiento de Ivanov como embajador en Madrid, se desataba el golpe de Estado en Mosc¨². Peor a¨²n, el 13 de diciembre, cuando presentaba al Rey sus cartas credenciales, era consciente de que desaparec¨ªa la URSS y se invent¨® una f¨®rmula: ¡°Represento a mi pa¨ªs¡±. Dos d¨ªas despu¨¦s se hund¨ªa la URSS e Ivanov representaba a Rusia.
Dos a?os despu¨¦s le llaman a Mosc¨² como viceministro de Exteriores y empieza entonces una carrera mete¨®rica que le llev¨® a las cimas de la diplomacia y de la seguridad de Rusia.
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