La Conferencia Episcopal espa?ola arremete contra el independentismo
Critican las "propuestas pol¨ªticas desintegradoras" y piden civismo ante los recortes
Espa?a no est¨¢ en el evangelio, pero casi. Esta es la posici¨®n doctrinal de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), cuyo ¨®rgano m¨¢ximo de direcci¨®n, la Comisi¨®n Permanente, emiti¨® esta ma?ana una declaraci¨®n (con este nombre) sobre la crisis moral, pol¨ªtica y econ¨®mica. Su tesis es que la naci¨®n es un bien moral y debe preservarse. Sostienen: ¡°Ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado espa?ol podr¨ªa entenderse, tal y como es hoy, si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y pol¨ªtica de esa antigua naci¨®n que es Espa?a. Propuestas pol¨ªticas encaminadas a la desintegraci¨®n unilateral de esta unidad nos causan una gran inquietud¡±. Es una clara referencia a la proclamaci¨®n independentista del presidente de la Generalitat de Catalu?a, Artur Mas, la semana pasada.
Los prelados reconocen ¡°en principio¡± la legitimidad de las posturas nacionalistas si son ¡°verdaderamente cuidadosas del bien com¨²n¡±, y exhortan ¡°encarecidamente¡± al di¨¢logo entre todos los interlocutores pol¨ªticos y sociales, con este objetivo: ¡°Se debe preservar el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de Espa?a¡±.
La Comisi¨®n Permanente episcopal se hab¨ªa reunido el lunes para despachar asuntos de tr¨¢mite y ultimar el orden del d¨ªa de la pr¨®xima asamblea plenaria de la CEE, el pr¨®ximo noviembre, pero se ha visto forzada a esta declaraci¨®n sobre la crisis despu¨¦s de meses de cr¨ªticas por su silencio. Se hab¨ªan pronunciado numerosos obispos e incluso grupos regionales de prelados, como la llamada Conferencia Episcopal Tarraconense (en realidad, catalana), pero la Conferencia Episcopal estaba en silencio, pese a incontables reclamaciones de sectores cat¨®licos para que alzara la voz. Esta ma?ana los prelados han hablado colegiadamente, sin aceptar cr¨ªtica alguna por su mudez pasada.
¡°Los obispos est¨¢n siempre a pie de calle. Escuchamos, leemos la prensa, estamos atentos. Que los obispos est¨¦n mudos es falso¡±, dijo el portavoz de la CEE, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, que es adem¨¢s obispo auxiliar del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco en el arzobispado de Madrid. Ciertamente, muchos obispos han hablado sobre la crisis, pero no la Conferencia Episcopal, que es lo que reclamaban los cat¨®licos desde hace al menos un a?o.
¡°Ninguna regi¨®n podr¨ªa entenderse si no hubiera formado parte de la historia cultural y pol¨ªtica de Espa?a"
Pese a su resistencia a aceptar reproches, Mart¨ªnez Camino acab¨® asumiendo que si la CEE habla ahora es porque hoy la situaci¨®n (la crisis) es m¨¢s delicada y presenta aspectos de ¡°particular urgencia¡±. Se refiere ¡°a que la tensi¨®n social crece¡± y a que ¡°determinadas propuestas pol¨ªticas han venido a a?adir elementos de preocupaci¨®n en momentos ya de por s¨ª dif¨ªciles¡±.
¡°A nadie se le ocultan¡± esos aspectos, precis¨® el portavoz episcopal. A?adi¨®: ¡°Ante esta situaci¨®n, creemos que es nuestro deber dirigir en especial a los cat¨®licos, pero tambi¨¦n a todos los que deseen escucharnos, unas palabras que quieren aportar luz y aliento en el esfuerzo que resulta hoy especialmente necesario para la consecuci¨®n del bien com¨²n¡±.
La declaraci¨®n se titula Ante la crisis, solidaridad, con quince apartados y 2.060 palabras. Tiene invitaciones a la fe, a la caridad y a la solidaridad, pero parte de una afirmaci¨®n tajante. ¡°Tememos que la crisis o, al menos, sus efectos no hayan tocado fondo todav¨ªa. Incluso pa¨ªses m¨¢s fuertes econ¨®micamente que el nuestro han de tomar medidas preventivas y correctoras¡±.
