Pasarlas canutas lejos del ciudadano
Declaraciones como las de Collarte sobre sus dificultades econ¨®micas ahondan el divorcio entre la sociedad y los dirigentes
Con la crisis muchos ciudadanos tienen dificultades para llegar a final de mes. Incluido el diputado del Partido Popular por Ourense Guillermo Collarte, quien manifest¨® hace unos d¨ªas que gana unos 5.100 euros y con estos ingresos las pasa ¡°bastante canutas¡±. Sus palabras, difundidas en una entrevista en La Voz de Galicia, han provocado un enorme revuelo en la arena pol¨ªtica y a trav¨¦s de las redes sociales, donde muchos ciudadanos han manifestado su malestar ante lo que interpretan como una clara falta de sensibilidad pol¨ªtica, en un momento en el que millones de familias hacen frente a una dura situaci¨®n econ¨®mica.
¡°Es un mensaje que transmite que los pol¨ªticos no est¨¢n en la realidad y desconocen las necesidades de la sociedad civil¡±, afirma Carmen Fern¨¢ndez, profesora de estrategia de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica en la Universidad Rey Juan Carlos. Para la experta, el de Collarte ha sido un comentario ¡°desafortunado¡±, calificativo utilizado tambi¨¦n por sus compa?eros de partido. Ignacio Mart¨ªn, profesor de la Universidad de Valladolid, se muestra sin embargo mucho m¨¢s cr¨ªtico. En su opini¨®n, ¡°es una irresponsabilidad¡±.
Collarte ha pedido disculpas p¨²blicamente en unas declaraciones a la Cadena SER en las que explic¨® que se hab¨ªa limitado a describir ¡°su realidad¡± y que no comprende que le ¡°crujan vivo¡± por ¡°decir la verdad¡±. Y hace dos d¨ªas pidi¨® perd¨®n de nuevo en La Voz de Galicia. Pero el revuelo ha continuado y el diputado, claramente disgustado, ha expresado a este peri¨®dico su decisi¨®n de no hacer m¨¢s declaraciones sobre este asunto de momento.
¡°Qu¨¦ se jodan¡±, dijo Andrea Fabra en el Congreso cuando se hablaba de parados
No es descabellado que un pol¨ªtico, gane lo que gane, no llegue a final de mes. Vicens Castellano, director de La Escuela de Inversi¨®n (una academia financiera) y experto en econom¨ªa dom¨¦stica, afirma que cuando crecen los ingresos habitualmente se aumentan los gastos. ¡°Para mantener un determinado estilo de vida ¡ªhipoteca, coches, guarder¨ªa, seguridad¡¡ª tienes que pagarlo¡±, afirma. Pero si lo ingresos caen (como es el caso de Collarte, que asegura que en la empresa privada ganaba 12.000 euros al mes) hay que recortar, exactamente igual que en las finanzas p¨²blicas.
Claves para ¡°apretarse el cintur¨®n¡±
Guillermo Collarte ha justificado sus declaraciones acerca de sus problemas financieros por la ca¨ªda de sus ingresos. Su retribuci¨®n en la empresa privada era muy superior a la que percibe como diputado. Esta circunstancia se da en muchas familias por unos motivos u otros, tengan rentas altas o bajas. La soluci¨®n es ajustar los gastos y Vicens Castellano, asesor financiero, da las claves de c¨®mo actuar en estos casos:
Analizar y priorizar: Lo primero es aceptar la nueva situaci¨®n y reconocer la necesidad de recortar. Para ello, hay que revisar la naturaleza de los gastos que se tengan y priorizar desde los imprescindibles hasta los innecesarios.
Actuar: El experto recomienda cortar todo lo prescindible. Si aun as¨ª los gastos fueran superiores a los ingresos, ser¨ªa necesario buscar opciones m¨¢s econ¨®micas para el resto de partidas. "Necesitamos comer, pero quiz¨¢s debamos optimizar las compras o cortar las comidas fuera", sugiere Castellano. Si estas medidas no solucionan el desajuste, hay que "estudiar opciones que permitan incrementar los ingresos", apunta.
¡°A m¨ª me cuesta trabajo tener que reducir al 35 % lo que ven¨ªa ganando¡±, se?al¨® el diputado, que tiene dos hipotecas y tres pr¨¦stamos (uno personal y otros dos para la adquisici¨®n de veh¨ªculos), seg¨²n consta en la declaraci¨®n de bienes que present¨® al Congreso al tomar posesi¨®n. Entonces (diciembre 2011) deb¨ªa unos 373.000 euros a diferentes entidades. ¡°La clave en la administraci¨®n del dinero suele estar en lo que se gasta y no en la cantidad que se gana¡±, explica Castellano. Pero los ingresos de Collarte han ca¨ªdo si se tiene en cuenta que declar¨® haber percibido 236.911 euros de retribuci¨®n salarial, cantidad muy inferior a su sueldo de diputado (algo m¨¢s de 60.000 euros al a?o).
