El bos¨®n y el codex
Ayer, d¨ªa cuatro de julio, a media tarde, cuando ya hab¨ªa bajado un poco la temperatura canicular, fui a mi supermercado habitual, aparqu¨¦ a la sombra, compr¨¦ la botella de cava mejor que ten¨ªan, la puse a enfriar y la compart¨ª durante la subsiguiente cena en amor y compa?¨ªa, para celebrar que se nos hab¨ªa informado de que, al parecer, hab¨ªa evidencias m¨¢s que fundadas de que exist¨ªa el bos¨®n de Higgs o, al menos, algo muy parecido, y de que hab¨ªa aparecido tambi¨¦n, en un garaje de las cercan¨ªas de Santiago de Compostela, el original del Codex Callixtinus sustra¨ªdo hace un a?o.
El deporte (La Roja), la investigaci¨®n cient¨ªfica y la investigaci¨®n policial han venido a recordarnos muy gratamente que existe vida m¨¢s all¨¢ de los sobresaltos de la prima de riesgo y de la ?obligada? pol¨ªtica de austeridad, y que en otros ¨¢mbitos de inter¨¦s para la ciudadan¨ªa existen profesionales que hacen su trabajo de manera honrada, limpia e inteligente.
EL PA?S ha venido informando de las tres cosas, si bien, todo hay que decirlo, en una medida no muy equilibrada: el n¨²mero de p¨¢ginas y de periodistas dedicados a cubrir el glorioso cantar de gesta de La Roja excede en muchas varas de medir al dedicado a la f¨ªsica de part¨ªculas, o a la conservaci¨®n del patrimonio hist¨®rico, pero no voy a ser yo quien reaccione ahora como un resentido aguafiestas.
De estas tres buenas noticias que hemos recibido en lo que llevamos de mes de julio hay una, sin embargo, que probablemente cumple de la manera m¨¢s cabal con aquel principio del que hablaba Tuc¨ªdides: la de ser un ktema es ae¨ª, es decir, ¡°una conquista para siempre¡±, porque inevitablemente otras selecciones nacionales de f¨²tbol superar¨¢n en el futuro a la espa?ola, aunque hoy por hoy parezcan tenerlo crudo, y por muy bien custodiado que est¨¦ el Codex Callixtinus nada impide que sea robado de nuevo, o deteriorado, o destruido en el futuro, simplemente por un qu¨ªteme all¨¢ esas pajas entre un de¨¢n y un trabajador ofendido.
Las conquistas de la ciencia, sin embargo, son mucho menos coyunturales, menos azarosas y menos locales: en primer lugar, son para toda la humanidad y, en segundo lugar, tienden a perdurar siglo tras siglo.
Por otra parte, el hecho de que el f¨²tbol europeo tenga tan alto nivel y que su inabarcable patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico est¨¦ bien conservado, catalogado y estudiado, influye quiz¨¢ no poco en las primas de riesgo de sus pa¨ªses, pero que una instalaci¨®n conocida como ¡°centro europeo de investigaci¨®n nuclear¡± (CERN) lidere hoy los descubrimientos en f¨ªsica de part¨ªculas de y para todo el mundo, parece ser una garant¨ªa de que Europa puede aspirar a seguir en la vanguardia de la ciencia, de la tecnolog¨ªa y del desarrollo y de que, por lo tanto, podr¨¢ seguir ofreciendo bienestar a las generaciones futuras de sus ciudadanos.
Les recuerdo que precisamente en ese centro del que procede la noticia del bos¨®n de Higgs, el CERN, se descubri¨® no hace muchos a?os el Hypertext Transfer Protocol (http) o el Uniform Resource Locator (URL) que, sin ir m¨¢s lejos, me permitieron ayer ir a comprar el cava a tiro fijo, conociendo ya su precio antes de salir de casa.
Para que luego digan que lo que hacen en el CERN no vale para nada.
Javier L¨®pez Facal es profesor de Investigaci¨®n del CSIC
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