Seis ONG de Marruecos exigen que los espa?oles puedan de nuevo adoptar

Medio centenar de familias espa?olas enfrascadas en Marruecos en sus procesos de adopci¨®n han recibido un contundente apoyo de la sociedad civil marroqu¨ª. Seis ONG laicas han suscrito este fin de semana un comunicado conjunto en el que piden al ministro de Justicia, el islamista Mustafa Ramid, que permita de nuevo que los extranjeros no residentes puedan adoptar o tutelar a ni?os abandonados. Lo prohibi¨® hace tres semanas.

Entre los firmantes figuran algunas asociaciones muy conocidas de ayuda a la infancia, como Sos Village Enfants,Association B¨¦b¨¦s du Maroc y la Fundaci¨®n Rita Zniber que gestiona en Meknes el mayor orfanato privado del pa¨ªs y en el que los ni?os est¨¢n probablemente mejor atendidos. Todas ellas reivindican ¡°el derecho de los ni?os a ser queridos y protegidos¡±.

En Marruecos se abandonan el d¨ªa 24 reci¨¦n nacidos

Cada d¨ªa nacen en Marruecos 153 ni?os fuera del matrimonio de los que 24 son abandonados por madres solteras, seg¨²n un estudio dado a conocer la semana pasada por Asmaa Bensliman, presidenta de la Asociaci¨®n Beb¨¦s de Marruecos. ¡°Esa cifra tiende a aumentar¡±, asegura Bensliman.

En su ¨²ltimo informe UNICEF, la organizaci¨®n de la ONU para la infancia, se?al¨® que en 2008 4.123 reci¨¦n nacidos hab¨ªan sido presentados ante los tribunales para que los declaren abandonados, un requisito indispensable para que puedan ser tutelados. El islam no permite la adopci¨®n plena. La kafala (tutela dativa) obliga a preservar la filiaci¨®n del ni?o, su religi¨®n musulmana y su nacionalidad.

El a?o pasado 254 familias espa?olas, en su mayor¨ªa catalanas, y otras muchas de varios pa¨ªses europeos obtuvieron kafalas en Marruecos. Este a?o los tribunales empezaron a dilatar sus sentencias probablemente porque los magistrados m¨¢s conservadores, reacios a entregar ni?os a matrimonios extranjeros, se envalentonaron con la llegada de los islamistas al Gobierno.

Desde marzo hay 44 familias espa?olas, 25 de ellas catalanas, a la espera, sobre todo en Rabat, de que se les conceda la tutela de beb¨¦s que les han sido asignados por los orfanatos y a los que visitan, visten, ba?an, alimentan y acunan a diario. ¡°Tienen ya un fuerte v¨ªnculo con sus futuros hijos, pero no les pueden incorporar a su hogar¡±, se lamenta una pediatra marroqu¨ª. ¡°Se est¨¢ creando un aut¨¦ntico drama humano¡±, a?ade.

En su comunicado las ONG preguntan al ministro de Justicia qu¨¦ medidas piensa tomar para preservar el inter¨¦s superior del ni?o, como le obliga la ley, ahora que muchos no pueden ser tutelados. ¡°?Qu¨¦ piensa hacer de las decenas de ni?os que han establecido ya un v¨ªnculo afectivo con tutores que les acunan desde hace meses?¡±, se preguntan en alusi¨®n a los espa?oles que aspiran a ser padres. ¡°?Les quiere hacer padecer un segundo abandono?¡±, a?aden.

Las reticencias de los magistrados han recibido el espaldarazo del ministro de Justicia que el 19 de septiembre remiti¨® una circular a los fiscales instruy¨¦ndoles para que se opongan a la entrega de beb¨¦s a matrimonios extranjeros ¡°si estos no residen habitualmente en el territorio nacional¡±. Los jueces de los tribunales de familia no est¨¢n obligados a seguir la recomendaci¨®n del ministerio p¨²blico, pero en la pr¨¢ctica lo suelen hacer.

Ramid, el titular de Justicia, tom¨® esta iniciativa para que los jueces puedan controlar que las familias extranjeras respeten los requisitos de la ¡°kafala¡±. Algunas de ellas lo han hecho, pero otras han solicitado en los juzgados espa?oles la adopci¨®n plena para que los ni?os que trajeron de Marruecos gocen de los mismos derechos que los espa?oles.

¡°Esta circular empeorar¨¢ la situaci¨®n colocando a los centros de acogida en la incapacidad de admitir a m¨¢s ni?os¡± y brindar¨¢ nuevas oportunidades ¡°a las redes paralelas de tr¨¢fico (¡­)¡±, advierten las seis ONG marroqu¨ªes. Recuerdan que no hay suficientes familias marroqu¨ªes que deseen tutelar y que el 80% de los ni?os que crecen en los orfanatos acaban delinquiendo, el 10% se suicida y solo el 10% logra su inserci¨®n en la sociedad.