¡°En nuestro pa¨ªs, los Gobiernos - tanto los de Espa?a como los de las autonom¨ªas - se han visto obligados a adoptar decisiones que exigen sacrificios a la mayor¨ªa de los ciudadanos, cuando muchos se encuentran ya en situaciones dif¨ªciles por falta de trabajo, por dificultades financieras y por la prolongaci¨®n en el tiempo de esas condiciones. Todo ello crea muchas situaciones personales y familiares concretas de gran sufrimiento, que la inmensa mayor¨ªa sobrelleva con serenidad y esp¨ªritu de sacrificio. Los trabajadores se han mostrado dispuestos en no pocos casos a asumir restricciones laborales y salariales en aras de la supervivencia de sus empresas y del bien de todos. Hay que reconocer y agradecer el civismo y la solidaridad, ahora especialmente necesarios. Por su parte, las autoridades han de velar por que los costes de la crisis no recaigan sobre los m¨¢s d¨¦biles, con especial atenci¨®n a los inmigrantes, arbitrando m¨¢s bien las medidas necesarias para que reciban las ayudas sociales oportunas¡±, a?aden.
¡°Que los obispos est¨¦n mudos es falso¡±, dijo? Mart¨ªnez Camino sobre su silencio ante la crisis
?En este punto es donde cargan las tintas sobre los ¨²ltimos movimientos independentistas del nacionalismo catal¨¢n. Con la certeza de uno de los refranes m¨¢s comprobables (el que afirma que a perro flaco, todo son pulgas), la Conferencia Episcopal parecen asumir que las desgracias nunca vienen solas y siempre atacan a los m¨¢s d¨¦biles, a los que ya est¨¢n abatidos. ¡°La situaci¨®n de crisis genera en muchas personas sentimientos de malestar y de desencanto, de irritaci¨®n y de rechazo ante unas instituciones sociales y pol¨ªticas que, aun disponiendo de tantos medios econ¨®micos y t¨¦cnicos, no han sido capaces de ordenar la vida en com¨²n de un modo verdaderamente justo y humano¡±, afirman.
Es aqu¨ª donde abordan el tema de la unidad de Espa?a y los ¨²ltimos acontecimientos pol¨ªticos. Dicen: ¡°El malestar social y pol¨ªtico deber¨ªa ser para todos un reclamo a la b¨²squeda sincera del bien com¨²n y al trabajo por construirlo entre todos. Este malestar no deber¨ªa ser alimentado como excusa para la promoci¨®n de ning¨²n inter¨¦s pol¨ªtico o econ¨®mico particular, a costa del inter¨¦s general, tratando de aprovechar en beneficio propio el descontento o el sufrimiento de muchos. Nadie se deber¨ªa sentir ajeno al peligro de caer en este grave abuso: ni las personas, ni los grupos sociales, econ¨®micos o pol¨ªticos¡±.
Cierran el tema incluyendo en la declaraci¨®n, como anexo, la Instrucci¨®n pastoral Orientaciones morales ante la situaci¨®n actual de Espa?a, de 2006, en la que los obispos sal¨ªan entonces al paso del fracasado Plan Ibarretxe y de las declaraciones del ex presidente del Gobierno, el socialista Jos¨¦ Rodr¨ªguez Zapatero, sobre que el termino Naci¨®n era discutible y opinable. Fue el entonces cardenal primado de Toledo, Antonio Ca?izares, hoy ministro de Culto en el Gobierno del papa Benedicto XVI, quien afirm¨® en esa ocasi¨®n que la unidad de Espa?a ¡°es un bien moral de obligada protecci¨®n¡±.
Entonces, el documento episcopal era una instrucci¨®n, es decir, doctrina de la Iglesia cat¨®lica espa?ola. Ahora se rebaja el tema a una declaraci¨®n. Pese a todo, el texto de hoy no ha sido aprobado por unanimidad. De 21 miembros que tiene la Comisi¨®n Permanente (entre ellos, todos los cardenales y arzobispos), cuatro se abstuvieron. El portavoz no quiso desvelar sus nombres. ¡°La votaci¨®n fue secreta¡±, zanj¨® una pregunta. Cuatro son, sin embargo, los obispos catalanes que forman parte de ese ¨®rgano. Es probable que no se han opuesto al texto, que no es m¨¢s que un resumen de lo dicho hace seis a?os, pero s¨ª a que se vuelva a publicar precisamente ahora.
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