Ignacio Mart¨ªn, polit¨®logo especializado en comunicaci¨®n, cree que toda esta explicaci¨®n de l¨®gica matem¨¢tica ayuda a poner en contexto las declaraciones del pol¨ªtico. ¡°Pero quienes escuchan son ciudadanos que ojal¨¢ fueran mileuristas y se quedan con la idea de que les han faltado al respeto¡±, precisa.
Las palabras del diputado gallego han hecho recordar a muchos una declaraci¨®n parecida de la presidenta madrile?a Esperanza Aguirre, cuando en 2006 afirm¨® en una biograf¨ªa que no tener pagas extra la ten¨ªa ¡°m¨¢rtir¡±. ¡°No es que haga n¨²meros a final de mes, ?es que muchas veces no llego!¡±, sostuvo. En aquel momento la presidenta de la Comunidad de Madrid ganaba 8.395 euros al mes (algo m¨¢s de 5.800 netos), una cantidad inferior a su anterior sueldo como presidenta del Senado. Pero entonces los espa?oles viv¨ªan a¨²n los ¨²ltimos coletazos de la bonanza econ¨®mica y ello hizo que las cr¨ªticas quedasen reducidas a las lanzadas por la oposici¨®n, que tach¨® sus palabras de ¡°frivolidades¡±.
Las redes sociales multiplican la capacidad de queja de los afectados
Collarte, en cambio, ha hecho sus pol¨¦micas declaraciones en un momento en el que el paro roza el 25% y se anuncian recortes en la sanidad, la educaci¨®n, la prestaci¨®n por desempleo o la dependencia. El contexto econ¨®mico cuenta en c¨®mo afectan este tipo de manifestaciones a los ciudadanos. ¡°El lenguaje es traidor, hiere sensibilidades de un modo rotundo y ahora estamos muy crispados¡±, apunta Ram¨®n Cotarelo, catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica en la UNED. Una opini¨®n compartida por Mart¨ªn, quien asegura que ¡°la coyuntura agrava [el efecto de] las declaraciones¡±.
Castellano, que asesora a familias para que gestionen bien recursos muchas veces escasos, afirma desde su experiencia que comprende ¡°la indignaci¨®n¡± de la gente porque la situaci¨®n econ¨®mica del diputado no se ajusta a la ¡°normalidad¡±. Los datos lo corroboran. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), el salario m¨¢s habitual en Espa?a es 16.489 euros brutos al a?o (unos 1.400 al mes) y se sit¨²a m¨¢s de 4.000 euros por debajo de la media (22.790 euros). Lo que revela, explica el INE, que la distribuci¨®n de los sueldos en Espa?a es muy desigual: hay muchos que ganan poco y pocos que ganan mucho.
Esta realidad no casa con la que present¨® el viernes la ministra de Empleo, F¨¢tima B¨¢?ez, al detallar el cambio de criterio para conceder la ayuda de 400 euros del Plan Prepara a parados que agotan la prestaci¨®n por desempleo. B¨¢?ez puso como ejemplo de quienes no tendr¨ªan derecho a esta prestaci¨®n a los hijos de una familia de cuatro miembros en la que los padres ganan entre los dos 8.000 euros al mes.
¡°El lenguaje hiere sensibilidades
El caso utilizado por la ministra fue interpretado por muchos ciudadanos como una afrenta, y una vez m¨¢s se volcaron en las redes sociales para expresar su malestar. La situaci¨®n planteada por B¨¢?ez est¨¢ lejos de la realidad de la familia media espa?ola. Y la renta que ha fijado el Gobierno para que una persona pueda cobrar los 400 euros en el supuesto que planteaba la ministra (familias de cuatro miembros) tiene que ser inferior a 1.928 euros (482 por integrante). Una cifra muy por debajo a la mencionada por B¨¢?ez.
La aparente desconexi¨®n entre el discurso de algunos pol¨ªticos y la cotidianeidad de la mayor¨ªa de los ciudadanos contribuye a ahondar el creciente divorcio entre ambos. ¡°La sociedad se siente traicionada¡±, explica Carmen Fern¨¢ndez. ¡°El ciudadano se preocupa por cuestiones que le afectan directamente y la clase pol¨ªtica demuestra que no sabe lo que hay¡±, contin¨²a. El resultado: ¡°La gente ya no conf¨ªa en ellos¡±.
