El aluvi¨®n de m¨¦dicas a¨²n encuentra recelos
Pol¨¦mica en las sociedades profesionales en torno a la presencia masiva de mujeres Ellas son el 65% de los que han acabado el MIR Los estudios no ven inconvenientes en la feminizaci¨®n
De los 6.112 m¨¦dicos que han acabado este a?o el programa MIR de formaci¨®n de facultativos, el 64,8% son mujeres. La presencia femenina es masiva en obstetricia y ginecolog¨ªa (85%), pediatr¨ªa (84%) o hematolog¨ªa y pediatr¨ªa (79%), seg¨²n un informe elaborado por el Centro de Estudios del Sindicato M¨¦dico de Granada. En las facultades, el 85% de los estudiantes son mujeres. Los datos son contundentes: la feminizaci¨®n de la medicina es un hecho. Aunque existen opiniones divergentes sobre las consecuencias de este fen¨®meno y de los aspectos de la organizaci¨®n del sistema sanitario que deber¨ªan adaptarse al cambio de perfil demogr¨¢fico de la profesi¨®n.
Especialistas como Seraf¨ªn M¨¢laga, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), creen que si no se toman medidas, esta mayor¨ªa femenina derivar¨¢ en un creciente n¨²mero de problemas en los servicios debido a la frecuencia de las bajas por maternidad o los permisos derivados de la conciliaci¨®n de la vida familiar y profesional. ¡°Es un hecho real que la mujer es la que pare¡±, explica, ¡°y es indudable que ello tiene repercusi¨®n en el ¨¢mbito laboral¡±. Pero hay quien no comparte este enfoque. ¡°En pleno siglo XXI no se puede hablar de la feminizaci¨®n de la medicina como un problema¡±, comenta Pilar Arrizabalaga, secretaria general del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona. ¡°Hace d¨¦cadas que las mujeres han ocupado masivamente el sector de la educaci¨®n¡±, a?ade. ¡°?Ha habido alg¨²n problema porque la gran mayor¨ªa sean profesoras? Parece bastante claro que no ha pasado nada¡±.
¡°Las bajas por maternidad son un problema laboral¡±, dice Seraf¨ªn M¨¢laga
El lunes pasado, Maite Paramio, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas, abord¨® esta cuesti¨®n en la secci¨®n de cartas al director de este diario. Su escrito era una contundente respuesta a un art¨ªculo muy comentado entre los c¨ªrculos m¨¦dicos en el que los presidentes de las asociaciones m¨¦dicas de obstetricia y ginecolog¨ªa (SEGO), pediatr¨ªa (AEP) y endocrinolog¨ªa (SEEN), planteaban en Diario M¨¦dico las dificultades que se dan en sus especialidades por la elevada presencia de mujeres.
Coincid¨ªan en destacar problemas en la organizaci¨®n de las guardias por la acumulaci¨®n de bajas laborales, maternales o por motivos familiares e indicaban que los inconvenientes que ya se estaban dando se incrementar¨ªan a corto plazo debido a la baja tasa de reposici¨®n existente por la crisis, y a medio plazo a medida que se fueran jubilando los m¨¦dicos de m¨¢s edad (donde se concentran los hombres).
¡°Las maestras son mayor¨ªa y no ha
pasado nada¡±, opina Arrizabalaga
¡°Parece que la crisis econ¨®mica unida a la feminizaci¨®n de la medicina va a ser una situaci¨®n dif¨ªcil de soportar para nuestros presidentes¡±, expuso Maite Paramio con iron¨ªa en el texto remitido a EL PA?S. ¡°Lo malo para ellos es que no pueden hacer nada legalmente. Sus doctoras fueron las j¨®venes que sacaron mejor nota para hacer el MIR y las m¨¢s calificadas despu¨¦s para tener una plaza en el hospital¡±. En el art¨ªculo que replic¨® la investigadora, el presidente de la asociaci¨®n de pediatras planteaba que en la cobertura de las plazas MIR se tuviera en cuenta la feminizaci¨®n de cada especialidad. ¡°Se supone que abogaba por las cuotas para hombres en el MIR olvid¨¢ndose de que la capacidad y la excelencia es lo que mueve el mundo¡±, indic¨® Paramio.
En conversaci¨®n con este diario, M¨¢laga indica que no se refer¨ªa a limitar el n¨²mero de plazas para mujeres, sino que pretend¨ªa plantear que la especialidad de pediatr¨ªa ¡°cuenta con una alta tasa de feminidad y que en el n¨²mero de plazas que se convoquen para los m¨¦dicos en formaci¨®n se tiene que tener en cuenta este hecho¡±.
