0,99 de cacho de mujer
La sociedad espa?ola vista por el ojo del Instituto Nacional de Estad¨ªstica
La se?ora consejera pregunt¨® d¨®nde estaba el ba?o; la discreta y resabiada secretaria no pudo aguantarse: ¡°?Llevaba a?os esperando que llegara este momento!¡±. En la planta noble de esa gran empresa el¨¦ctrica espa?ola no exist¨ªa un aseo para mujeres. Jam¨¢s hab¨ªa sido necesario pues jam¨¢s nadie hab¨ªa pensado que un d¨ªa una mujer podr¨ªa estar en el consejo de la empresa (obviemos el detalle de que las secretarias de direcci¨®n deb¨ªan bajar a las plantas de los currantes). En la d¨¦cada de los noventa era habitual en las reuniones de directivos que, si hab¨ªa una mujer, los hombres le dieran los abrigos. Hoy se lo piensan, pues hay un 6,7% de directivas en las empresas del Ibex 35, seg¨²n recoge el INE en colaboraci¨®n con el Instituto de la Mujer.
Pero si resulta comprensible que el hombre defienda a codazos su puesto de trabajo ante el empuje de la mujer, menos se explica all¨ª donde nada m¨¢s hay para repartir que vanidad. Hasta 1987, la universidad p¨²blica no ten¨ªa mujeres doctor honoris causa. Este mismo a?o se invistieron una avalancha del 3,57% de mujeres. Es lo que tienen los n¨²meros absolutos, que todo queda menos elegante. En ese a?o hubo un total de 28 honorables doctores en las universidades p¨²blicas, es decir, que se distingui¨® a un 0,9996 de mujeres.
A¨²n es mayor la discriminaci¨®n en las universidades privadas, pues hasta el a?o 2000 no tuvieron a bien pensar que igual hab¨ªa alguna mujer en la faz de la Tierra (no es necesario ser espa?ol) merecedora del doctorado honor¨ªfico. Y el porcentaje fue del 6,25%, el doble que las p¨²blicas. Regresemos a los n¨²meros absolutos para comprobar que se honr¨® a 16 personas, por lo cual solo hubo una mujer.
El doctor Seraf¨ªn M¨¢laga, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, se pregunta qu¨¦ pasar¨ªa si todas las m¨¦dicas se quedan embarazadas y piden el permiso de maternidad a la vez. Pues debe de ser como si todos los acad¨¦micos de todas las Reales Academias Espa?olas, con la pr¨®stata a tope (pues j¨²niors no son) se meten al ba?o a la vez. ?Qui¨¦n cuidar¨ªa en este pa¨ªs del arte? La Academia de San Fernando tiene un 96,5% de hombres, m¨¢s que en 2007. ?Y de las ciencias exactas? Un 91,6% son hombres. ?Y de las ciencias pol¨ªticas y morales, donde el 97,7% son hombres? ?C¨®mo es posible que en la Real Academia de Medicina solo haya un 2,1% de mujeres?
Hay leyes en vigor para romper con ello, y normas de gobernanza y ¨¦tica. Incluso, para velar por las leyes, una Real Academia Espa?ola de la Jurisprudencia y Legislaci¨®n con 31 jurisconsultos. ?Cu¨¢ntas mujeres? Cero. ?Tambi¨¦n se ponen ellos el cafelito?
Qu¨¦ me dicen de la medallitis, ese regusto tan latino por la pompa y la condecoraci¨®n sin m¨¢s premio que una foto en un deprimente marco de alpaca. Pues ni en la foto: un 18,61% femenino del total del pasado a?o: 94 mujeres contra 411 hombres.
Si el hombre se cuelga medallas es por m¨¦ritos. En actividades no remuneradas, de las 12 que contempla el INE, en 4 gana el hombre. Se hacen apuestas: no, no es en el cuidado de los ni?os, ni en la cocina (pese a que actualmente es dif¨ªcil encontrar a un hombre que diga que no cocina). El hombre trabaja m¨¢s que la mujer en gestiones del hogar, reparaciones, ayudas informales a otros hogares y la jardiner¨ªa. Nos basta disfrazarnos de Leroy Merlin para convertir la tierra de los tres geranios en la alfombra del sal¨®n. ?Y en un fin de semana!
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