El malestar ciudadano ante la clase pol¨ªtica ha empezado a hacerse palpable en el Bar¨®metro del CIS, en el que ¡°los partidos pol¨ªticos¡± figuran ya como el tercer problema que inquieta a los espa?oles (dato de junio), superado solo por el paro y los problemas econ¨®micos y por encima de la corrupci¨®n o la sanidad.
El alejamiento de los pol¨ªticos de la sociedad se refleja tambi¨¦n en las redes sociales. ¡°Ahora las declaraciones no caen en saco roto, se comentan m¨¢s all¨¢ de la conversaci¨®n del bar¡±, se?ala Mart¨ªn. Ocurri¨® con Andrea Fabra cuando el pasado 11 de julio grit¨® ¡°?que se jodan!¡± en el momento en el que Mariano Rajoy anunciaba la reducci¨®n de la prestaci¨®n por desempleo. Aunque la diputada por Castell¨®n sostuvo que no se dirig¨ªa a los parados, sino a los diputados de la oposici¨®n, una internauta consider¨® que no era ¡°digna¡± de su puesto e hizo una petici¨®n online en el portal Change.org para reunir firmas solicitando su dimisi¨®n. Una vez cumplido el plazo, 224.821 personas hab¨ªan suscrito la demanda. Por cada una de ellas se enviaba un mensaje al correo electr¨®nico de Fabra.
Zapatero demostr¨® que
¡°Todos los pol¨ªticos saben que sus declaraciones tienen efectos y ahora m¨¢s con las redes sociales¡±, afirma Cotarelo. Los ciudadanos no solo tienen la posibilidad de ejercer su derecho a la libertad de expresi¨®n, sino que se organizan para ejercer presi¨®n. ¡°Les pueden pedir que dimitan, que pidan perd¨®n... Hay m¨¢s movilizaci¨®n para hacer sentir a alguien la responsabilidad¡±, a?ade Mart¨ªn.
Las expresiones de malestar ciudadano a trav¨¦s de las redes sociales (desde los comentarios sat¨ªricos y los temibles hashtags de Twitter hasta las peticiones de firmas) da?an la imagen de la clase pol¨ªtica en general y, de manera muy especial, a los gobernantes directamente afectados. ¡°Estas imprudencias se acaban pagando¡±, afirma Mart¨ªn. Para el profesor, la presi¨®n popular ¡°hace mella¡± y puede acabar afectando a la carrera pol¨ªtica de quienes hacen declaraciones que hieren la sensibilidad de la sociedad. ¡°Sus palabras ser¨¢n recordadas¡±, explica, ¡°y puede que en las pr¨®ximas elecciones queden fuera de las listas¡±. Fern¨¢ndez opina que la imagen del partido es la que queda da?ada. ¡°Los pol¨ªticos son personificaciones de sus organizaciones¡±, argumenta. Para la experta, estos casos denotan una falta de estrategia de comunicaci¨®n. ¡°Saber qu¨¦, c¨®mo y cu¨¢ndo lo digo¡±.
Ignacio Mart¨ªn cree que las palabras de Collarte son fruto de la inexperiencia. ¡°Hay fichajes de empresas privadas que no conocen el discurso pol¨ªtico¡± explica. Por eso aconseja: ¡°Prep¨¢rate lo que vas a responder¡±. Carmen Fern¨¢ndez insiste en que las ¡°declaraciones alejadas de la realidad son habituales en el PP. No tienen una estrategia de comunicaci¨®n adecuada¡±, advierte. En este sentido, Cotarelo cree que es propio de pol¨ªticos conservadores decir que si ejercieran sus profesiones ganar¨ªan m¨¢s. ¡°Pero nadie les obliga a estar ah¨ª¡±, subraya.
En el Partido Socialista fue el expresidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero quien protagoniz¨® un episodio en el que qued¨® en evidencia su desconocimiento de un asunto tan cotidiano como el precio de un caf¨¦, aunque su tropez¨®n fue mucho menos notable. En marzo de 2007, Jes¨²s Cerd¨¢n (un ciudadano an¨®nimo hasta entonces) pregunt¨® al presidente si sab¨ªa cu¨¢nto costaba un caf¨¦ en el programa de TVE Tengo una pregunta para usted. ¡°Ochenta c¨¦ntimos¡±, respondi¨® Zapatero, en un momento en el que el precio de un caf¨¦ en cualquier cafeter¨ªa oscilaba entre 1,1 y 1,4 euros. Para el autor de la pregunta esa contestaci¨®n revelaba que el pol¨ªtico no estaba ¡°en la calle¡±.