El presidente de la AEP insiste en que no plantea que se deba controlar el n¨²mero de mujeres pediatras. Pero sostiene que cuantas m¨¢s haya ejerciendo la profesi¨®n, mayor ser¨¢ el volumen de bajas en los servicios y tambi¨¦n las dificultades para cubrirlas. Y advierte de que todos los indicadores apuntan a que la feminizaci¨®n en la medicina, y en concreto en su especialidad, se incrementar¨¢n.
La mujer ¡°tiene que conciliar la vida laboral y familiar. Solicita bajas por maternidad, y esto hay que afrontarlo. Lo ¨²nico que hago es constatar un hecho, y esto es un problema laboral¡±.
En Espa?a, cuando un
hijo se pone malo se
queda en casa la madre
No solo por los perjuicios organizativos que provoca en los servicios. En su especialidad, a las vacantes ¡ªcada vez menos cubiertas¡ª se a?ade una amenaza, sostiene. Muchas de las bajas no se sustituyen por especialistas en ni?os, sino por m¨¦dicos generales. Ello, indica, pone en riesgo la excelencia en atenci¨®n de la poblaci¨®n de entre 0 y 14, que en Espa?a descansa exclusivamente en los pediatras, algo que no sucede en otros modelos sanitarios, por ejemplo en Gran Breta?a, donde son los m¨¦dicos de familia quienes atienden a los menores. Si no se introducen cambios para compensar las bajas femeninas ¡°nos cargamos el modelo de atenci¨®n pedi¨¢trica, que nos ha puesto a la cabeza de resultados en el mundo con una tasa de mortalidad infantil de las m¨¢s bajas del mundo¡±. La soluci¨®n para M¨¢laga pasar¨ªa por un aumento del n¨²mero de plazas MIR en pediatr¨ªa ¡°para contar con un n¨²mero suficiente que permitiera garantizar el volumen de vacantes y poder as¨ª mantener el modelo actual¡±, algo que, sostiene, llevan solicitando desde hace tres a?os.
Sin embargo, el factor de g¨¦nero que plantea el presidente de la sociedad de pediatras ya se contempla en el c¨¢lculo de las plazas MIR. El Ministerio de Sanidad usa como referencia para ofertar plazas de formaci¨®n el informe Oferta y necesidades de especialistas m¨¦dicos en Espa?a (2010-2025). Y este estudio incorpora una correcci¨®n de g¨¦nero que tiene en cuenta el diferencial de los periodos de inactividad de las mujeres respecto a los hombres, como explica Beatriz Gonz¨¢lez L¨®pez-Valc¨¢rcel, catedr¨¢tica de M¨¦todos Cuantitativos en Econom¨ªa y Gesti¨®n de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y coautora del informe. Por ello ¡°no hace falta tocar nada¡±. ¡°Es obvio que las mujeres tienen periodos de baja que no tienen los hombres, como los cuatro meses de baja de maternidad que suelen coger mayoritariamente ellas. Y en un pa¨ªs como este, cuando el ni?o se pone enfermo, quien se queda en casa es la madre, no el padre; esto es lo que hay¡±, explica esta especialista en econom¨ªa de la salud.
¡°Es un mito que la
mujer haga menos guardias¡±,
asegura una nefr¨®loga
El informe tiene en cuenta distintas variables, entre las que se encuentra el promedio de tiempo de trabajo de un hombre comparado con una mujer. ¡°?Es una diferencia relevante?¡±, se pregunta esta economista. ¡°Pues no, es poco relevante¡±, se responde. ¡°No creo que haya problemas hasta el punto de pedir cambios en el funcionamiento de los servicios¡±. Y de poner l¨ªmites por sexo, ni hablar. ¡°Todo lo que sea restringir es malo¡±, explica. ¡°Si las mujeres quieren ser pediatras, que lo sean¡±. ¡°Yo estoy encantada de que el 85% de las plazas MIR de ginecolog¨ªa est¨¦n ocupadas por mujeres, me encuentro m¨¢s c¨®moda con una m¨¦dica¡±.
¡°Hacer un problema de la feminizaci¨®n de la medicina es una sinraz¨®n y una aberraci¨®n¡± sostiene Pilar Arrizabalaga. Esta nefr¨®loga del hospital Cl¨ªnico de Barcelona niega la mayor: las mujeres no trabajan menos.
