Italia despide al cardenal del di¨¢logo
Carlo Maria Martini defendi¨® hasta el final la apertura de la Iglesia
El funeral del ¡°cardenal del di¨¢logo¡± dice mucho de la Iglesia, de Italia y de su particular relaci¨®n entre s¨ª. Carlo Maria Martini, fallecido el 31 de agosto a los 85 a?os de edad tras una agotadora lucha contra el p¨¢rkinson, no siempre coincid¨ªa con la postura oficial de la Iglesia, pero en la tarde de ayer fue enterrado en la catedral de Mil¨¢n, tras un funeral al que asistieron unas 20.000 personas -entre ellas, el jefe del Gobierno, Mario Monti, y altos representantes de la izquierda- y en el que se ley¨® un mensaje del Papa: ¡°Fue un pastor generoso y fiel, un hombre de di¨¢logo y caridad¡±.
Sus ¨²ltimas declaraciones, concedidas a principios de agosto a otro jesuita y publicadas tras su fallecimiento, dejaron claro de nuevo que Martini se movi¨® siempre entre ¡°la fe y la duda¡± -as¨ª titul¨® Eugenio Scalfari un art¨ªculo en el que glosaba su predisposici¨®n al di¨¢logo con quienes pensaban distinto-, pero tambi¨¦n que revest¨ªa la firmeza de sus planteamientos o de sus cr¨ªticas de un lenguaje fraterno para evitar la ruptura. ¡°Veo en la Iglesia de hoy¡±, declar¨® en la entrevista publicada por el Corriere della Sera, ¡°tanta ceniza encima de las brasas que a menudo me asalta un sentimiento de debilidad. ?C¨®mo liberar las brasas de la ceniza de forma que se reavive la llama del amor? (¡) La Iglesia debe reconocer los propios errores y emprender un camino radical de cambio, empezando por el Papa y por los obispos¡±.
Sus opiniones divergentes sobre asuntos tan fundamentales como las nuevas familias, la prolongaci¨®n artificial de la vida o la postura anticuada de la Iglesia -¡°ha retrocedido 200 a?os¡±-, jam¨¢s provocaron un cisma, aunque tal vez le costaran el papado. A pesar del p¨¢rkinson que ya le maltrataba, muchos hab¨ªan cre¨ªdo ver en el cardenal Martini al sucesor de Juan Pablo II, pero finalmente fue el alem¨¢n Joseph Ratzinger -tan distinto al turin¨¦s-- el que sali¨® elegido Papa del c¨®nclave celebrado el 19 de abril de 2005. Jam¨¢s se sabr¨¢ qu¨¦ hubiera sido de la Iglesia dirigida por un hombre del perfil de Martini: moderno, abierto al di¨¢logo, cercano a los que sufren. No hay m¨¢s que releer su postura sobre los divorciados para comprender que su talante nada ten¨ªa que ver con las corrientes m¨¢s conservadoras -y m¨¢s poderosas- de la Iglesia: ¡°Pienso en todas las personas divorciadas y unidas en nuevas parejas, en las familias extendidas. Tienen necesidad de una protecci¨®n especial. La Iglesia apoya la indisolubilidad del matrimonio, y es una gracia cuando una pareja lo consigue. Pero la actitud que tengamos hacia las familias extendidas determinar¨¢ el acercamiento a la Iglesia de una generaci¨®n de hijos. Imaginemos a una mujer que es abandonada por el marido y encuentra a un nuevo compa?ero que cuida de ella y de sus hijos. El segundo amor tiene ¨¦xito. Si esta familia es discriminada, se expulsa de la Iglesia no solo a la madre, sino tambi¨¦n a sus hijos. La Iglesia perder¨¢ a la siguiente generaci¨®n¡¡±.
Martini, pues, no lleg¨® a ser Papa. Pero unas 6.000 personas dentro de la catedral de Mil¨¢n y otras 15.000 fuera, bajo la lluvia, siguiendo el funeral por televisi¨®n, se sumaron a las 200.000 que entre el domingo y ayer se acercaron a decirle adi¨®s. Hab¨ªa creyentes y no tanto, pol¨ªticos de todas las tendencias -entre ellos el actual jefe del Gobierno y Romano Prodi, que lo fue entre 2006 y 2008- y tambi¨¦n una buena representaci¨®n de la Curia, que quiso dejar claro que Martini, pese a todo, era uno de los suyos. En una entrevista con La Stampa, el cardenal Gianfranco Ravasi niega que Martini fuese la ¡°oposici¨®n en persona¡± de Joseph Ratzinger: ¡°?Martini anti-Papa? En la Iglesia, la multiplicidad de enfoques es una riqueza¡±.
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