El precio del caf¨¦ ha sido protagonista de otros discursos pol¨ªticos tambi¨¦n criticados. ¡°Al pensionista que m¨¢s le va a costar las medicinas al mes van a ser solo ocho euros. Ocho euros son cuatro caf¨¦s. Es un caf¨¦ a la semana, 20 c¨¦ntimos al d¨ªa¡±. El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, minimiz¨® con estas palabras, en la cadena Cope el pasado abril, el coste que iba a suponer a los pensionistas espa?oles la introducci¨®n del copago en los medicamentos. Ech¨¢niz, quien tambi¨¦n es portavoz del PP en materia sanitaria, no explic¨® que los jubilados tendr¨ªan que adelantar el 10% de su factura en medicinas que, aunque reembolsable, es un gasto dif¨ªcil de asumir para quienes ya tienen dificultades para llegar a final de mes. Y los internautas reprobaron las declaraciones del consejero popular, quien al d¨ªa siguiente de emitirlas se vio obligado a pedir disculpas. ?Poco cre¨ªbles? ¡°En esa clase de mensajes es cuando son sinceros¡±, se?ala el profesor Mart¨ªn.
Las disculpas no siempre son suficientes
Algunos pol¨ªticos piden perd¨®n por declaraciones desafortunadas. Sobre todo ahora que los ciudadanos pueden mostrar su malestar r¨¢pidamente a los mandatarios en las redes sociales. Collarte se ha disculpado en diferentes medios de comunicaci¨®n por decir que con 5.100 euros de sueldo las pasa ¡°bastante canutas¡±.
Tambi¨¦n se excus¨® Esperanza Aguirre cuando se la oy¨® decir (a trav¨¦s de un micr¨®fono que no deb¨ªa estar abierto) que ella ¡°era pobre de pedir¡± y que el impuesto a las rentas m¨¢s altas lo pagar¨ªa el entonces presidente del Congreso de los Diputados, Jos¨¦ Bono. Andrea Fabra, diputada que grit¨® ¡°?Qu¨¦ se jodan!¡± en el momento que se anunciaban recortes en la prestaci¨®n por desempleo, emiti¨® su disculpa por escrito: ¡°Comet¨ª un error del que no me siento honrada¡±.
?Pedir perd¨®n vale? No, seg¨²n la profesora de Estrategia de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica en la Universidad Rey Juan Carlos Carmen Fern¨¢ndez. ¡°Lo que vale es la rectificaci¨®n¡±, precisa. Tampoco el polit¨®logo Ignacio Mart¨ªn cree que sea suficiente. ¡°Una vez se hacen declaraciones que molestan a la ciudadan¨ªa el da?o ya est¨¢ hecho¡±, dice. Pero ¡°cuando se levanta polvareda, los pol¨ªticos no tienen otra opci¨®n que pedir disculpas¡±, a?ade.
Ram¨®n Cotarelo afirma que no se puede saber si las disculpas valen. ¡°Eso lo tiene que decir el ofendido. Cuando hay uno, basta con preguntarle, pero la colectividad es an¨®nima¡±, dice. El catedr¨¢tico va un paso m¨¢s all¨¢ y se pregunta: ¡°?D¨®nde ponemos la l¨ªnea del comportamiento de los pol¨ªticos?¡±. Y se responde: ¡°Muy baja¡±. Cotarelo opina que la respuesta de un dirigente a las cr¨ªticas por episodios como el que ha protagonizado Collarte depende las ¡°convenciones sociales y morales¡±. ¡°La responsabilidad penal est¨¢ clara, pero la pol¨ªtica es un terreno resbaladizo¡±, explica.
Para Cotarelo, exclamaciones como la de Andrea Fabra en el Congreso hubieran sido motivo de dimisi¨®n ¡°en 24 horas¡± de un diputado franc¨¦s o noruego. ¡°Pero en nuestro pa¨ªs, por cultura o educaci¨®n, parece que nadie les va a decir nada¡±. Reconoce, sin embargo, que la posibilidad de respuesta ciudadana en Internet est¨¢ cambiando esta actitud. Las redes sociales permiten a la sociedad expresarse y a los pol¨ªticos enterarse de esa realidad de la que se les acusa est¨¢n alejados. Y a veces se consigue un perd¨®n que, aunque no contente del todo, aplaca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.