¡°Es un mito que las mujeres hagan menos guardias porque es una actividad consensuada entre todos los miembros del servicio¡±. La secretaria general del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, que admite que el art¨ªculo que origin¨® la pol¨¦mica ha sido muy comentado en su hospital ¡ª¡°no solo por mujeres¡±¡ª, tambi¨¦n se muestra muy contundente en contra de los augurios que alertan del caos organizativo que podr¨ªa provocar que las mujeres coparan la actividad asistencial y los servicios. ¡°Es una posici¨®n carpetovet¨®nica, decir que la crisis cuestionar¨¢ las coberturas asistenciales porque las mujeres paren me parece una falacia¡±.
Arrizabalaga introduce en el debate un nuevo elemento relacionado con la feminizaci¨®n de la medicina: los cambios que ha introducido este factor en la relaci¨®n entre el m¨¦dico y el paciente, un ¡°tema capital en la profesi¨®n¡±. Junto con Miguel Bruguera, hepat¨®logo del hospital Cl¨ªnic de Barcelona, public¨® en 2009 un editorial en la revista Medicina Cl¨ªnica titulado Feminizaci¨®n y ejercicio de la medicina. El art¨ªculo reflexiona sobre c¨®mo afecta el aumento de m¨¦dicas en ¡°el elemento fundamental de la profesi¨®n m¨¦dica [la relaci¨®n m¨¦dico-paciente] y en la organizaci¨®n del sistema sanitario¡±.
La feminizaci¨®n implicar¨¢ ¡°una reorganizaci¨®n del sistema sanitario¡±
Respecto a la primera cuesti¨®n, la conclusi¨®n es que los pacientes han salido ganando con la feminizaci¨®n. Los autores aluden a un estudio de 2002 del Departamento de Salud P¨²blica de la Facultad de Medicina John Hopkins de Baltimore, en el que las m¨¦dicas ¡°no est¨¢n en desventaja respecto a sus colegas masculinos sino que por su condici¨®n y su rol sociocultural, tienden con natural facilidad a la compasi¨®n y a la empat¨ªa¡±. Un an¨¢lisis de 26 trabajos publicado tambi¨¦n en 2002 en el Journal of American Medical Association ¡°indica que las m¨¦dicas utilizan, en general, un estilo de comunicaci¨®n m¨¢s llano, c¨¢lido y afable a fin de presentar las posibilidades terap¨¦uticas de un modo m¨¢s abierto y participativo. Sus consultas duran m¨¢s tiempo y parecen ser m¨¢s agradables¡±.
De forma paralela a las ¡°potenciales implicaciones positivas en el ejercicio de la medicina asistencial¡± que lleva aparejadas la feminizaci¨®n de la profesi¨®n m¨¦dica, los autores del trabajo tambi¨¦n sostienen que implicar¨¢ ¡°una reordenaci¨®n continua del sistema sanitario desde los recursos humanos que, previsiblemente, deber¨¢ poner ¨¦nfasis en la conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral a fin de conjugar las expectativas familiares, la demanda familiar y lo que la empresa sanitaria espera del m¨¦dico¡±. Pero no por la reticencia de las mujeres a prolongar la jornada laboral. Esta tendencia ¡°es extensible a todos los profesionales j¨®venes, independientemente de su sexo¡±. De hecho, el informe plantea que las m¨¦dicas tienden a trabajar ¡°bajo el denominado modo M, con un valle de contrataci¨®n parcial y la crianza de los hijos y dos picos de contrataci¨®n a tiempo completo. El segundo pico tiende a ser igual o incluso prolongarse m¨¢s que la vida laboral activa de sus compa?eros¡±.
¡°La profesi¨®n va
hacia jornadas m¨¢s normales¡±, comenta Rodr¨ªguez Send¨ªn
¡°No tenemos por qu¨¦ exigir a las mujeres una disponibilidad que no se exige en otras profesiones, si hay que conciliar la vida profesional y laboral hay que cambiar las cosas¡±, sostiene Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn, presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial de Espa?a, quien considera la feminizaci¨®n algo ¡°muy positivo para la profesi¨®n¡±.
Rodriguez Send¨ªn est¨¢ convencido de que la profesi¨®n camina hacia jornadas ¡°m¨¢s normales¡±. ¡°Los m¨¦dicos han tenido siempre una disponibilidad de 14 horas al d¨ªa, pero esto no puede ser obligatorio¡±. Por ello, el representante de los colegios profesionales apuesta por cambios en la organizaci¨®n para hacer posibles jornadas m¨¢s reducidas. Y cree que en estos momentos, en plena crisis, son tan buenos como cualquier otro.
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