Unos cient¨ªficos idean una forma de atenuar los huracanes

La idea puede parecer una locura y los mismos cient¨ªficos que la proponen advierten que habr¨ªa que estudiar a fondo sus potenciales efectos adversos antes de llevarla a la pr¨¢ctica, pero el objetivo puede ser interesante: reducir la intensidad de los huracanes, tan potencialmente destructivos en determinadas ¨¦pocas del a?o.

Alan Gadian (Universidad de Leeds, Reino Unido) y sus colaboradores abordan el problema de las tormentas tropicales centr¨¢ndose en la relaci¨®n directa que hay entre la energ¨ªa asociada a su formaci¨®n y la temperatura de la superficie del oc¨¦ano. As¨ª, si se enfriase un poco el agua en la zona de su desarrollo, plantean, los huracanes y tifones ser¨ªan m¨¢s d¨¦biles. ?Y c¨®mo enfriar el oc¨¦ano? Pues haciendo que las nubes reflejen m¨¢s radiaci¨®n solar hacia fuera en la ¨¦poca de tormentas tropicales.

La temporada de huracanes en el Atl¨¢ntico va de junio a noviembre y en su formaci¨®n (a menudo cerca de la costa occidental africana) se combinan la elevada temperatura del agua oce¨¢nica (y la consiguiente humedad) cerca del ecuador con vientos y baja presi¨®n atmosf¨¦rica. En Asia esas tormentas tropicales se llaman tifones.

Gadian y sus colaboradores explican en la revista Atmospheric Science Letters c¨®mo reforzar las nubes denominadas estratoc¨²mulos, que cubren una cuarta parte del oc¨¦ano mundial, en la zona de ciclones tropicales. La t¨¦cnica que proponen se parece a la utilizada, por ejemplo en Pek¨ªn, con los Juego de 2008, para provocar la lluvia y reducir la contaminaci¨®n. En el caso de los huracanes, unos veh¨ªculos no tripulados podr¨ªan difundir en la atm¨®sfera min¨²sculas gotas de agua de mar, y buena parte de ellas se elevar¨ªan hasta las nubes, incrementando as¨ª su reflectividad y duraci¨®n; llegar¨ªa menos radiaci¨®n solar al agua y su temperatura bajar¨ªa. No han hecho experimentos en el mar, pero s¨ª han calculado el efecto con un modelo clim¨¢tico: se podr¨ªa reducir la potencia de los ciclones tropicales en una categor¨ªa (se clasifican en cinco, seg¨²n la velocidad del viento, la presi¨®n y el potencial destructivo).

¡°En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas ha aumentado la intensidad de los ciclones tropicales en el Atl¨¢ntico norte, en el ?ndico y en el Pac¨ªfico suroccidental¡±, se?ala Gadian. ¡°Nosotros hemos simulado el impacto de sembrar las nubes en las tres ¨¢reas¡±. Seg¨²n sus resultados, al intensificar los estratoc¨²mulos se puede reducir la temperatura superficial del agua unos pocos grados, lo que limita mucho la energ¨ªa disponible para la formaci¨®n de las tormentas tropicales.

Cualquier alteraci¨®n del planeta a gran escala debe ser considerada con extremada prudencia, y los propios cient¨ªficos han investigado los efectos a?adidos de la inyecci¨®n de gotas de agua en las nubes. Han constatado, por ejemplo, que, en el caso del Atl¨¢ntico, puede provocar una reducci¨®n de las lluvias en la cuenca del Amazonas. Pero en algunos casos no se produce ese efecto. ¡°Hace falta mucha m¨¢s investigaci¨®n y tenemos claro que no se podr¨ªa aplicar [esta t¨¦cnica] hasta que no estuvi¨¦ramos seguros de que no desencadena consecuencias adversas en las precipitaciones¡±, dice Gadian.

?